Más de mil personas participaban en una improvisada manifestación en protesta por los sucesos del fin de semana cuando un grupo de legionarios se tomaba la justicia por su mano y vengaba en la zona del Rastro la muerte de un compañero, el joven José María Hidalgo, causando destrozos y apaleando indiscriminadamente a cuantos musulmanes encontraron a su paso. La Delegación confirmaba la detención del presunto autor del asesinato, un soldado de reemplazo. Se calificaba de correcta la actuación de la Policía, y la Comandancia garantizaba el mantenimiento de la disciplina en los cuarteles y la detención de varios mandos.