«Los melillenses dejaron a un rival que juega a 80 puntos por partido en 66. Sin duda, el decano tuvo más exigencia el pasado viernes, pero resolvió el encuentro como un gran equipo que es”. «El privilegio de contar con cinco jugadores ‘grandes’ les da a los de Alejandro Alcoba una seguridad en el rebote importante. Uno de los puntos claves fue la rotación de los interiores”. Al igual que dije la semana pasada que el Melilla Baloncesto ganó pero sin hacer un gran juego, como por ejemplo el último partido disputado en tierras riojanas, ahora mismo y con las imágenes aún en la retina del partido del pasado viernes contra uno de los ‘cocos’ de la liga, el San Pablo Inmobiliaria Burgos, afirmo rotundamente que el conjunto del melillense Alejandro Alcoba está capacitado para ganar las diez finales que les restan para finalizar la liga regular. Sin duda, si llego a esta conclusión es por que el viernes el decano tuvo más exigencia, pero resolvió el choque como un gran equipo que es (sino dispone de la mejor plantilla, de las dos mejores de la liga).
Por otra parte, veo un público que se va dando cita al ‘Javier Imbroda’ con más afluencia y eso es porque el decano empieza a ‘molar’ y a ilusionar.
El choque se atisbaba interesante y duro para ambas escuadras. Se bregó muchísimo en la ‘pintura’ y la muestra de ello es la defensa que los burgaleses le hicieron a Arteaga, poniéndole a Huskic casi siempre por delante de él y al lado débil, estando muy atento a esa posible ayuda de 2 e incluso 3×1. Esta situación los hombres de Alcoba supieron leerla perfectamente y castigaron sacando el balón a los exteriores, incluso llevando la pelota de lado a lado para castigar esas ayudas arriesgadas que hacía el rival cuando Oliver recibía el balón cerca de aro.
Otro de los puntos claves para que el Melilla Baloncesto se llevase la victoria fue, sin lugar a duda, la rotación de los interiores, un trabajo que, quizás, en ataque no se vio pero en defensa el trabajo fue muy bueno y muy duro. A colación de los jugadores ‘grandes’, ahí está la diferencia de rebotes, 42 por 31, 12 de ellos ofensivos.
Los melillenses dejaron a un rival que juega a 80 puntos por partido en 66. El Melilla Baloncesto se ha convertido en la seña defensiva de esta liga y no sólo este curso, sino ya varios años, dejando un toque de madurez a la hora de defender.
Otro de los puntos importantes, en el que también los azulones se han convertido en expertos y sabiendo dominar la situación, es cuando los jugadores se van del partido y desde el banquillo se para a tiempo y vuelven a la cancha con las ideas claras. Por ejemplo, el viernes, cuando Burgos utilizaba situaciones tácticas defensivas con la zona 2-3 el equipo melillense supo leerlas. Además, incluso cuando los castellano-leoneses intentaron confundirle creyendo que estaban en una defensa en zona pero realmente era una defensa hombre a hombre.
En el tercer cuarto, el conjunto de Diego Epifanio estuvo a punto de ponerse arriba, pero el decano nunca dejó que ocurriera y defendió a conciencia para que Burgos no remontara. La afición se fue contenta del partido porque vio a un Melilla Baloncesto serio y con las ideas claras, que ya está a una victoria del factor cancha, y en el que los problemas de pretemporada y también en el transcurso de la temporada ya quedaron en el olvido.
En definitiva, gran victoria de los de Alejandro Alcoba contra un gran contrincante por 77-66, un triunfo que debe servir para llamar la atención de los aficionados, con la finalidad de que acudan en un mayor número al Pabellón Javier Imbroda a apoyar a un equipo que asciende en la tabla clasificatoria y en juego de manera vertiginosa.
