El férreo dispositivo de seguridad en torno a la valla y las mayores dificultades que tienen los inmigrantes para saltar el perímetro fronterizo respecto a hace unos meses ha encarecido el método del doble fondo en vehículos, por el que ahora se puede llegar a cobrar hasta 3.000 euros a cada inmigrante. Al menos, ese es el precio por cabeza que tiene ahora estipulada una organización criminal a la que la Guardia Civil sigue la pista, a uno de cuyos miembros detuvo el pasado viernes tras introducir en Melilla a un subsahariano que dice proceder de Mauritania. Según han informado a MELILLA HOY fuentes policiales, esta mafia en concreto está asentada en Marruecos y toma tales medidas de seguridad para garantizarse el lucro, que cobra los 3.000 euros por anticipado a los inmigrantes. Si no pagan, no los mete siquiera en los vehículos, especialmente preparados con sus dobles fondos y empleando a personas que no se ajustan al perfil habitual para no levantar las sospechas de los agentes en el paso fronterizo.
Pese a todo, la Guardia Civil consiguió el pasado 1 de mayo detener a uno de los integrantes de esta red criminal, concretamente uno de los dos ocupantes del vehículo en el que acababan de introducir a un subsahariano. Se trata de un marroquí, de 22 años y con residencia en Farhana, que pasó ayer a disposición judicial como presunto autor de un delito de tráfico de inmigrantes.
Según ha podido saber este Diario, también se le imputa un delito contra la Seguridad Vial, ya que el vehículo, en su huida de la Guardia Civil, entró en el Parque Forestal y puso en peligro a los melillenses que estaban disfrutando del día festivo en este entorno natural, muchos de ellos en familia.
MELILLA HOY adelantó este suceso en su edición del pasado sábado, un día después de producirse. Ayer, la Comandancia de la Guardia Civil ofreció más detalles al indicar que todo sucedió a las 21.00 horas, cuando una patrulla de Seguridad Ciudadana de la Benemérita sorprendió en las inmediaciones de la Base Militar Alfonso XIII a los dos ocupantes de un Hyundai Atos de matrícula marroquí sacando a un subsahariano que estaba oculto en un doble fondo practicado bajo el asiento trasero.
Al verse sorprendidos, los ocupantes del vehículo se dieron a la fuga y entraron en el Parque Forestal Juan Carlos I con el coche, poniendo en peligro de los viandantes. Dos policías locales del Grupo de Prevención y Reacción (GPR), que estaban por separado libres de servicio en el parque con sus familias, intervinieron para interceptar y detener al ocupante del coche, entregándolo a la Guardia Civil.
Aunque el conductor no pudo ser interceptado, la Guardia Civil sí pudo localizar más tarde al inmigrante que acababa de entrar a Melilla en el doble fondo. Se trata de un joven de 20 años que dice proceder de Mauritania. Los agentes también localizaron el vehículo, que la mafia había preparado sustituyendo el depósito de combustible por otro sistema de alimentación para hacer el doble fondo bajo el asiento trasero.
La táctica para pasar desapercibidos en la frontera era dar la apariencia de personas que accedían a Melilla para asistir a algún acto social, ya que en el maletero había un traje, además de otras prendas de vestir y objetos infantiles.
