Un año más los melillenses se acercan al Cementerio de la Purísima Concepción para cumplir con la tradición de depositar flores y oraciones en los sepulcros de los seres queridos en la festividad de Todos los Santos. Este año los claveles se han convertido en las flores más demandadas, según los floristas y por lo demás, los melillenses se siguen decantando por la inhumación a la incineración, aunque esta segunda opción y a pesar de la prohibición de esparcir las cenizas en el mar o el aire, sigue ganando adeptos, como lo prueba que uno de cada tres fallecimientos que se producen en la ciudad, son incinerados. El puente festivo y la adopción cada vez más generalizada de fiestas entorno a Halloween van logrando poco a poco minar una tradición tan universal, puesto que no sólo se celebra en España, como es la de acudir al cementerio el Día de Todos los Santos, para dejar flores en la tumba de los seres queridos que ya no están con nosotros. Aún así, son cientos los melillenses que mantienen la costumbre de, al menos, una vez al año, de acudir a rendir respetos a los que nos precedieron.
La actividad en el camposanto cristiano, como se ha podido ver desde el pasado jueves, ha crecido exponencialmente, con el trasiego de quienes acudían a adecenar los sepulcros de sus seres queridos y colocar flores, de cara al 1 de noviembre. Ayer la afluencia fue más numerosa si cabe y hoy, en la celebración de Todos los Santos, es cuando se espera que las familias acudan fieles a esta cita anual y por lo visto, según la Agencia Estatal de Meteorología, el tiempo nos acompañará, con cielos pocos nubosos, vientos flojos y temperaturas de 23 grados de máxima.
Será una jornada en la que los más rezagados harán las últimas compras de flores, que con ocasión de esta festividad han aumentado su precio entre 50 céntimos y dos euros, llegando a costar un ramo de claveles 5,50 euros. Precisamente los claveles, en sus distintas variedades y colores, han conseguido desbancar a los crisantemos. El motivo, el coste.
Los visitantes se encontrarán con un camposanto sometido a obras de mantenimiento anual que se han reforzado en estas fechas, incidiendo en especial en la pintura, la limpieza o la jardinería, mientras que en los meses previos se ha hormigonado dos parcelas, parcheado otras y se ha mejorado la escalera metálica junto al ascensor.
De cara a cualquier incidencia, la Ciudad Autónoma ha establecido un retén de operarios integrado por barrenderos, fontaneros y de mantenimiento. También se reforzará el personal administrativo encabezado por Mariano Carralero, administrador del Cementerio, que atenderá las consultas de los visitantes. El deseo de todos, es que la jornada se desarrolle con la máxima normalidad. Se aconseja no coger el coche, por la escasez de aparcamientos. Mejor acudir caminando.
Tradición
Los melillenses pensamos poco en un momento tan trascendental de la vida como es el propio fallecimiento, de ahí que sólo doce mil de los algo más de ochenta mil ciudadanos que habitan la antigua Rusadir cuentan con un seguro de deceso que se encargaría de sufragar los gastos de la inhumación. Por lo demás, seguimos siendo tradicionales, como lo demuestra el hecho de que uno de cada tres fallecimientos que se producen en la ciudad, son incinerados, por lo que se sigue apostando por ser enterrado.
En cuanto al coste de una defunción resulta más barato en Melilla que en otras zonas peninsulares, según la empresa de pompas fúnebres consultada por este Diario. De hecho, en nuestra ciudad el precio varía entre los 2.600 y los 2.800 euros si se incluye la cremación. Los costes están por debajo de los 3.600 euros que llegan a pagarse por un entierro clásico en varias provincias españolas. El precio se encarece si se piden más coronas, si se incluyen esquelas en prensa y se solicitan mármoles de primera calidad.
En nuestra ciudad, según Mariano Carralero, administrador del Cementerio, a lo largo de este año 2016 se han producido entre 320 y 330 fallecimientos de melillenses y de ellos, unos 150 han preferido ser incinerados. Las cifras son similares a las de otros años pero sí reconoce que se está produciendo un paulatino aumento en aquellas familias que se deciden por la incineración en vez por el entierro tradicional. El precio no encarece demasiado el coste de los servicios funerarios a contratar con las empresas de pompas fúnebres, puesto que la cremación cuesta unos 135 euros, dinero que recibe la Ciudad Autónoma.
Flores al Soldado de los Milagros
Además de visitar a los seres queridos, muchos melillenses acudirán también a la tumba del Soldado de los Milagros, la de Benito López Franco. Este año no ha podido venir su hermano pequeño, José, pero sí sus sobrinos. La familia agradece a los melillenses el cariño con el que guardan los restos del Soldado de los Milagros, el joven cetinero que muriera en extrañas circunstancias mientras realizaba el servicio militar en Melilla. De su historia se han elaborado cientos de artículos y programas de televisión e incluso un libro que al precio de 10 euros los interesados pueden adquirir en la oficina del propio Cementerio. Los 10 euros son para pagar los gastos de edición. Hoy, la Casa de Aragón en Melilla, rendirá a la una de la tarde un homenaje al joven soldado con una pequeña ofrenda en su tumba y, posteriormente, vivirán una jornada de convivencia con los familiares en la sede, donde se colocará una imagen de Benito.
