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Nota en libertad

En memoria de Liberales

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El domingo 15 de Marzo de 2015, varios amigos miembros del Club Liberal Español, con motivo de una visita a los Museos Picasso, Centro de Arte Contemporáneo y Thyssen de Málaga, colocamos un ramo de flores en el monumento sito en la Plaza de la Merced, que erigió el Ayuntamiento de Málaga en 1842, en memoria de los 49 liberales que fueron fusilados en la playa de la Misericordia el 11 de diciembre de 1831. Dice una de las placas del monumento: “A las 49 víctimas, que por su amor a las libertades patrias fueron sacrificadas en esta ciudad, el día 11 de diciembre del año de 1831”

Fue un acto sencillo celebrado entre visitas a los museos. Allí estábamos exparlamentarios de las Cortes Constituyentes de 1978, parlamentarios de la extinta UCD y del Parlamento de Madrid; todos amigos y actuales miembros del Club Liberal Español. Paseamos alrededor del monumento leyendo los nombres de los 49 fusilados, algunos de ellos ascendientes de amigos del Club como López-Pinto o Fernández-Golfin; en el monolito hay placas con leyendas emotivas; dicen: “El mártir que transmite su memoria, no muere, sube al templo de la gloria”, o: “A vista de este ejemplo, ciudadanos, antes morir que consentir tiranos”.

Como Presidente del Club pronuncié unas palabras en recuerdo de quienes dieron su vida por la libertad de España, de los españoles y por la defensa de la Constitución de 1812. Relaté que el General Torrijos, que había combatido en la Guerra de la Independencia, sufrió junto con otros constitucionalistas, la persecución y represión del Rey Fernando VII, llamado El Deseado, el cual, a pesar de haber regresado a España en 1814, se negó a jurar la Constitución de 1812, como habían realizado ante cada uno de los ayuntamientos españoles, las autoridades y los ciudadanos. El Rey publicó un decreto en 1814 que “anulaba” la Constitución ya que, decía, el único titular de la soberanía era el propio Rey. El monarca, finalmente, se decidió a jurar la Constitución en 1830 a causa del levantamiento de Riego, ante el temor de perder el trono.

El acatamiento del Rey fue puramente formal, pues luego no cumplió las debidas convocatorias a Cortes, ni el monarca abandonó su influencia en la justicia, en las cuentas del Reino y ejerció en todos los ámbitos del poder, es decir, retornó el absolutismo.

Ciertamente, es extraño que haya constitucionalistas que se permiten criticar la Constitución de 1812, por teórica y no aplicada, cuando tiene tres méritos importantes y evidentes. En primer lugar, se elaboró durante la guerra de la independencia que aglutinó e impulsó la unión de todos los españoles contra el invasor francés. En segundo lugar, el pueblo, en uso de su soberanía, se dio tal Constitución acabando con el sistema absolutista de la monarquía española; además reconoció, respetuosamente, la institución monárquica, a la que reservó el poder ejecutivo. Y, en tercer lugar, reconoció derechos fundamentales inéditos a los españoles convirtiéndoles en ciudadanos, cuando antes eran súbditos; modernizó el sistema político implantando la teoría de la división de poderes, atribuyendo a las Cortes el poder legislativo y separando el poder judicial; también reconoció la libertad de prensa e imprenta lo que representó un gran avance en el esquema de las libertades colectivas.

Por ello, cabe afirmar que la labor de las Cortes de Cádiz fue muy meritoria pues no solo nació en unas circunstancias especiales, la Guerra de Independencia, sino que consiguió, tras largos debates, aprobar la Constitución de 19 de marzo de 1812, y, además, abolió la Inquisición, señoríos y otras figuras de privilegio.

Comenté que la labor de las Cortes de Cádiz merecen nuestro respeto, político y jurídico, y dije, que cabe comparar a esa época los años y la labor de la Transición española a la democracia, de la que resultó la Constitución de 1978. En efecto, de 1975 a 1980 España vivió una fase de unión del pueblo español, que vibró con la ilusión de la convivencia en libertad y el deseo de organizar y disfrutar en España de un verdadero Estado de Derecho.

Los 49 fusilados en Málaga en 1831 fueron liberales que sufrieron un largo exilio en Londres; desde allí se trasladaron a Gibraltar, y navegaron hasta desembarcar en Fuengirola con la idea de movilizar a los ciudadanos para recuperar el sentimiento constitucional; no consiguieron revitalizar esas ideas ni tampoco el apoyo popular, pues habían transcurrido años desde que, tras el trienio liberal de 1820 a 1823, fuera abortada esa etapa constitucional a causa de la invasión de los 100.000 hijos de San Luis y restablecer el poder absoluto de Fernando VII.

No fue posible recuperar el espíritu liberal constitucional para modernizar España, por la resistencia real, y ello fue el comienzo que llevó a nuestro país a vivir unos convulsos siglos XIX y XX, plenos de luchas fraticidas, entre Guerras Carlistas y Guerra Civil. Todo ello representó la resistencia a la modernidad, con estéril combate político en el que España perdió mucha energía y posibilidades de incorporación a Europa. Por ello, conviene defender la estructura democrática surgida en 1978 para todos los españoles.

CONCLUSIÓN: El 15 de marzo de 2015 en la Plaza de la Merced de Málaga, al pié del monumento a Torrijos y otros 48 fusilados el 11 de diciembre de 1931, colocamos, algunos miembros del Club Liberal Español, un ramo de flores en reconocimiento y memoria de quienes murieron por la defensa de las libertades de España y de los ciudadanos españoles. Debemos tenerlos en nuestra memoria, pues, de nuevo, se aproximan ideas totalitarias a nuestro país.

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