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Atril ciudadano

Escenas de diez o de más

Tiempos maravillosos. Mis personajes de cómics desfilan por mi memoria reclamando su ganado por siempre protagonismo. Ese Carpanta pícaro y comilón empedernido. Las hermanas Gilda, Leo y Hermene que se me hacían cariñosamente repipis; mi repórter Tribulete para mí nada ingenuo y sí socarrón, Rigoberto Picaporte solterón y con mucho porte , el botones Sacarino y su falta o no de tino, el doctor Cataplasma y su criada Panchita, los insuperables Mortadelo y Filemón, los hermanos Zipi y Zape que los consideraba painos que no grajos en el lugar, Pepe Goteras y Otilio, el chiquito Pulgarcito y tantos que tanto nos dieron en los tebeos de aquellos años mágicos. Colores, meternos con ellos en escena, vivir el momento, esperar con ilusión desmedida al próximo número, ilusión y moralejas nada vedadas a nuestro infantil alcance.

A Ibáñez, Escobar, Smichtd y a tantos de los cuales no recuerdo su nombre, nuestro agradecimiento por cargarnos la mochila a la espalda de infinitas risas.

Desde aquellas primeras imágenes en blanco y negro de la televisión en calle O´Donnell ( establecimiento Juan Lucas ) a las series que pocos años después nos ataban disciplinados a los sillones de casa de gratísimo recuerdo: el Fugitivo, los Intocables, Bonanza por casi catorce años, Daktari, Clarence el león bizco, Misión Imposible…los maravillosos Estudios UNO que tanto nos ayudaban en el seguimiento de las clases de Lengua y Literatura de nuestro recordado Don José María Antón; los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente quien despertó nuestro amor a la naturaleza, a nuestros hermanos animales; los océanos y paraísos del Doctor Cousteau, precursores de los maravillosos National Geografic.

Queríamos a Caponata, a Espinete, a Locomotoro y al Capitán Tan y a la perrita Marilyn de Herta Frankel; nos parecía hasta alto y guapo el inolvidable Torrebruno; nos íbamos a la cama pues había que descansar encantados con el pequeñín pulpillo; soñábamos con Peter Pan y Lucecita, con Bambi y sus bosques.

Toni Leblanc en su papel de Cristobalito Gazmocho nos partía de risa y el inigualable Gila nos monotelefoneaba guerras donde el enemigo era casi amigo. Las películas en blanco y negro de "risa" como así las llamábamos de Harold LLoyd, Buster Keaton, el genio de los genios Charles Chaplin, el Gordoy el Flaco han marcado generaciones con un humor humano, didáctico irrepetibles.

Los maestros nos llamaron e hicieron amar la lectura. Libros de viajes y aventuras, descubrimientos y exploradores, jugaron con nuestra fantasía e imaginación: Verne, Salgari, Jonathan Swift, R.L. Stevenson, los pícarzuelos de Dickens, Mark Twain, el Principito de Saint Exupery…llevándonos a conocer Geografía, latitudes y longitudes, civilizaciones perdidas, tesoros enselvados, grandes lagos de África sin olvidar la ruta de la Seda del itálico Marco Polo.

Es imposible por espacio seguir plasmando estas escenas e imágenes, aunque algunos se me rebelan y me exigen su protagonismo y en final a ello accedo para su tranquilidad. Gracias Pato Donald, Pitxi y Mitxi, Félix el Gato, Correcaminos, Popeye y amada compañera que he de reconocer también amé, Mickey Mouse, Tom y Jerry. Gracias al Jabato y a su troupe en especial al gigante Mickey, Capitán Trueno, Goliat y hermosa Sigrid princesa o reina de la gélida Thule y mis disculpas ante los olvidados no por voluntad y sí por edad. Son parte sustancial de nuestros posos, de vivencias y cercanas utopías imaginadas, enamoradas sirenas y titanes vencidos. Forman parte de nuestra historia personal y de nuestros pasos. Me he sentido reconfortado en volverlo a recordar quedándome pendiente verle la cara al Guerrero del antifaz al cual he prometido perseguir. Feliz Navidad amigos y entrada del Nuevo Año, Salud.

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