El decano es el único club de la LEB Oro que tiene en sus vitrinas tres Copas de S.A.R Príncipe de Asturias. Además, sus ocho participaciones en esta competición le convierten, junto al extinto Baloncesto León, en el club que más veces ha participado en ella. Los melillenses lograron dos de las tres victorias en esta competición como locales en las ediciones disputadas en la ciudad autónoma de Melilla.
El Melilla Baloncesto es el único club de la LEB Oro que tiene en sus vitrinas tres Copas de S.A.R Príncipe de Asturias. Además, sus ocho participaciones en esta competición le convierten, junto al extinto Baloncesto León, en el club que más veces ha participado en ella. Los melillenses lograron dos de las tres victorias en esta competición como locales en las ediciones disputadas en la ciudad autónoma de Melilla
En la temporada 1997-1998, bajo la dirección en el banquillo del oscense Javier Zaragoza, el Melilla Baloncesto iniciaba su primera participación en la Copa Príncipe. El lugar elegido para este evento, que se disputó en el formato de ocho equipos, fue Pineda de Mar, donde el intratable Baloncesto Fuenlabrada de Velimir Perasovic vencía a los melillenses por 89-101 y dejaba al decano eliminado a las primeras de cambio.
Un año más tarde, con Pepe Rodríguez al frente de la nave azulona y con un gran grupo de jugadores noveles, nuestro representante se imponía, en un dramático duelo, al Ciudad de Huelva para conseguir su pasaporte a su segunda participación en esta cita copera, que ese año tendría como escenario Alicante. Nadie suponía lo que allí iba a suceder.
En cuartos de final, los melillenses doblegaron al Ourense Baloncesto tras una gran segunda mitad, dando la primera campanada de ese año. La siguiente ronda parecía todavía más complicada porque el conjunto más en forma de la liga, el Badajoz de Martín Fariñas, se cruzaba en el camino de los nuestros. Aunque los jugadores del Caja Rural Melilla, como se denominaba el equipo por aquel entonces, no estaban por labor de irse y apabullaban a los extremeños por 89-58.
La final estaba servida en la matinal de aquel domingo, frente al segundo clasificado de la fase regular, el Menorca Básquet, capitaneado por Tisi Reynes. Melilla supo, de nuevo, reponerse y le dio la vuelta al choque en la segunda parte, liderados con un gran Cedric Moore y un estelar José María Panadero, que hasta entonces había demostrado más sombras que luces pero que destapó el tarro de las esencias para ser elegido MVP de la Copa. Se había conseguido lo más importante, inscribir por primera vez al Club Melilla Baloncesto en la historia del baloncesto español.
Con La Alhambra como testigo y con un frío intenso, Melilla ponía en juego su título copero, aunque las posibilidades esa campaña se antojaban escasas, tal y como así sucedió. A pesar de vencer en la primera eliminatoria al Caprabo Lleida con Roger Grimau como jugador franquicia, Tenerife acabó en semifinales con el sueño copero de los de la ciudad autónoma. Melilla abandonaba Granada con sabor agridulce.
En 2001, Melilla se convirtió, por primera vez, en sede de la Copa Príncipe y, como tal, el Club disputaría el torneo como anfitrión. Las condiciones en las que llegaba el equipo no eran la ideales, ya que el Melilla Baloncesto se presentaba en su Copa en puestos de descenso y con la figura del técnico, el melillense Javi Nieto, en el aire. Nieto, que ya conocía lo que era hacerse con este título como segundo de Pepe Rodríguez en Alicante, afrontaba el reto de intentar el más difícil todavía ante rivales de enorme poderío como el Baloncesto León, el Lobos Cantabria o el Manresa.
El equipo se refugió en la que él llamaba cariñosamente ‘zona cochinera’ y uno tras otro fueron probando su medicina, inexpugnable la entrada en la misma. El primer paso estaba dado y los azulones derrotaban en semifinales al Baloncesto León por 101-95. El pabellón se vestía de gala para la final en la que esperaba el Manresa de un jovencísimo Andrés Nocioni, pero nada ni nadie podía frenar al equipo melillense, con un Darrel Washington espectacular y bajo la dirección de Iker Urriezti. Alberto Alzamora, con una copa excepcional, fue declarado MVP de la misma y Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma, entregaba a Carlos Gil el trofeo de campeón de la Copa Príncipe, el segundo en las vitrinas del Club, algo que ninguna entidad había conseguido hasta la fecha.
Tendrían que pasar cinco años más para que el Melilla Baloncesto volviese a ser tomar parte en la Copa Príncipe. En esta ocasión sería en la temporada 2006-2007 con Paco Olmos en el banquillo cuando la Ciudad Autónoma se vistió nuevamente de gala para organizar la segunda Copa Príncipe en nuestra ciudad. El sorteo deparó que el decano se las tuviera que ver con el líder, el Alerta Cantabria, que no dio opciones. Los melillenses terminaban su participación, tras caer en semis, ante el conjunto cántabro por 82-63.
Los melillenses volvían al escenario de su primera Copa, Alicante, para afrontar la edición de 2009, la primera bajo el formato de final directa con el primer y el segundo clasificado de la primera vuelta. El conjunto alicantino fue una apisonadora, venciendo por 95-60 a un Melilla Baloncesto que veía cómo se escapaba otra oportunidad de levantar su tercer entorchado.
Pero el que la sigue la consigue y al año siguiente, en 2010, llegó ese ansiado tercer título. El Melilla Baloncesto obtenía, por méritos propios, la organización de la final como local -la tercera-, después de acabar como líder la primera vuelta. El rival iba a ser un viejo conocido, el Menorca Básquet, que llegaba a Melilla con Paco Olmos en el banquillo y los jugadores Ciorciari, Torres o Víctor, quienes disputaron la final el anterior curso con la elástica del decano.
Ante un ‘Javier Imbroda’ hasta la bandera y una ciudad volcada con el equipo, el conjunto entrenado por Gonzalo García ganaba a los baleares, con un acertado Héctor García en el último cuarto y un omnipresente Taylor Coppenrath, que se hizo con el MVP de esta edición. El capitán Nacho Romero levantaba el tercer y último título de los melillenses hasta la fecha.
