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El Sindicato Médico de Melilla afirma que desde un punto de vista de rigor matemático la situación de la vacunación en la ciudad ha empeorado “incomprensiblemente”

El primer corte corresponde al día 5 de marzo de 2021

En nuestro comunicado de marzo de este año, hacíamos referencia a las lamentables cifras de vacunación que con fecha 5 de marzo lucía nuestra ciudad.

Por aquel entonces nos llamaba la atención la ausencia de autocrítica por parte de los responsables de la Ciudad Autónoma, cuando sólo teníamos al 1.5% de la población melillense vacunada, a diferencia del 2.83% de la media española o del 4.3% del Principado de Asturias.
En esa fecha, por un mínimo de equidad, dado que Melilla tiene la tasa de camas por 1.000 habitantes más baja de España (y de Europa Occidental) y los medios sanitarios estructurales y funcionales más pobres del Estado español, solicitábamos, por criterios estrictos de eficiencia, que Melilla estuviese no sólo a la cabeza, sino por encima de la autonomía con mayor tasa de vacunados. A finales de febrero de 2021 debíamos estar en el 10% y no por debajo del 1.5%.

Durante estos dos meses, la situación de la vacunación en Melilla, desde un punto de vista de rigor matemático, ha empeorado “incomprensiblemente”, como se demuestra en las dos gráficas que nos ha proporcionado el Ministerio de Sanidad, con fecha 10 de mayo, si lo comparamos, bien con la media nacional, bien con la autonomía que ha recibido mayor discriminación positiva en términos de vacunación, que es Asturias.

Como podemos comprobar, a fecha de 30 de abril de 2021, la vacunación de Asturias ha pasado del 4.3% al 14.9% y la de Melilla ha pasado del 1.5% al 7.3%, mientras observamos como las curvas de vacunación “se separan”, porque la pendiente de Asturias se “dispara”, mientras que la de Melilla se “aplana”. Para que nos entienda todo el mundo: Asturias, que nos ganaba por goleada en marzo, sigue aumentando, no sólo la diferencia en personas con vacunación completa, en términos absolutos, sino que incrementa la velocidad a la que lo hace, mientras Melilla cae. Es decir, usando el argot castizo: “el rico, es cada vez es más rico, y el pobre, más pobre”
Pero el problema de tendencia se agrava, más aún si cabe, durante el mes de mayo, en el que Melilla se estanca en un 7.8%, la media nacional aumenta al 13.1% y Asturias se despega hasta el 19.2%.

No hay que tener una tesis doctoral en Matemáticas Avanzadas para entender que es intolerable que Asturias, en dos meses, a pesar de tener estructuras sanitarias a años luz de las melillenses, tenga cerca del triple de población vacunada más que Melilla a estas alturas, y que la vacunación nacional sea casi el doble.

En estos dos meses, mientras Asturias ha crecido 15 puntos porcentuales, Melilla que debería haber crecido más de 30, sólo ha aumentado 6. Es decir, hemos empeorado con respecto a una previsión razonable, un 500%, cifra escalofriante y que nos hurtan desde la CAM.
¿En qué se traduce esto? Pues simplemente que Asturias ha recibido un exceso de vacunas, con respecto a Melilla, que ha permitido vacunar completamente a unas 120.000 personas adicionales, es decir una población, en términos absolutos, superior a la de Melilla.

En resumidas cuentas, desde el estado español, no sólo no nos han aumentado las dosis de vacunas que, en justa equidad, nos correspondería en virtud de nuestro aislamiento geográfico y situación sociosanitaria, sino que nos discriminan de forma incomprensible.

Obviamente no tenemos nada en contra de los asturianos y desde aquí les felicitamos tanto a los ciudadanos de Asturias, como a sus políticos. No podemos decir lo mismo de los políticos melillenses: si considerábamos injustificable que los responsables de la Ciudad Autónoma no hiciesen autocrítica en marzo de este año, cuando las cifras de vacunación de Melilla eran muy inquietantes, que ahora hagan promoción de su buena gestión en el ritmo de vacunación, nos parece obsceno, ya que estas cifras que nosotros hemos ofrecido las conocen perfectamente. Evidentemente, que desde la CAM haya responsables que se dediquen a la propaganda y no a realizar correctamente su gestión explica muchas cosas. Aunque la responsabilidad final recae siempre en la persona que los mantiene en sus puestos.

El tema del Hospital Modular lo dejaremos para otro comunicado. Pero baste recordar que esta estructura ya la pidió nuestro sindicato médico en 2014, en 2017, en marzo de 2020 y en agosto de 2020. Melilla no está preparada para una emergencia sanitaria, llámese “COVID”, llámese catástrofe natural o catástrofe colectiva de cualquier naturaleza. En cualquier lugar de Occidente que tuviese un único centro hospitalario, no habría ningún debate. El hecho de que aquí lo haya, quiere decir que adolecemos, no sólo de recursos económicos, humanos y materiales, sino que existe una absoluta falta de estrategia, de análisis y de planificación, signos inequívocos del empobrecimiento intelectual de nuestra clase política y de sus aledaños.

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