Juan Manuel Moreno Bonilla, candidato del PP-A, ha condicionado la posibilidad de que su partido facilitara la investidura de Susana Díaz, como presidenta de la Junta de Andalucía, a la firma de un acuerdo con el PSOE-A, para que se respete la lista más votada de cara a las elecciones municipales de mayo.
Y dice no obstante, que la posición en este momento de su partido es votar que no, a la investidura. Yo creo que le va a pasar como su antecesor, el eterno derrotado, Javier Arenas.
Albert Rivera, de Ciudadanos, le ha dicho a Susana Díaz que su formación se opondrá a su investidura en todas las votaciones que se produzcan mientras que no abandonen sus actas en el Congreso y en el Senado, Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Teresa Rodríguez, de Podemos, ha condicionado la posición de su partido en el debate de investidura a que por parte del PSOE-A, se acepte un paquete de medidas “de sentido común”, entre las que se incluye la dimisión “inmediata” de los ex-presidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, de sus escaños en el Congreso y Senado, tras haber sido citados como imputados ante el Supremo por el caso ERE. Teresa Rodríguez ha indicado que si este paquete de medidas se cumple, incluye hacer a los partidos responsables subsidiarios, para asegurar que se devuelva todo el dinero de las arcas públicas que se haya mal utilizado, y que haya servido, igualmente, para financiar al partido en cuestión; y que la Junta no convenie, (de convenios varios), con entidades financieras, bancos, fondos de aves rapaces, como los buitres negros, que ejecutan desahucios, y también la readmisión de personal en educación, sanidad, igualdad y bienestar social, a través de la disminución de altos cargos y asesores políticos. Esto último es lo que más me agrada, ya que no estaría nada mal, ¡eh!
La funcionaria municipal, que descubrió la trama Gürtel, dice que por suerte, se están creando muchos partidos políticos nuevos con ganas de hacer cosas, que son muy criticados y eso que aún no han gobernado. Son muy criticados porque suponen una amenaza al bipartidismo, que desde su punto de vista, y el mío también, es lo que hay que romper para salir de esta situación. A mí me deja perplejo que los que los “despellejan”, sí que han hecho promesas que no han cumplido, léase a Rajoy, y Zapatero, por ejemplo. Además que no los podemos tachar de que no sirven si no les damos la posibilidad de que lo demuestren, si es que alguna vez gobiernan.
Pero fíjense que el único que condiciona para que gobierne el de la lista más votada, es el PP, porque lo suyo, como el PSOE, es: ¡mandar a toda costa!, para que todo siga igual, y………… ¡Viva la Pepa!….de Puerto Real.
Dice Ana Garrido, que así es como se llama esta funcionaria, que “no soporta, (ni yo tampoco), ver a multitud de políticos que no tienen ningún tipo de formación, preparación, ni vocación, ni interés por la política, sino que lo único que les interesa es el puesto de poder y ganar dinero, utilizándolo como eslabón para hacer otro tipo de negocio, o para beneficio personal”. En eso, por desgracia, habría que hacer una limpieza radical; y para llevarlo a cabo hay que terminar con el bipartidismo, similar al de Cánovas y Sagasta en el XIX; y aunque aquéllo fue otra historia, está concatenada por la idiosincrasia de los españolitos, con la actual, y se podría decir que es la misma. Y ahora sí que vendría bien usar una “Daga Florentina”, en plan dialéctico, como la que manejaba D. Francisco Silvela en el Congreso. ¡Qué hombre!, que se pagaba, de su peculio particular, los gastos de desplazamiento y comidas, cuando viajaba en plan oficial. Igualiiiito que ahora, ¿no?.
Como todo el mundo sabe existe la expresión: “Son los mismos perros, pero con distintos collares”. Como saben el origen de esa expresión, se le otorga directamente al perverso Fernando VII, cuando se constituyó en Madrid una milicia popular, afecta a la causa revolucionaria; y tres años más tarde, con la vuelta del absolutismo de aquél “Narizotas”, la milicia fue disuelta constituyéndose otra afecta al nuevo régimen. Poco después, ya como “El Deseado”, al pasar revista al nuevo cuerpo descubrió en él muchas caras que le eran familiares, de la milicia liberal. Entonces, el tío, que era muy sagaz y con muy mala leche, de manera irónica, comentó: “A lo que veo son los mismos perros con distintos collares”. Esta frase quedó para la posteridad para mostrar el desencanto que produce la aparente renovación de una situación cuando en realidad se mantienen los mismos defectos y vicios que se pretendían desenterrar, y además con las mismas personas. Más claro: el agua del “Bombillo”.
