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El mundo en riesgo (I)

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Han transcurrido caso ochenta años, desde el final de la segunda guerra mundial, sin que se produzcan guerras de alcance global. En buena medida hay que agradecérselo a la denominada Destrucción Mutua Asegurada, la certeza de que una guerra en la que se vieran involucradas directamente las grandes potencias nucleares conduciría a la práctica destrucción de buena parte de la humanidad. El poder de cada una de esas armas nucleares y el número de ellas existente, así lo asegura. En inglés el concepto se denomina Mutually Assured Destruction, cuyas siglas son MAD (traduce como loco o locura) refleja exactamente el hecho de que el uso de esas armas supone una verdadera locura por parte de quienes lo iniciaran.

Pero ni la existencia de una larga ‘paz de alcance global’, ni el efecto disuasorio del arma nuclear, han significado que el mundo haya estado en paz desde la guerra mundial. Desde la guerra de Corea en los años cincuenta del pasado siglo hasta las guerras y conflictos armados de la actualidad, nunca la totalidad del mundo ha estado en paz.

Todos los medios de comunicación se centran ahora en el conflicto palestino – israelí, al que podríamos mejor definir como musulmán – israelí, ya que además de los países árabes implicados en el mismo, juega un papel fundamental el apoyo a Hamás de Irán, país musulmán pero no árabe. El conflicto se desarrolla especialmente en Gaza, pero también en el Líbano y en el Mar Rojo, donde los rebeldes yemeníes supuestamente en apoyo a Gaza atacan a los barcos que pretender utilizar el Canal De Suez. Las disrupciones ocasionadas aumentan el coste de los seguros marítimos y el precio final de las mercancías que por allí se transportan.

Como es bien sabido, continúa desde hace dos años la guerra en Ucrania, tras un repugnante ataque de las fuerzas rusas que ha devastado buena parte del país y ha costado más de cien mil muertos. El peligro de que este conflicto se extienda a otras zonas es alto.

Desde el año 2014 se lucha una guerra civil en Yemen, por una parte las fuerzas gubernamentales apoyadas por Arabia Saudí y por Emiratos Árabes Unidos y enfrente los Hutíes, movimiento rebelde chiíta apoyado por Irán

Sigue desde 2011 una guerra civil en Siria entre las fuerzas gubernamentales, apoyadas por Rusia e Irán, y grupos rebeldes apoyados por un coalición internacional liderada por Estados Unidos y de la que forman parte Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Turquía. Hasta el momento esta guerra ha causado más de medio millón de muertos y más de siete millones de desplazados internos.

En Myanmar, desde su independencia en 1948 han existido conflictos étnicos de mayor o menor intensidad, pero desde el año 2021 una guerra civil ha enfrentado al gobierno con una muy extensa lista de grupos étnicos armados, sin que se vea posibilidad de que acabe a corto plazo.

En África, hay conflictos armados de larga duración, entre otros, en Etiopía; en el sur de Sudán; en la República Democrática del Congo; en Somalia; en Mali; en Níger y en Burkina Faso. Además hay insurgencia en muchos otros países del continente.

Pero además de conflictos armados regionales o nacionales, se están desarrollando otros muchos conflictos no armados de carácter global.

Los importantes ciberataques existentes causan interrupciones, a veces de larga duración, en la infraestructura física y digital crítica de los países que los sufren. Estos ataques están aumentando en alcance, escala y sofisticación a medida que aumenta la competencia geopolítica. Piratas informáticos chinos y rusos han atacado, a veces con éxito, la infraestructura física crítica de Estados Unidos, así como las infraestructura de defensa, la empresarial con ataques de ‘ransomeware’ (chantaje informático) y cuentas privadas de importantes funcionarios.

El riesgo de terrorismo global está aumentando en los últimos años y ahora especialmente por el conflicto en Oriente Medio.  Al-Qaida e ISIS continúan reconstruyendo y restableciendo su alcance global, y están surgiendo nuevos focos terroristas. La región del Sahel es motivo de preocupación, ya que los golpes militares han amenazado los esfuerzos de Occidente para luchar contra el terrorismo. Además de los ataques realizados por grupos terroristas, especialmente en occidente, preocupa el incremento en el número de ataques perpetrados por individuos fanatizados, tanto en Estados Unidos como en Europa.

El enfrentamiento geoestratégico a largo plazo entre Estados Unidos y China se ha intensificado en los últimos meses. Preocupa la tensión derivada de la reclamación china sobre Taiwán, aún más cuando el presidente taiwanés recientemente elegido es más favorable a la independencia de la isla de lo que era su antecesor en el cargo. También preocupan las injustificadas demandas de China sobre el control de buena parte del Mar de la China Meridional y de las islas e islotes allí existentes, en disputa con Vietnam y Filipinas. Es importante conocer que la soberanía sobre un territorio, continental o insular, conlleva la soberanía -podríamos decir la posesión- sobre una franje que se extiende por doce millas náuticas (unos 20 km.) desde sus costas. Además, en una franja que se extiende por 200 millas náuticas (unos 370 Km.) aunque el estado que posea el territorio no tiene soberanía, sí tiene derecho exclusivo a la explotación y exploración económica de todo lo que se encuentre en esa franja. China, con la apropiación ilegal de muchas islas e islotes en la zona y con la creación de islas artificiales, se pretende hacer con los derechos de explotación de una mayoría de ese mar, en perjuicio de los otros países ribereños.

Entre China y Estados Unidos, además del enfrentamiento geoestratégico, se está produciendo un enfrentamiento tecnológico y comercial. El desacoplamiento tecnológico entre esos países se está acelerando significativamente en escala y alcance, muy especialmente en las tecnologías de aplicación en el campo de la defensa, como la inteligencia artificial, los semiconductores y la computación cuántica. Además, se están endureciendo los controles de exportación de ciertas tecnologías, tanto por parte de Estados unidos como de la Unión Europea.

La próxima semana continuaré mi exposición sobre este tema.

 

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Gonzalo Fernández

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