Y todas ellas con una historia y una denominación acorde con los nombres y los tiempos que son indiscutibles e imperecederos.
El tiempo que nos va devorando imperceptiblemente, sin que nos demos cuenta, siempre deja un rédito, un recuerdo, las estelas de las vidas que lo ocuparon y vivieron. Pero el tiempo, buena cosa tiene, y es que nunca olvida, y premia y sanciona a los que pasaron de formas diferentes.
He querido centrar el tema para desarrollarlo y este desarrollo no es otro que la Nominación de una calle de nuestra Ciudad a nuestro querido Ginecólogo Dr. Romano Díaz. Con esto está todo dicho. El Dr. Romano empezó como siempre empiezan los buenos, aquellos que quieren llegar a lo más alto, desde los primeros escalones y subiendo los peldaños con paciencia y buen y bien hacer, como uno más, en una “Empresa” como la Sanitaria donde se requiere mucho trabajo, mucha tensión y mucha dedicación que en tantas ocasiones hay que robarle a las vidas particulares de los sanitarios y él lo supo hacer, lo hizo y lo enseñó a los demás.
Siempre estuvo al lado de los “Currantes”, independientemente de sus categorías laborales, siendo el primero en dar un paso al frente cuando la ocasión lo requería y luchar por todos los que en aquellos tiempos tratábamos de integrarnos, desde Cruz Roja, en la Red Nacional del Insalud, cosa que conseguimos. Y para muestra un botón: El Comité de Empresa no tenía espacio físico en el antiguo hospital y él puso a su disposición su despacho, que algunas ocasiones tuvo que abandonar cuando llamaban de Madrid. ¿Se puede dar más?… ¿Verdad que no?
Las lágrimas que se nos saltaron ayer, hablando por teléfono dan fe de lo que testimonio en estas líneas.
Un Abrazo, Pepe, que el Señor te bendiga y mi, nuestras enhorabuenas, por tu gran labor.
