La U.D. Melilla sufrió una dolorosa derrota en su visita al Estadio Ramón de Carranza de Cádiz, en un partido en el que los azulinos plantaron cara pero encajaron dos goles psicológicos que les hundieron anímicamente. Al final, los de Carlos Granero se marcharon de la ‘Tacita de Plata’ con un abultado resultado que empeora su situación en la tabla.
La primera mitad comenzó con mucho respeto entre ambos conjuntos y sin un dominador claro. Ambos equipos necesitaban los puntos para paliar sus necesidades y poder cumplir objetivos al final de temporada. La U.D. Melilla jugaba con descaro y con un planteamiento bastante ofensivo, tratando de hacerse con el control de la pelota en el centro del campo y también de evitar que los jugadores cadistas dispusieran de ocasiones de hacer su juego con comodidad. Un primer acercamiento en el minuto 4 de juego hacía presagiar un buen comienzo, pero Chupe no llegó a un buen balón que le sirvió Sufian por la izquierda.
Enseguida, el Cádiz trató de dar la vuelta a la situación, sabedor de que los partidos en los que comienza dormido terminan pasándole factura. En el minuto 7 llegó la primera ocasión clara de los amarillos, con un centro de Salvi que terminó en las manos de Dani Barrio. Los locales se dieron cuenta de que podían hacer daño por su banda derecha y trataron de explotarlo al máximo, y prueba de ello fue la ocasión en el minuto catorce, en el que Salvi se marchó de nuevo de Hamin para centrar raso sobre Jandro, pero Richi estuvo rápido y consiguió arrebatarle el esférico al ariete.
El equipo melillense se iba diluyendo poco a poco, mientras que el Cádiz comenzaba a asediar la portería de su rival. La grada cantaba el gol en una doble ocasión de Xavi Carmona, debutante en el Ramón de Carranza, que aprovechó un rechace para empalmar un balón que terminó en la espalda de Richi, para volver a atrapar su propio rechace y enviar el balón a córner, tras despejarlo Hamin.
Hasta el minuto 25 no volvería a acercarse el Melilla sobre la portería de Cifuentes, tras el saque de una falta en la frontal del área del Cádiz que David Cubillas remató bien, haciendo al meta cadista emplearse a fondo para evitar el gol.
Los locales seguían presionando y poniendo en apuros a la defensa rival, pero ninguna de sus ocasiones terminaba de ser claras y el paso de los minutos traía consigo nervios que se traducían en errores que hacían el juego amarillo menos fluido que en los minutos iniciales.
Xavi Carmona lo volvía a intentar en el minuto 39 con una llegada en la que se marchó de Hamin para plantarse solo ante Barrio, pero su chut se fue por encima del larguero. En el último minuto de la primera mitad terminó por adelantarse el Cádiz en el marcador, con un gol de Jandro, tras un centro medido de Salvi, que dejaba al Melilla un poco afectado anímicamente.
La segunda parte no pudo empezar mejor para los cadistas, que volvieron a explotar la banda derecha en la que un Salvi en estado de gracia sirvió un balón magnífico a Lolo Plá que remó sin piedad alguna al fondo de las mallas.
El equipo azulino se veía desbordado, mientras que el Cádiz continuó creciéndose, lo que se tradujo en el tercer gol, con un pase entre líneas de Abel sobre Salvi, que se fue en velocidad y se plantó solo ante Dani Barrio, cediendo a Lolo Plá, que marcó a placer.
Con el 3-0, el Cádiz ya era dueño y señor del partido, y los melillenses se veían a merced de los amarillos, viéndose obligados a abrirse para intentar conseguir crear algún tipo de peligro. Sin embargo, los hombres de Claudio Barragán jugaban con el marcador, tratando de calmar el partido y manteniendo la posesión en el centro del campo y volcando sus opciones de ataque sobre Salvi, buscando los contragolpes, aprovechando la rapidez del extremo cadista y fue una táctica que le surtió el efecto deseado, pues mientras más minutos se iban consumiendo, más acelerado jugaba el Melilla, que veía como el partido se le escapaba de manera contundente sin mostrar ningún signo de poder arreglar algo.
