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Nota En Libertad

Las langostas están, todavía, fuera de la red

melillahoy.cibeles.net fotos 1000 Carlos entrena a

Se aproxima el 9N y el independentismo catalán no va a poder votar, legalmente, la consulta-referéndum sobre la independencia que, tan insistentemente, ha pretendido. Los separatistas han gastado muchos recursos públicos y esfuerzos mediáticos para “votar”. Han manipulado el sentimiento nacionalista, al que han exacerbado repitiendo el “España nos roba”; han querido deformar la Historia, han ocultado el desastre económico de su gestión diaria de gobierno y el drama que significaría la secesión al salir de la UE y del Euro; han olvidado admitir el hundimiento que sufriría la actividad comercial exterior porque la independencia supondría el establecimiento de aranceles en Europa (España incluida) y, lo peor de todo: han intentado dividir a la sociedad catalana entre los buenos catalanes y los otros, a los que llaman traidores, por pensar distinto y ser contrarios a la uniformidad que quieren imponer autoritariamente.
¿Qué intentarán ahora?. Les gustaría declarar, de modo unilateral e ilegalmente, la independencia de Cataluña, pero, probablemente, no se atrevan porque ni la comunidad internacional ni, especialmente, la europea, les iba a dar su reconocimiento. Así pues, esperarán al próximo asalto, que será en breve, dado el nivel de adhesión que, aparentemente, creen tener, o en el peor de los casos, aguardarán a la siguiente generación educada en el catalanismo.

Repasando el caso de Québec, del que extraen ideas los separatistas catalanes, vemos que allí hubo dos referéndums en 1980 y el 1995 que no alcanzaron la mayoría aunque en 1995 les faltaron 54.000 votos. Pero en Québec volverán a intentarlo y, como dijo Jacques Parizeau, líder del Partit Quebecois (PQ) en la campaña pro independencia en el referéndum de 1995, si los quebequeses alcanzan la mayoría para la independencia serían como langostas atraídas a la red, de modo que, una vez capturados no podrán escapar.

Esta es la filosofía política del independentismo, intentarlo una y otra vez; si se pierde, se intenta de nuevo, pero si una vez ganaran, los ciudadanos-langostas quedarían atrapados y no tendrían posibilidad de “reconsiderar” lo hecho. Sin embargo, ante una cuestión tan trascendental, el Tribunal Supremo de Canadá, tras los referéndums perdidos por los separatistas, ha creado una doctrina sobre el planteamiento de la independencia para impedir continuos referéndums y exigirá, en su momento, una mayoría cualificada de los quebequeses.

El Estado Autonómico español es muy avanzado, análogo a cualquier estado federal, y son muchos los tratadistas que incluyen el modelo español como federal, diciendo que sólo le falta usar tal denominación; así lo expone la obra “Sistemas federales comparados” de Ronald L. Watts (Marcial Pons) que sitúa a España, entre los distintos modelos de países federales, como un modelo federal al que sólo le falta tal nombre.

En España, desde hace unos días y para compensar el fracaso de la consulta, se empieza a hablar de dialogo político aunque, si somos realistas, es casi imposible dar satisfacción al independentismo porque se han encerrado en la obsesión de la independencia; así que, cualquier cesión estatal será una táctica inútil porque volverán al asunto; sólo cabe que reconozcan el absurdo de su idea en los tiempos actuales, que expresen el abandono de esa aspiración, se incorporen con lealtad al respeto constitucional, y a trabajar codo con codo con los demás españoles para mejorar nuestra democracia.

¿Sobre qué se puede dialogar?. La nueva situación tiene tres opciones:
1.- Los independentistas, para conseguir su fin maximalista, pueden presentar un proyecto de reforma constitucional para modificar los arts.1 y 2 de la Constitución de 1978 de modo que el nuevo texto permita romper la unidad nacional y reconozca la posibilidad de separación. Evidentemente, los españoles que creemos en la unidad y en la soberanía de España votaríamos que no a esa reforma.

2.- Que el Gobierno del Estado anuncie cesiones dentro de la Constitución. Sobre esta línea, dando por hecho que el Gobierno entablará un diálogo con el Sr. Mas, el expresidente Sr. Aznar ha expuesto el 16 de este mes de octubre el siguiente planteamiento: que no se puede aceptar como base para el diálogo el órdago soberanista, porque lo que pretenden vulneraría el modelo constitucional, así como la igualdad de los españoles.

3.- La tercera opción es trabajar, con lealtad y buena fe dentro del marco constitucional, para organizar y sistematizar las competencias del Estado, de las Comunidades Autónomas, las compartidas y las residuales y hacer un cuadro cerrado, entendible, eficiente y de menor coste administrativo. De esta forma trabajan, en rondas sobre competencias concretas, los estados federados; tratan de ajustar las administraciones, evitar duplicidades y repartir los ingresos racionalmente. Pero, claro, esto es incómodo, hay que trabajar, mientras que por el contrario, es muy cómodo perseguir el desideratum de la independencia. Mientras no se incorpore a la situación la comprensión del lugar y tiempo en que vivimos, no se avanzará.

CONCLUSIÓN: Los separatistas catalanes no han podido echar la red para pescar a los ciudadanos, como langostas, pues la consulta- referéndum sobre la independencia no se va a celebrar el 9M; así pues, pueden presentar alguna iniciativa para reformar la Constitución Española, para que la votemos todos los españoles. De otro lado, si el Gobierno abre un diálogo con los independentistas, no podrá incluir privilegios o soluciones singulares que violen la igualdad de todos los españoles.

Lo más razonable sería ponerse a trabajar, como hacen los estados federados, para mejorar el cuadro competencial del Estado y de las Comunidades Autónomas, ajustar la financiación autonómica y, por favor, para intentar hacer más agradable la vida a los españoles.

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