La Ventanilla Única de la Administración melillense llevaba varios días desbordada por un importante número de ciudadanos marroquíes que solicitaban su empadronamiento en Melilla. Según apuntaban algunas fuentes, el número de personas que tramitaba en esa época este documento podía oscilar entre las 150 y 200 como media diaria. Esa avalancha estaba producida, al parecer, por la aplicación de nuevos criterios en las normas exigibles para el empadronamiento, que se basaban casi exclusivamente en la presentación del pasaporte y un domicilio en la ciudad. Algunas formaciones políticas, como la UPM, mostraron su temor a "una progresiva marroquinización" de Melilla. Por otra parte, se incorporó a las líneas marítimas de Melilla el buque canguro 'Ciudad de la Palma'.