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La indebida obediencia debida

MELILLA HOY 29 01 2024

La Semana. MH, 29/01/2024

Por: J.B.

 

 Muchos alemanes de la época nazi fueron condenados por acción u omisión. De nada les sirvió alegar la obediencia debida.

Los Juicios de Núremberg o Procesos de Núremberg (en alemán: Nürnberger Prozesse) fueron los primeros procesos judiciales contra el régimen nazi emprendidos por iniciativa de las naciones aliadas vencedoras al final de la Segunda Guerra Mundial. En ellos se determinaron y sancionaron las responsabilidades de dirigentes, funcionarios y colaboradores del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler en los diferentes crímenes y abusos contra la humanidad cometidos en nombre del Tercer Reich Alemán a partir del 1 de septiembre de 1939 hasta la caída del régimen en mayo de 1945.

Se desarrollaron en la ciudad alemana de Núremberg, entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946, y fueron dirigidos por el Tribunal Militar Internacional (TMI) establecido por la Carta de Londres, en contra de 24 de los principales dirigentes supervivientes del gobierno nazi capturados y de varias de sus principales organizaciones. Se escuchó a 240 testigos y más de 300.000 declaraciones. Entre los 24 acusados, el tribunal dictó doce condenas a muerte, siete de prisión y tres absoluciones.

Otros doce procesos posteriores fueron conducidos por el Tribunal Militar de los Estados Unidos, entre los cuales se encuentran: el Juicio de los doctores y el Juicio de los jueces.

En 1979, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos creó la Oficina de Investigaciones Especiales para perseguir a los perpetradores nazis que vivían en este país. Una década más tarde, Australia, Gran Bretaña y Canadá también buscaron procesar a los criminales de guerra nazis que vivían dentro de sus fronteras. La búsqueda de criminales de guerra alemanes aún continúa en el siglo XXI.

De los alemanes que se oponían a la dictadura de Hitler, muy pocos grupos protestaban abiertamente contra el genocidio nazi de judíos. Distribuían panfletos antinazis y pintaban eslóganes como «¡Libertad!» y «¡Abajo Hitler!

Pese al alto riesgo de ser capturados por la policía con la ayuda de sus numerosos informantes, algunas personas y grupos intentaron resistirse al nazismo, incluso en Alemania. Los socialistas, los comunistas, los sindicalistas y otros grupos escribían, imprimían y distribuían clandestinamente literatura antinazi. Muchos de estos rebeldes fueron arrestados y encarcelados en campos de concentración.

De los alemanes que se oponían a la dictadura de Hitler, muy pocos grupos protestaban abiertamente contra el genocidio nazi de judíos. Uno de los grupos que se oponían a la dictadura nazi, el movimiento de la «Rosa Blanca», fue fundado en junio de 1942 por Hans Scholl, un estudiante de medicina de 24 años de la Universidad de Munich, su hermana de 22 años Sophie y Christoph Probst, de 24 años. Todos ellos estaban indignados con el hecho de que alemanes educados aprobaran las políticas nazis. Distribuían panfletos antinazis y pintaban eslóganes como «¡Libertad!» y «¡Abajo Hitler!» en las paredes de la universidad. En febrero de 1943, Hans y Sophie Scholl fueron arrestados luego de ser atrapados distribuyendo panfletos. Cuatro días más tarde, fueron ejecutados junto con su amigo Christoph. Las últimas palabras de Hans fueron: «¡Viva la libertad!».

Aunque hay diferencias (no hay un genocidio, ni muertes, de momento), la represión nazi contra los disidentes y la “omerta” (ley del silencio siciliana) o el miedo que imperaba en la época de gobierno de Adolf Hitler (que llegó al gobierno por las urnas y luego, como ahora Sánchez y compañía, se hizo leyes a medida para perpetuarse), se pueden comparar con el miedo a opinar diferente dentro del actual gobierno de España y, especialmente, dentro del PSOE de Pinocho Sánchez.

Es conmovedor observar cómo Emiliano García Page, cuan un Don Quijote moderno frente a gigantes molinos, defiende sus ideas y su forma de ver España frente a sus compañeros de partido imbuidos/poseídos/atrapados en la idea sanchista del “todo vale”

Es conmovedor observar cómo Emiliano García Page, cuan un Don Quijote moderno frente a gigantes molinos, defiende sus ideas y su forma de ver España frente a sus compañeros de partido imbuidos/poseídos/atrapados en la idea sanchista del “todo vale” para conservar los sillones.

El PSOE se lanza contra Page por sus críticas contra la amnistía. Se lanza contra uno de sus tres únicos barones tras la debacle en las últimas elecciones autonómicas. Contra el más crítico (quizás el único) y discrepante de la línea oficial del partido, sobre todo por los pactos con ERC, Junts y Bildu. Page emerge como el único barón socialista fuerte –por sus mayorías absolutas– con capacidad suficiente para seguir manteniendo su línea propia y alejada de la oficial que marca el partido.

Ferraz ha apostado por dejar solo a Emiliano García-Page con el objetivo de evidenciar que existe una cohesión interna en torno a la amnistía, la cual fue incorporada –sin votación previa– el pasado fin de semana al ideario político socialista en su convención en La Coruña.

El pasado martes, el presidente de Castilla-La Mancha volvió a dejar clara su oposición a la amnistía, un día después de que el PSOE cediese a Junts en el Congreso al pactar una enmienda para excluir el terrorismo de la ley de amnistía, ante la posibilidad de que el expresident Carles Puigdemont, sea acusado de terrorismo dentro del «caso Tsunami Democràtic». Page aseguro, con razón, que «no hay terrorismo bueno y terrorismo malo».

Algunas de las frases de Page que muestran su distanciamiento, parece que definitivo, de la cúpula del PSOE: “Toda mi vida me la he pasado ganando al PP y a la derecha en las elecciones. Me gustaría que los demás hiciesen lo mismo, ganar al PP”, respondió como dardo directo a Pedro Sánchez y sus ministros. “A ver si voy a tener que pedir disculpas por ganar las elecciones», dijo con ironía.

Animo a Page a que se revele y también a otros que callan abochornados y cobardes. Deberían saber que se puede ser culpable por acción o por omisión

El próximo martes se votará la ley de amnistía y, salvo sorpresa, será aprobada. Surgen algunos interrogantes: ¿Se podría dar el caso de que algunos diputados del PSOE (u otros grupos afines a Sánchez) voten en contra de la ley de amnistía? ¿Podría votar Page contra su propio partido? ¿Estaría mal que lo hiciera (pese a que él defiende lo que cree mejor para España y los españoles)?

Es cierto que si alguien se atreviera a ir en contra de la línea del partido de Sánchez (también conocido como PSOE), su trabajo y quizás su futuro (como les ocurrió a los miembros del movimiento de la Rosa Blanca, que solo querían algo tan malo, para algunos, como la “libertad”) se verían seriamente afectados, pero la historia pondrá a cada uno en su sitio (Sanchez pasará a la historia- algo que ansía- pero no por lo que él cree, sino por haber dejado a España como un erial) y ensalzaría a un valiente (o varios) que se salga de la dictadura partidista para votar lo que le dice su conciencia y su deber. Animo a Page a que se revele y también a otros que callan abochornados y cobardes. Deberían saber que se puede ser culpable por acción o por omisión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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