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El presidente lamenta la muerte de Nayra, pero llama al sosiego al ser un “caso puntual”

Imbroda dijo comprender la preocupación de los padres de Nayra, pero no entiende que en este caso haya “adláteres y gente que se aprovecha de esto para crear una sensación de inseguridad”
(Autor: Guerrero)

El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, mostró ayer su “más profundo dolor” por la muerte de Nayra, la niña de tres años que falleció el 24 de enero tras recibir el alta en el servicio de Urgencias del Hospital Comarcal, pero mostró su confianza “total y absoluta” hacia los profesionales sanitarios e hizo una llamada al sosiego. Imbroda quiso dejar claro que el fallecimiento de Nayra es “un caso puntual que está por resolverse y ver lo que ha pasado”, para lo que el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) está recabando información “desde el primer momento” y también se han abierto unas diligencias en el juzgado a instancia de la familia.
Por lo tanto, consideró necesario esperar a que los informes internos del Ingesa y la vía judicial “determinen lo que tengan que determinar”. No obstante, dijo comprender la postura y preocupación de los padres de la niña fallecida, ya que “pasar un episodio de esos es realmente fatal y solamente lo sabe el que lo pasa”.
En cambio, Imbroda no entiende que en este caso haya “adláteres y gente que se aprovecha de esto para crear una sensación de inseguridad y de inasistencia” y un afán de “echar mucha mancha negra sobre los profesionales” del Hospital Comarcal. El presidente quiso romper una lanza en favor de estos trabajadores porque “diariamente dan una muestra de gran calidad de asistencia”.
Imbroda agradeció el esfuerzo de los profesionales sanitarios, que pese a trabajar en servicios saturados por la gran cantidad de pacientes “dan lo mejor de sí mismos para tener una atención hospitalaria de mucha calidad” no sólo a los melillenses, sino también a muchos marroquíes, a menudo “más de los deseados” por la saturación que provocan en algunos servicios.
Pese a esa gran presión asistencial, el presidente melillense señaló que “no hay negligencias diarias ni llamativas ni nada que se le parezca”. De ahí su llamada al sosiego y su petición para “dejar las cosas en su justos términos” y que no se condene a nadie sin que se haya comprobado antes qué ha pasado.

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Redacción

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