Alrededor de una docena de menores inmigrantes han logrado entrar a Melilla a la carrera por el paso fronterizo de Beni-Enzar saltándose todos los controles de seguridad. Este acceso irregular se produjo a las 4.40 horas del pasado lunes y, aunque ya se habían registrado accesos de este tipo en ocasiones anteriores, ésta es la primera que sucede en 2017. Los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que estaban prestando servicio en aquel momento en el paso de Beni-Enzar no pudieron interceptar a tiempo a los inmigrantes. Fuentes policiales apuntaron que todos, o la gran mayoría de los que consiguieron entrar a Melilla de manera irregular, eran menores extranjeros no acompañados, de origen magrebí.
Nueve de ellos terminaron en el centro de protección de La Purísima, donde fueron acogidos por la Consejería de Bienestar Social a la espera de que las pruebas oseométricas determinen si tienen o no más de 18 años. Esta prueba, determinada en el protocolo establecido, se realiza a todos los chicos que llegan al centro de acogida porque algunos de ellos mienten sobre su edad para beneficiarse de las medidas de protección reservadas a menores.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, mostró en declaraciones a este Diario su preocupación por el elevado número de menores inmigrantes que han llegado para ser acogidos en el centro de La Purísima en lo que va de año. Desde que empezara este 2017 hasta ayer, han sido un total de 75, es decir, algo más de tres diarios.
Dijo no saber cuántos podrían haber entrado realmente a Melilla, ya que no todos los que logran acceder a Melilla terminan en el centro de acogida. Lo demuestra el hecho de que tres de los alrededor de 12 que entraron a Melilla el lunes no fueron al centro de protección. “Algunos entran directamente con las ideas claras y van a la zona del puerto más cercana para marcharse como polizones”, apuntó el consejero de Bienestar Social.
En cualquier caso, sobre los 75 que han ingresado nuevos en el centro de acogida en los primeros 24 días de 2017, Ventura admitió que “son muchísimos” en comparación con años anteriores, de ahí que el director del centro de menores le diera ayer “la voz de alarma”, puesto que a todos ellos la Ciudad Autónoma debe darles atención y protección. “No sé hasta qué punto podrán seguir entrando y hasta cuántos podremos atender”, se preguntó Ventura, que insistió en que se trata de un problema de ciudad “bastante serio” que afecta a todos y que requiere buscar fórmulas entre todas las partes.
El problema, en la frontera
Hace unos días, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, subrayó que el problema de los menores extranjeros no acompañados que sufre la ciudad estaba en los pasos fronterizos, para los que reclamó más efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
