Me pareció hace tiempo, y así lo escribí, que Gloria Rojas podía introducir un poco de aire fresco y novedad a un PSME-PSOE en estado de descomposición, pero los hechos han demostrado que la realidad es todo lo contrario, es más de lo mismo, de lo peor de lo mismo. Porque, me dicen y así lo creo, como los hechos demuestran, que Rojas es un pelele en manos de lo peor de lo de siempre, en este caso de políticos como Dionisio Muñoz, un malvado indisimulable, y Gregorio Escobar, un sectario que va de bueno.
La deriva hacia la nada del PSOE en España es un hecho tan evidente como lamentable, porque a España le convendría un partido social-demócrata equiparable al resto de los que existen en muchos países europeos desarrollados. De aquellos tiempos de Felipe González ya sólo queda Pedro Sánchez, un político torpe hasta la exasperación y débil -acosado y ninguneado cruelmente por su mismo partido- hasta extremos que llegan a causar cierta ternura, si no fuera por el daño que a España le está haciendo su nefasta actuación política.
Pero si existe una deriva hacia la nada del PSOE nacional -o plurinacional, porque la E del PSOE, podría también ser la C de Cataluña separada de España, o la E de Euskadi, asimismo separada, etc.-, la situación de fracaso permanente del PSOE melillense ya no es una deriva, es un naufragio clamoroso. De aquellos tiempos del PSOE local con personas de la talla de Justo Sancho Miñano o de Jesús Morata, se pasó a la etapa negra y prepotente de Julio Bassets y Gonzalo Hernández y de allí, de deriva en deriva, a la de un político despreciable, Dionisio Muñoz, "Er Dioni", para llegar a la triste etapa actual de la débil y torpérrima Gloria Rojas. Un horror.
Me pareció hace tiempo, y así lo escribí, que Gloria Rojas podía introducir un poco de aire fresco y novedad a un PSME-PSOE en estado de descomposición, pero los hechos han demostrado que la realidad es todo lo contrario, es más de lo mismo, de lo peor de lo mismo. Porque, me dicen y así lo creo, como los hechos demuestran, que Rojas es un pelele en manos de lo peor de lo de siempre, en este caso de políticos como Dionisio Muñoz, un malvado indisimulable, y Gregorio Escobar, un sectario que va de bueno. En ambos casos, el de Muñoz y el de Escobar, dos políticos procesados y a punto de ser juzgados por presuntos y graves delitos electorales continuados en el voto por correo, lo peor en lo que puede incurrir un político. A Dionisio Muñoz se le han imputado, además de un delito electoral continuado, los de falsedad, prevaricación, malversación de caudales públicos y asociación ilícita, y la fiscalía solicita para él, aparte de otras penas, nada menos que 27 años de cárcel. A Gregorio Escobar "'sólo" 9 años, además de inhabilitación y multas. En el mismo proceso penal están, entre otros, los socialistas Alonso Díaz, Rabea Aomar, Yeray Díaz, Nora Hamed, Amin Mohamed, José Gabriel Jiménez, Celia Sarompa, Rafael Robles, Sergio Martínez, Eman Mohamed, Ana Mansilla y Joaquín Arana.
Con ese panorama político propio tan desolador, que Gloria Rojas cometa la torpeza, además de la injusticia, de seguir insistiendo con lo del Campo de Golf, en este caso llevando al Pleno de Control de la Asamblea de Melilla una pregunta (en la que se equivoca hasta de objetivo, confundiendo Federación de Golf con Club Campo de Golf) para que el Consejero de Deportes conteste sobre sus afirmaciones públicas, no en un "aperitivo" -como la torpérrima y mala Rojas escribe- sino en una reunión de aficionados y jugadores de golf, ha recibido la respuesta adecuada: el Consejero no ha hecho sino constatar y comunicar una verdad. Una verdad indudable y comprobable que, falseada por razones políticas y fobias personales, originó una demencial y falsa denuncia política, a la que se sumaron, tras impulsarla, políticos tan nefastos como Dionisio Muñoz o el lamentable Julio Liarte, por entonces líder formal del PPL (el gran enemigo del Gobierno local y del PP, un partido, el PPL, a punto de desaparecer). Unas denuncias políticas que fueron convertidas, transcritas casi literalmente, en "investigaciones" por una increíble, dañina e injusta acción de un pésimo funcionario público, adscrito a la Policía Judicial de la Guardia Civil, de nombre Sergio Rodríguez.
Me da ya hasta asco tener que insistir tantas veces en lo mismo, pero de nuevo he de hacerlo, para intentar evitar que, como hacía el nazi Goebbels, una mentira repetida y vuelta a repetir, se pueda convertir en una verdad pública. La gestión de la directiva del Club Campo de Golf ha sido impecable y extraordinariamente eficaz, como los hechos y los números demuestran. Ninguno de sus miembros, yo incluido, nos hemos apropiado ni de un sólo euro, sino que hemos trabajado, y mucho, sin recibir nada. Ninguno de los políticos y funcionarios que han sido denunciados por lo del golf, denunciados por razones políticas y fobias personales, han cometido delito alguno. Y ya está bien de aguantar tantas injusticias durante tanto tiempo. Ya está bien, señora Rojas, señores dirigentes, en la sombra, del PSOE local, esos que, como decía nuestro periódico del martes en su página 2, con foto incluida, "no estaban muertos, estaban de parranda".
Porque además de injustos, ustedes, políticos autodenominados socialistas, malos políticos en el sol y en la sombra (como lo ocurrido recientemente con Dunia Almansouri y el fallido pacto electoral del PSME con CpM acaba de demostrar), son de una torpeza y de una maldad sin límites. Cuanto más insistan en la falsedad y la calumnia, peores resultados, no sólo políticos (estos por supuesto) obtendrán, porque la justicia puede ser lenta, pero les llegará, y pagarán por sus mentiras, falsas denuncias y calumnias. Porque, además de mentirosos, y parafraseando a Séneca, podría decir, con propiedad, que "el político estúpido es un necio que calla; y bajo ese punto de vista es más soportable que el necio que habla". Gloria Rojas y los que la dirigen hablan mucho.
Posdata. Nueva llamada de atención, angustiosa y angustiada, en este caso de los empresarios melillenses, por los impagos de la Ciudad Autónoma. La situación de la Consejería de Hacienda (ocho directores generales en una sola Consejería, un disparate y un despilfarro monumentales) es ya absolutamente insostenible. La sensación cierta, lamentable y predominante de que en Melilla no gobierna el Gobierno, sino esa figura indefinida que se conoce como el Interventor y los que le rodean, es antidemocrática y extraordinariamente perjudicial no sólo para el Gobierno local y sus intereses electorales, sino, y sobre todo, para casi todos los melillenses (excluyendo, claro, a los colocados y mantenidos indebidamente, Interventor y los que le rodean, entre ellos). Así no se puede ni se debe seguir ni un minuto más y sobre la pasividad habrá que superponer la denuncia permanente, la no rendición.
Por otra parte, y como era el lema de las legiones romanas, gloria y honor al Melilla Baloncesto. Su gesta merece la recompensa de militar en la División de Honor del baloncesto español.
