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La contraofensiva en Ucrania no ha comenzado. Slava Ukraini

Dada la extrema dificultad de predecir, incluso a corto plazo, el desarrollo de los acontecimientos en la guerra, la conocida como “fog of war” (la niebla de la guerra), considero conveniente especificar que este artículo fue completado el pasado viernes a las 10 de la noche.

Una gran mayoría de los medios de comunicación están informando de que las fuerzas armadas de Ucrania han lanzado su esperada contraofensiva, para expulsar a los invasores rusos. De la lectura de muchos de los informes parece desprenderse que esperan resultados espectaculares y poco menos que inmediatos o a muy corto plazo. Y difunden con aparente sorpresa -quizás pesimismo- una misma fotografía, proporcionada por Rusia y tomada por lo que parece desde diferentes ángulos, de unos vehículos ucranianos destruidos – un tanque Leopard 2 y 4 o 5 vehículos de combate de infantería tipo Bradley. Resulta obvio cual es el propósito de Rusia al difundir la foto, pero es preciso resaltar que dicha foto, su contenido, carece totalmente de importancia en el contexto de lo que va a ser una fase terriblemente dura de la guerra en Ucrania. Es seguro que va a haber muchas bajas, realmente muchas, en personal y material, antes de que la guerra termine.

En cuanto a la posible duración del conflicto, es preciso recordar que desde el 6 de junio de 1944, fecha del desembarco aliado en Normandía, hasta la rendición de Alemania el 9 de mayo de 1945, pasó casi un año. Una Alemania ya muy desgastada en personal, medios, logística e industria, tras más de cuatro años de guerra, combatiendo a la vez en dos frentes muy distantes, contra un enemigo claramente superior en personal y medios -muy marcadamente en el caso del frente ruso- fue capaz de resistir durante largo tiempo y, en ocasiones, de poner en serios aprietos a las fuerzas aliadas.

Pensar que Ucrania va a ser capaz de derrotar a Rusia en un corto plazo de tiempo es ilusorio, por mucho que nos gustaría ver lo contrario. Es pertinente recordar la frase que empleó Winston Churchill el 13 de mayo de 1940, en el contexto de la batalla de Francia, tras reemplazar a Neville Chamberlain como primer ministro. Tan solo prometió “Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”.

Habrá mucho menos de todo ello si los países occidentales continúan proporcionando a Ucrania el equipamiento que necesita y, sobre todo, si superan los miedos y le proporcionan un elevado número de misiles de largo alcance, como los Storm Shadow que Gran Bretaña entregó a principios de este año, y como los ATACMS estadounidenses que el presidente Biden sigue dudando en proporcionar, con la débil excusa de que pueden ser usados para atacar a Rusia. Por una parte es lógico pensar que los objetivos elegidos por el mando ucraniano serían los que le proporcionaran a Ucrania una ventaja operacional y estratégica, objetivos que por el momento se encuentran dentro del territorio ocupado de Ucrania o cerca de las fronteras. Y además ¿por qué no atacar en Rusia cuando Rusia ha previamente atacado a Ucrania? El miedo, no la prudencia, es siempre mal consejero. Lo mismo ocurre con la negativa a proporcionar a Ucrania aviones de combate occidentales, tipo F-16 u otros.

Parece que occidente, al menos las principales potencias, están desde un principio apostando a que Ucrania no pierda la guerra, o quizás a que gane pero por poco, sin molestar mucho a Putin, pero no le está dando los medios para que la gane en el menor tiempo y con el menor sufrimiento posibles. Cualquier persona con un mínimo conocimiento militar, sabe que la superioridad aérea es básica para el desarrollo de operaciones ofensivas, aún más cuando se trata de las imprescindibles operaciones con medios acorazados y mecanizados. La existencia de una buena defensa antiaérea ayuda, como su nombre indica, a la defensa, pero no lo hace de manera suficientemente significativa en las acciones ofensivas.

Volviendo al título del artículo creo que, si bien Ucrania ha iniciado la contraofensiva, es seguro que el ataque principal no ha comenzado todavía. El Estado Mayor ucraniano seguro querrá mantener a los rusos adivinando dónde tendrá lugar la acción principal, durante el mayor tiempo posible. Hasta ahora, parece que los ucranianos todavía están probando las vulnerabilidades que puedan explotar y reforzando los éxitos tácticos locales. Como resultado, algunas aldeas han sido liberadas y se han recapturado unos 100 kilómetros cuadrados de territorio. Sabremos que el ataque principal ha comenzado cuando veamos dos o tres brigadas acorazadas atacando en una determinada dirección. Contando con que en una brigada mecanizada/acorazada ucraniana hay unos 250 vehículos blindados, estaríamos viendo un mínimo de unos 500 vehículos blindados atacando en la misma dirección, algo de lo que por el momento estamos muy lejos.

En cuanto a las defensas rusas, es cierto que durante los últimos meses los rusos han construido cientos de kilómetros de trincheras (de calidad variable), campos minados, zanjas antitanque y cinturones de obstáculos de «dientes de dragón». Estas defensas, sin duda, presentarán desafíos al ataque de Ucrania. Pero las defensas son tan buenas como los soldados que ocupan esas trincheras y cubren esos obstáculos. Las feroces luchas internas que vemos entre los diversos líderes militares rusos y los jefes mercenarios resaltan la falta de cohesión en el lado ruso. Es de esperar que Ucrania trate de explotar esto, profundizando con rapidez en cualquier brecha obtenida en alguna parte de la línea defensiva, para tratar de generar desconcierto y desmoralización en las fuerzas rusas, mucho menos capaces de reaccionar ante circunstancias no previstas.

Esa “punta de lanza” será más afilada y efectiva cuanto más apoyo reciba de las potencias occidentales. Cuánto tiempo toma y cuántas vidas cuesta alcanzar el éxito depende en gran medida del apoyo adicional que ofrezca Occidente. Ucrania tendrá que ser reabastecida a medida que la guerra continúa. La administración Biden ha dicho recientemente que le ha dado a Ucrania lo que cree que necesita para tener éxito, sugiriendo que depende de Ucrania hacer el máximo uso de lo que tiene. Este tipo de postura puede conducir a una complacencia pasiva: observar y esperar los resultados del campo de batalla. Pero lo que Ucrania necesita en este momento no son espectadores, sino participantes involucrados al máximo en la búsqueda de la victoria, en el menor plazo posible.

Asumiendo que las fuerzas ucranianas tienen éxito, queda el interrogante de la península de Crimea, que Rusia considera como irrenunciable. Sobre ello, y otras consideraciones, escribiremos la próxima semana.

FRASES

Pensar que Ucrania va a ser capaz de derrotar a Rusia en un corto plazo de tiempo es ilusorio, por mucho que nos gustaría ver lo contrario.

Si bien Ucrania ha iniciado la contraofensiva, es seguro que el ataque principal no ha comenzado todavía.

Cuánto tiempo toma y cuántas vidas cuesta alcanzar el éxito depende en gran medida del apoyo adicional que ofrezca Occidente.

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Gonzalo Fernández

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