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Economía dopada. Los diferentes raseros de la UEFA

Por: J.B.

El “gatopardismo”» o lo “lampedusiano” es, en ciencias políticas, el “cambiar todo para que nada cambie”, paradoja expuesta por el escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».

El cambio es, en la mayoría de las ocasiones y temas, inevitable. A veces se cambia para mejor, a veces para peor y otras muchas veces la cosa se queda igual (cambiarlo todo para que nada cambie).

“En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces (John H. Newman (1801-1890), Cardenal y escritor británico)”.

“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo (Alexei Tolstoi (1882-1945), novelista soviético)”.

El dicho de Tolstoi se lo podría aplicar Pedro, Pedrito, Pedrete (que diría el famoso locutor deportivo Jose María García), nuestro actual presidente del Gobierno en funciones. Ahora dice Pinocho, al que no se le pasa por la cabaza cambiar (está encantado de conocerse), que todas sus mentiras fueron por un bien mayor y que no hubo más remedio que pactar con quien no le dejaría dormir, con los nacionalistas y con los proetarras… Ahora que se acercan las elecciones, cambia todo (sus ideas, su posición ante los debates, su no presencia por estar hasta en la sopa, etc.) para que todo siga igual: con él otra vez en el sillón.

También puede no cambiarse nada (como ha hecho el PP en Melilla con sus listas) con el objetivo, esperemos, de hacer las cosas de otra manera. Si el PP e Imbroda quieren empezar con buen pie hay dos temas vitales que deben solucionarse con urgencia: 1) que las subvenciones al mantenimiento del empleo durante el covid se paguen rápido y a todos (aumentando los fondos, si es necesario) los que cumplieron las condiciones; 2) Que los medios de comunicación tengan los acuerdos sólidos a los que se comprometió el líder del PP local antes de las elecciones y que son vitales para la existencia de medios independientes (ya se sabe que sin medios de comunicación libres e independientes, no hay democracia).

¿Por qué habló en el titular de economía dopada? Porque hay que cambiar/botar al actual Gobierno que nos miente y nos engaña pintando una situación idílica del país que no se corresponde con la realidad.

¿Vamos mejor que el resto, como dice el Gobierno?, ¿Por qué España escapa a la recesión y los ciudadanos no lo notan en su bolsillo? Nuestro país crece más rápido

porque cayó mucho más. La economía española se hundió más del 10% por la pandemia y Calviño anunció, con gran bombo, haber recuperado el nivel previo al coronavirus. Sin embargo, los grandes del euro hace ya tiempo que lo hicieron. No es cierto, por tanto, que vayamos mejor que los demás, la recuperación fue más lenta.

Otros datos que avalan el engaño de nuestro Gobierno actual en funciones:

1.- La población activa alcanzó un récord de 20,8 millones en mayo. Los datos son contradictorios, porque el número de horas trabajadas sigue por debajo de 2019, loque significa que el empleo se ha repartido, pero no crece. La razón está en el tratamiento de los fijos discontinuos, alrededor de un millón, que en la situación anterior figurarían como parados largas temporadas. Ahora se contabiliza como fijo cualquiera trabajador que trabaje una semana al año. El número de empleados está inflado en alrededor de un millón por los fijos discontinuos, lo que situaría la cifra real de desempleados en torno a los cuatro millones.

2.- La inflación se modificó para quitarle peso a los productos energéticos, los más alcistas, mientras que, para endulzar las tasas de crecimiento, Calviño llegó a cambiar al presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los raseros de la UEFA

La UEFA es un monopolio en el fútbol europeo en el que unos cuantos, los dirigentes del organismo (con Ceferin a la cabeza, que cobra la nada despreciable cifra de 2,2 millones de euros al año, en datos de 2021; con lo que es posible, dada su tendencia a subirse la remuneración cada año, que ahora esta sea aún mayor), se llevan unos ingresos considerables (y unos viajes y dietas de Reyes) sobre un negocio en el que no son ni los actores principales (lo son los jugadores) ni los secundarios ( lo son los clubs, que ponen el dinero y asumen los riesgos).

No tiene problemas Ceferin en mirar para otro lado cuando los “clubs Estado” (con el Manchester City y el PSG a la cabeza) se pasan el fair-play financiero por el forro y se gastan cantidades estratosféricas (el dinero lo reciben, sin límite, de Estados), que no genera su actividad, en fichajes y en salarios de jugadores. Algunos equipos de la competición están dopados y juegan con una gran ventaja ante el resto que no tiene un Estado detrás. Si no lo arregla (Ceferin) y pone controles efectivos (no parece por la labor), es muy posible que reaparezca la Super Liga, y esta vez será para quedarse (los equipos deberán unirse o quedar reducidos a comparsas ante el aluvión de dinero árabe) y para hacerle perder todos sus privilegios (la UEFA podría dejar de tener sentido y también su sueldo y el de sus compañeros de organismo).

Los inspectores de la UEFA han concluido que Osasuna no debe jugar la Conference League porque se vio implicado en influir o amañar resultados. Sus conclusiones vienen avaladas por una sentencia del Tribunal Supremo.

Hay, sin embargo, un rasero diferente a la hora de juzgar a Osasuna y al FC Barcelona. Mientras que con el Barcelona (con reuniones de Laporta con Ceferin y renuncia a la Super Liga como fondo) parece que se quiere hacer la vista gorda o esperar un largo tiempo a que se pronuncie la justicia española, con Osasuna se pretende dar ejemplo y dejar al equipo fuera de la Conference League de la temporada que viene.

Es, sin duda, mucho más grave lo que ha ocurrido en el Barcelona, pero no hay prisa en sancionar al equipo. Osasuna no ha tenido una conducta de club continuada en el tiempo, con varios presidentes al mando. Han sido acciones de una directiva y un presidente concretos (Archanco y Vizcay). Con el matiz de que fue el propio club el denunciante contra uno de sus circunstanciales dirigentes. El Barcelona, por el contrario, pagó a uno de los jefes de los árbitros durante años y con diferentes directivas y presidentes (todo cambiaba para quedar igual, con Negreira cobrando)

Si la UEFA confirma la sanción y excluye a Osasuna, ¿cómo no va a sancionar al Barça? Se le presenta una papeleta muy difícil de esquivar, sobre todo si se tiene en cuenta que se sancionó al Milan, en base al artículo 50.3 de los estatutos de la UEFA, “con efecto inmediato” por haber intentado influir en el resultado de partidos (un caso simétrico con el actual del FC Barcelona).

Si huele mal Osasuna y no huele mal el Barça, la ética de Ceferin y “su” UEFA quedarán para siempre bajo sospecha.

FRASES:

 “Hay que cambiar/botar al actual Gobierno que nos miente y nos engaña pintando una situación idílica del país que no se corresponde con la realidad”

“Puede no cambiarse nada (como ha hecho el PP en Melilla con sus listas) con el objetivo, esperemos, de hacer las cosas de otra manera”.

“Si huele mal Osasuna y no huele mal el Barça, la ética de Ceferin y “su” UEFA quedarán para siempre bajo sospecha”.

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