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La escritora melillense Cristina Hernández presenta este viernes su obra Versos Salvajes: “Al igual que se hace en la Semana del Cine, se podría hacer una Semana de la Poesía”

CRISTINA HERNANDEZ

La escritora melillense presenta este viernes su obra Versos Salvajes: “Al igual que se hace en la Semana del Cine, se podría hacer una Semana de la Poesía

-¿En qué va a consistir el recital poético? ¿Cuál es su temática?

-La idea principal era volver a recuperar un poco mi afán por recitar mi propia creación y compartirla, porque hace casi un año que no recito poesía. Lo que tienen en común los textos que voy a leer, los poemas que voy a recitar, es la temática “salvaje”, con todo lo que implica. ¿Qué sugiere al público? Lo salvaje lo podemos tratar desde el amor, el deseo, el erotismo, los impulsos, todo lo que normalmente ubicamos bajo este concepto.

Al mismo tiempo, los textos tienen en común un hilo conductor, que es la presencia de animales que son simbólicos o que pueden funcionar como tótems, porque representan o conceptualizan esos impulsos, esos deseos, esos afanes, esas pasiones más salvajes que a veces nos arrastran a los seres humanos. Esa es la idea principal, es muy sencilla, es compartir mis versos nuevos y recuperar versos antiguos, publicados en mis dos libros anteriores, pero desde esta misma óptica.

-La palabra salvaje, que engloba la temática que vas a tratar en el recital, es un término que también atraviesa directamente otras características del ser, como bien decías, que puede ser el amor, que puede ser la erótica. ¿Qué es ser salvaje para ti? ¿Cómo interpelas tú este término en tu día a día?

-Para mí, ser salvaje es romper el paradigma. Y para romper el paradigma, primero hay que romperlo dentro de uno mismo, con una misma.

-¿De qué forma lo rompes con tu escritura o en tu producción poética?

-Romper el paradigma quiere decir romper con un patrón al que uno se ha acostumbrado. También ocurre que de pronto te llega un suceso o una persona inesperada que te rompe todos los esquemas, te rompe el ego, te rompe el paradigma de tu vida anterior. Eso es ser salvaje, ¿no? Cuando uno cree que está civilizado y sin imaginarlo te suceden acontecimientos, situaciones, personas, tus propias actuaciones, tus propias formas de reaccionar a esas personas o esas situaciones y rompes el paradigma. Rompes tu patrón, rompes tu forma tradicional o habitual de ser. Eso es para mí ser salvaje. No es un concepto de salvaje al uso, digamos.

– Me resuena en la cabeza una canción de Nathy Peluso que se llama Salvaje. Justo en esa canción dice “Soy una sirena, soy una personaje”. No he podido evitar acordarme de ti porque también tienes una obra que trata sobre sirenas, estos seres mitológicos femeninos tienen muchísima importancia en tu producción poética

.-Exactamente, de hecho, en la mitología la mayoría de las criaturas son híbridas. Si te fijas en la mitología clásica grecolatina, todas las criaturas que son mitad humano, mitad animal, son salvajes o eran considerados como salvajes. Estas eran marginadas o vivían en los márgenes de las polis o de la ciudad griega, no estaban incluidas en la sociedad. Esto se debe a que son la otredad, son lo distinto, son los que integran la parte más humana o también incluso la parte más espiritual, con la parte más material o animal y terrenal. Y algunos de estos poemas que recito esta tarde sí que abordan, por ejemplo, el tema de las sirenas, por supuesto.

-¿Qué simbolizan los personajes mitológicos para ti?

-En el mundo salvaje, lo animal o incluso lo mitológico vienen a simbolizar muy concretamente una serie de pasiones. Y cuando digo pasiones me refiero como a impulsos, instintos, emociones. A veces nos olvidamos de esto, de las emociones, del sentir las cosas. Lo intelectualizamos y lo racionalizamos todo tanto que nos olvidamos de lo más sencillo, que es el sentir las cosas.

-Creo que también el tema de la libertad es algo que caracteriza al término de salvaje. ¿Cómo has sentido tú la libertad a la hora de hacer poesía?

-Es verdad que el salvaje o los salvajes tienen ese toque de libertad, pero tampoco podemos olvidarnos que, a lo largo de la historia, todo lo que se consideraba salvaje terminaba siendo una cadena. Esto es también romper el paradigma, es romper las cadenas que nos atan, incluso las cadenas que nos autoimponemos. Es muy buena pregunta, porque yo siempre tenía un sistema de escritura muy medido a la hora de componer poesía.

Yo me dedico más a la investigación, y a la hora de escribir poesía tenía un sistema determinado, sin embargo, en estos nuevos poemas salvajes, precisamente he hecho justo lo contrario. Rompí un poco ese paradigma en cuanto al proceso creativo, a la mecánica de la escritura. Sí, por eso se llaman también salvajes.

– ¿Qué significa para ti recitar?

-Mi poesía es muy fonética. Aunque sea muy compleja en cuanto a lo conceptual, en cuanto al significado, eso no importa. No importa lo que dice el texto, lo que importa es ¿qué le sugiere al que me está escuchando? ¿Qué le sugiere al que lo está leyendo? Porque aquí quien importa es el lector. Entonces, la recitación, la pronunciación, cuando tú haces un texto, es como un ritual.

Es como hacer un conjuro mágico. Cuando tú recitas en voz alta un texto que para ti es sagrado, lo pones en acción.

-Mencionas la magia porque además también en tus redes sociales te defines en muchas ocasiones como alquimista.

-Sí, una maga. Hay un vínculo brutal entre todas las temáticas que trato, que es la misma temática que he ido abordando a lo largo de estos años tanto en los estudios, como en la investigación, en la tesis doctoral y en la poesía, además de en otra serie de actividades culturales. Recitar mi propia poesía es hacer ese ritual, es hacer ese hechizo, es hacer magia, es hacer un conjuro en voz alta, darle vida al texto. Es, podría decirse, como una misa.

-En el papel de profesora, ¿cómo trabajas ese gusto por la poesía con tus alumnos?

-Te lo voy a decir con tres verbos en infinitivo: Transmitir, compartir y contagiar.

-¿De qué manera crees que se puede incentivar la poesía en Melilla?

-Se tendría que hacer un festival nacional de poesía. Ahí ya le lanzo la idea a la consejera de Cultura.

Un festival de poesía que traiga a poetas de fuera, y que dejen participar a poetas locales. Al igual que se hace en la semana del cine, se podría hacer una semana de la poesía. O hacer recitales en bares, escribir poemas en servilletas de papel… hay muchas ideas pero se necesita ejecutarlas.

 

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Elsa Almendros

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