Melilla volvió a vivir anoche una madrugada de fuerte presión migratoria que obligó a la Guardia Civil a mantener activo su dispositivo anti-intrusión desde las tres de la madrugada hasta pasadas las siete de la mañana. Más de cuatro horas de alerta a ambos lados del perímetro fronterizo entre el instituto armado y las fuerzas auxiliares marroquíes para evitar que unos 800 inmigrantes lograran su objetivo de entrar de forma clandestina a Melilla en un intento que se quedó enana mera aproximación porque los subsaharianos, perfectamente organizados, no llegaron ni siquiera a tocar la valla. Según informó ayer la Delegación del Gobierno en una nota de prensa, los inmigrantes intentaron aproximarse a la verja divididos en tres grupos. Los primeros que se aproximaron más a la valla fueron unos 400 subsaharianos avistados sobre las tres de la madrugada por la zona del paso fronterizo de Barrio Chino. Poco después, la Guardia Civil detectó otros 200 por las proximidades del paso de Farhana. Sobre las 3,45 horas, un último grupo formado también por unos 200 subsaharianos fue avistado cerca de la frontera de Beni-Enzar. Hasta pasadas las siete de la mañana, la Guardia Civil se mantuvo en alerta, con el helicóptero sobrevolando la valla y las patrullas desplegadas por el perímetro debido a la fuerte presión migratoria y las “escaramuzas y movimientos constantes” de los inmigrantes, según informó la Delegación del Gobierno. De hecho, la institución llamó nuevamente la atención sobre la organización de los inmigrantes y la posible mano de las mafias que hay detrás de todos estos intentos de acceso clandestino a la frontera de Melilla. En los vídeos que difundió ayer, la Delegación del Gobierno advirtió de que los inmigrantes se aproximaron a la verja dirigidos por guías que van marcando las rutas de acceso al vallado así como el momento más oportuno para intentar los saltos masivos. “Los guías demuestran ser grandes conocedores de las rutas más adecuadas a sus propósitos, así como de todos los elementos (viviendas, arboledas, cauces de ríos, etc.) que puedan ir encontrándose hasta llegar a la valla y que pueden servirles de cobijo o parapeto en su avanzadilla hacia la frontera hasta el momento más propicio para proceder al asalto”, añadió la Delegación del Gobierno. El intento de ayer fue uno de los más numerosos de los últimos tiempos. Hay que remontarse al 23 de julio para encontrar una cifra superior a los 800 que ayer protagonizaron esta aproximación. Aquel día fueron un millar, de los que ninguno, igual que ayer, consiguió su objetivo. Bajada drástica en el segundo semestre A poco más de dos semanas para cerrar este año, la valla de Melilla ha sido objetivo de salto para más de 18.000 inmigrantes. Poco más de 2.000 lo han conseguido, aunque un análisis más pormenorizado de los casi 70 intentos grupales permiten observar hasta qué punto el refuerzo que ha llevado a cabo el Ministerio del Interior en la frontera ha sido clave en este segundo semestre de 2014 para cerrar el coladero en el que se estaba convirtiendo la frontera melillense. Entre enero y junio se registraron cerca de 1.800 entradas y unos 12.000 intentos individualizados de salto en el perímetro melillense. En este segundo semestre, el contador de accesos clandestinos apenas alcanza los 270, es decir, casi 7 veces menos de los que se registraron en la primera mitad del año. Una de las claves está en la instalación de la malla antitrepa, que está presente en todo el perímetro desde mediados de junio. A ello se le suma, además, el refuerzo del perímetro con unidades de guardias civiles antidisturbios y el helicóptero, que llevan meses sin moverse de Melilla porque la presión migratoria no desciende. Al otro lado de la frontera, en Marruecos, también se ha potenciado la vigilancia con más efectivos, algunos de ellos a caballo en las proximidades de la valla. Todo ello indica que aunque las estadísticas se hayan frenado, la presión migratoria no decae y es necesario mantener el refuerzo que hay en Melilla ordenado por el Ministerio del Interior.
