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“El feminismo no va contra los hombres ni supone una superioridad sobre estos, solo pretende la igualdad”

El 8 de marzo de 1875, más de cien mujeres murieron en Nueva York a manos de la policía en Estados Unidos en una manifestación por la igualdad salarial respecto a sus compañeros hombres y una mejora de sus condiciones laborales. Este hecho hizo que dos años después, en 1877, se crease el primer sindicato femenino del mundo. Lo sucedido en Estados Unidos pasaría a la historia hasta tal punto de que el 8 de marzo se convertiría en el Día Internacional de la Mujer.

Sin embargo, aunque estas trabajadoras fueron las primeras en organizar una manifestación feminista propiamente dicha, en 1848, las sufragistas y abolicionistas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott se reunieron junto a cientos de personas en una convención contra la esclavitud en la misma ciudad. Esta fue su forma de rebelarse contra una sociedad que prohibía a las mujeres hablar en público en eventos.

Y aunque el Covid-19 no permita las manifestaciones en todas las ciudades, las mujeres de distintas partes de España se hacen sentir a través de las distintas redes sociales para recordar las palabras de la escritora Chimamanda Ngozi, que afirma que “la finalidad del feminismo es que deje de existir”.

María, funcionaría durante más de 30 años, afirma que, en su caso no hay diferencias laborales entre hombres y mujeres, pero que todavía en muchos otros puestos sí que se mantienen. “Hay que reivindicar y celebrar siempre este día, es nuestro deber como mujeres. Tenemos que luchar y trabajar por conseguir una igualdad de derechos y condiciones laborales. Hay que dejar muy claro que el feminismo no va en contra de los hombres, ni supone la superioridad sobre estos. Tan solo pretende la igualdad entre ambos”.

Carmen, ama de casa de 60 años de edad, explica que la celebración del día de la mujer reivindica la dignidad y posicionamiento de estas en la sociedad, pero deja claro que de nada sirve celebrarlo cada 8 de marzo si siguen muriendo mujeres por violencia machista. “Hemos conseguido progresos, pero han sido a lo largo de los años y tras una lucha muy intensa. Las manifestaciones son importantes, pero se necesita un apoyo político sobre ellas”
“Hasta no hace mucho las mujeres se dedicaban a su casa y sus hijos, eso lo hemos visto en nuestras abuelas. El avance de los últimos 50 años es evidente, y las asociaciones contra la violencia de género realizan una labor muy importante en este ámbito. Sin embargo, aún queda muchísimo por avanzar y sobre todo por educar a una sociedad que siempre ha estado sumida en el patriarcado”, afirma Elena, de 23 años. “Las mujeres tenemos que darnos valor y ponernos en nuestro sitio ante una desigualdad de cualquier tipo, ya sea en el ámbito laboral o en plena calle”, añade.

Origen del color Violeta
Cuenta la leyenda que el color morado con el que se identifica a la lucha feminista se debe al color de las camisas que fabricaban las shirtwaists, 146 mujeres que murieron calcinadas en un incendio que se produjo en una fábrica textil de Estados Unidos en 1911. Los hechos se le atribuyeron al propio jefe que, ante la huelga de las trabajadoras, prendió fuego al edificio con todas ellas dentro. La historia indica que el humo que salía del incendio y que podía verse a miles de kilómetros era de color violeta.

Además, junto con el verde y el blanco, este color fue utilizado por las sufragistas inglesas en 1908 pues, tal y como explica la activista inglesa,Emmeline Pethick, el violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo.

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Sandra Martínez

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