La Asamblea de Melilla aprobó ayer el nuevo contrato para el mantenimiento y conservación de los espacios verdes y arbolado de la ciudad, que tendrá un presupuesto de 16.153.846,15 euros en cuatro años. Si el servicio se prorroga por otros dos, el valor del contrato superará los 24.230.769,23 euros. Pese a que los grupos de la oposición reconocieron el paso adelante que supone este nuevo contrato respecto al que está vigente en la actualidad, ninguno lo respaldó y los tres se abstuvieron en bloque, por lo que el pliego fue aprobado únicamente con el voto a favor de los dos grupos que sustentan al Gobierno, PP y Mixto. El consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, subrayó el “salto técnico” que supone este contrato tanto en medios materiales como humanos, ya que la plantilla aumentará en un 33 % al pasar de los 81 trabajadores del contrato actual a los 103 obligatorios del nuevo. Una cifra que podría alcanzar los 108 empleados para cubrir el absentismo, cuestión que en este pliego se tiene en cuenta.
Este aumento de medios se debe, según Quevedo, al gran aumento de zonas verdes que ha experimentado Melilla en los últimos años, lo que había dado lugar a una demanda de los sindicatos y los trabajadores para incrementar la plantilla. A ello se suma el “salto cualitativo” que propicia este pliego en los medios materiales con 18 nuevos vehículos que comprará la Ciudad Autónoma en los tres primeros meses del nuevo contrato, que entrará en vigor en junio.
El consejero también destacó la mejora del servicio con la elaboración de 21 programas específicos de gestión que serán controlados por la Ciudad Autónoma mediante la incorporación de medios informáticos, así como la mayor atención a cuestiones medioambientales como el ahorro de agua y de energía, y el tratamiento fitosanitario que se aplicará a las especies afectadas por el picudo rojo y otras enfermedades.
No todas las zonas
Coalición por Melilla (CPM) y Ciudadanos (Cs) coincidieron en sus dudas sobre el hecho de que no todas las zonas verdes de la ciudad estén incluidas en este pliego, una cuestión que Quevedo justificó al señalar que los seis espacios excluidos tienen su propio contrato en vigor (parque de la Cañada, Melilla la Vieja, Estadio Álvarez Claro, Campo de Golf, Fuerte de Rostrogordo y antiguo Hospital de la Cruz Roja).
El consejero apuntó que la Ciudad Autónoma no descarta que se puedan ir incorporando a este pliego conforme vayan cumpliendo su periodo de vigencia, pero defendió la situación actual para evitar el monopolio de una sola empresa en este servicio de mantenimiento de parques y jardines, lo que permite a su vez dar oportunidad a las pequeñas empresas de Melilla, que son las que se encargan de las zonas no incluidas.
El PSOE, por su parte, consideró que sería “más justo” que la baremación en la adjudicación esté repartida en un 50 % para criterios técnicos y otro 50 % para los económicos, si bien el consejero señaló que eso daría lugar a un sistema de licitación distinto, al tiempo que destacó la mayor importancia al aspecto técnico en este contrato respecto al anterior.
Absentismo
Durante el debate, el diputado de Cs Luis Escobar hizo hincapié en el absentismo al señalar que aunque hay 94 trabajadores actualmente en este servicio, realmente hay 50 en la calle porque hay numerosas bajas y hay trabajadores que en lugar de hacer su labor “se pasan el día jugando a la petanca”.
El consejero le reprochó que acudiera con este “chascarrillo” al Pleno en vez de exponerlo en la comisión, algo que atribuyó a que “ahí no está la prensa”. Además, defendió la labor de control que realizan los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente sobre el personal y consideró “muy grave e inadmisible” lo que estaba exponiendo el diputado de la formación naranja.
Este fue uno de los dos momentos más tensos del pleno celebrado ayer en la Asamblea, poco después del primero, cuando Escobar apuntó que no había encontrado ninguna renovación del mantenimiento de las zonas verdes de Melilla la Vieja más allá de 2004 y que quizá esto sería “como las encuestas que Imbroda dice que tiene en su despacho y nadie las ve”. El presidente le cortó rápidamente para pedirle que no aludiera a la Presidencia cuando el debate no iba con él ni tampoco había interferido.
“Limítese a hablar de lo que está hablando y deje al presidente tranquilo. Bromas las precisas”, le espetó Imbroda. La llamada de atención surtió efecto rápidamente en Luis Escobar, que volvió a tomar la palabra un tanto cortado.
