El día 12.11.2015, escribía yo un artículo sobre Cataluña, preguntándome: “Qué hacíamos con la Historia”. Esa pregunta me la hacía porque un filólogo catalán reconocía, a su modo, claro, que Sta. Teresa de Jesús, no era de Ávila, sino de Barcelona, y se llamaba Teresa Cardona y era abadesa del monasterio de Pedralbes. Sobre Miguel de Cervantes, decía que se llamaba Servent, nacido en Jijona, y que “El Quijote” lo escribió en catalán. Y Cristóbal Colón, de genovés nada de nada, ya que también era catalán, apellidado Colom, miembro de una noble familia barcelonesa, y que las tres carabelas no partieron del Puerto de Palos, en Huelva, sino desde Pals, en Gerona. Y además añadía, que la bandera de los tres navíos, era la senyera, (A la estelada le faltaban 4 siglos para que un catalán la copiara de los mambises cubanos). Esta literatura la han difundido unos historiadores
(¿?) catalanes, que desde hace ocho años denuncian una presunta conspiración de Castilla, por la que los grandes personajes históricos catalanes han sido eliminados de todas las narraciones oficiales, y reconvertidos en “españoles”. El diario El País, de 20 de julio, publica que en Salamanca, “La catalanidad de Colón llega al Gran Congreso, entre críticas”: “Ni Colón era genovés ni las naves con las que descubrió América, la Pinta, la Niña y la Santa María, partieron de Palos de la Frontera (Huelva). El almirante en realidad se apellidaba “Colom” y su famosa expedición salió de Pals (Baix Empordà)”. Esta es la hipótesis que el Cercle Català d’Història (CCH) defiende en el 56º Congreso Internacional de Americanistas, que se ha celebrado en Salamanca. Una tesis descartada por la comunidad historiográfica, por lo que su exposición en el congreso ha suscitado ciertas críticas. Dicen que presentarían unos datos que demuestran tanto la catalanidad de Colón como de su empresa, incluidas pruebas de navegación, de lexicometría y un análisis de su caligrafía. Y piden a los historiadores que se pregunten si el misterio de Colón es o no una cuestión de Estado, y que se interroguen acerca de su origen. Pero para el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Enrique Otero: “…Es un hecho indiscutible que el primer viaje de Colón salió de Palos de la Frontera y que la tripulación estuvo formada por marineros de la zona, Palos, Moguer y Huelva; y quien lo niegue se sitúa en el mismo plano que aquellos que aseguran que las pirámides fueron construidas por extraterrestres”. Enriqueta Vila Vilar, miembro de la Real Academia de Historia y ex-investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la Escuela de Estudios Panoamericanos, dice:
“Lo que me asombra es que a estas alturas hagan un simposio de una cosa que está más que dicha, vista y rebatida. No hay por dónde cogerlo que Colón fuera catalán o mallorquín. También dicen que fue gallego”. Pero más contundente se muestra el catedrático, Luis Enrique Otero, al afirmar que los comités científicos de los congresos deberían velar por la solidez y la validez de las teorías que se presentarán a la hora de admitir propuestas. En este sentido lamenta que no se ejerza “ningún tipo de control” para que las ponencias que se admiten en congresos abiertos a todo el mundo cumplan los requisitos de seriedad y rigor que son característicos de cualquier disciplina científica.
Como saben, a Colón se le han atribuido otros orígenes, como: gallego, portugués, andaluz, vasco, croata o griego. “Y al parecer si se defiende que el Almirante nació en un determinado sitio, eso repercutirá en el prestigio o en la proyección de ese espacio, incluso podría dar lugar a beneficios desde el punto de vista turístico”: “la pela es la pela”.
Dice Enriqueta Vila que ojalá se demostrara este año el origen catalán de Colón, porque sería un motivo de alegría para todos los españoles (sic). Y recuerda que “columbinistas de verdad, como Juan Gil, Consuelo Varela o Juan Manzano, nunca han dudado jamás que fuera genovés”. Una cuestión que, a pesar de ser indiscutible para muchos, volverá a plantearse en el 56º Congreso Internacional Americanista, que acogerá a 5.000 expertos de más de una cincuentena de países.
En mi artículo yo decía, que dándole vueltas a lo que tengo sobre los hombros, se me encendió la famosa lucecita “eureka”, como se le encendió a Arquímedes, mientras se lavaba los huevos en un barreño, y darle una buena idea a esta gente del Cercle Català d’Història, (Círculo Catalán de Historia), y pedía por favor, que no la copie nadie. Verán: no entiendo como no le han buscado parentela a Franco, ahora que anda de mudanza, de gallego a catalán; porque total, era bajito, con bigote y con muy mala ostia.
Y para terminar, yo deseo cooperar con mi humilde aportación, sobre lo que se comentaba en la Ciudad Condal en los años 60, del monumento a Colón frente al Puerto, en el que aparece el Almirante con su brazo derecho extendido, indicando el oeste, y portando en la mano izquierda un rollo de papel, pareciendo que dice: “¿Veis?, pues allí me cagué, y aquí os traigo los papeles”.
Como una anécdota jocosa, habrán observado un comentario que circula por Internet, en el que dice: “Con una bandera de Cuba y otra de Aragón, un tonto las cuelga en su balcón”.
