Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Descansar antes de empezar a trabajar

La llegada del tórrido agosto de alguna manera ‘justifica’ la galbana de los que, sin haber empezado a trabajar, ya descansan y vacacionan. Ellos no tienen prisa, ni inquietud por no cobrar sus sueldos. Otros muchos melillense no pueden disfrutar de tanta calma.
para carta

Viñeta de Ricardo para el diario El Mundo

Continúa la somnolencia agosteña pública. La diligencia no es lo habitual en la Administración Pública y la llegada del tórrido agosto de alguna manera ‘justifica’ la galbana de los que, sin haber empezado a trabajar, ya descansan y vacacionan. Ellos no tienen prisa, ni inquietud por no cobrar sus sueldos. Otros muchos melillense no pueden disfrutar de tanta calma.

Mientras, pasan cosas. Por ejemplo que Mohamed VI también escucha (recuérdese lo de Pegasus) las conversaciones entre Sánchez y Feijóo, según escribió Jorge Bustos, en El Mundo. La extraña relación de sumisión de Pedro Sánchez ante la “alta majestad” marroquí es motivo de burla, pero también de preocupación en España , en general, y en Melilla y Ceuta muy en particular.

“Las plazas de Ceuta y Melilla correrán pronto la misma suerte que el Sahara, aunque serán los tontos útiles de la derecha quienes entreguen las llaves”, escribe el tremendista escritor que es Juan Manuel de Prada, obsesionado con que Estados Unidos lo teledirige todo, refundación del PSOE en Suresnes en 1978 incluida. La ‘amistad’ del Gobierno estadounidense con el Rey absoluto marroquí es un panorama de fondo muy preocupante para las dos ciudades -que no plazas- españolas del Norte de África. Estábamos más seguros cuando el presidente José María Aznar ponía los pies encima de la mesa, acompañado por el presidente Bush.

Más problemas. La Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), que es la representación digamos que oficial de los empresarios locales, aunque evidentemente no lo es de todos los empresarios, está totalmente en contra -como todos los empresarios y todas las empresas y trabajadores locales atentos a lo que ocurre- del nuevo modelo de bonificación a la Seguridad Social, que es un castigo más a los empresarios y empleados de esta ya demasiado castigada ciudad. La CEME declara que “hará una concentración cuando haya un nuevo Gobierno”, una medida que dará más bien risa (la delegada del Gobierno ya se está riendo continuamente, supongo que de todos nosotros) que miedo al Gobierno Central actual que, no debería ser necesario recordarlo, está en funciones, o sea, está funcionando. O debería estar funcionando, aunque su amo esté ¡de vacaciones en Marruecos! y haya ordenado que ahora toca vacaciones, y nada más.

Me parece más que oportuno insistir en lo que decíamos ayer en nuestro Editorial: “Alguno ya ha empezado a pensar (muchos ya pensamos, añado yo) que detrás de esta obsesión con castigar a Melilla puede haber otros motivos, dirigidos a cansarnos, a que nos marchemos, a que entreguemos nuestra tierra en bandeja de plata para que deje de ser un quebradero de cabeza para el Gobierno (sanchista) y contentar, así, al nuevo destino vacacional del presidente Sánchez…. Tenemos que parar esto y por eso la unión (y la manifestación) que ayer pedía la CEME se debe producir ya, antes de que sea demasiado tarde”.

El anticapitalismo es un brebaje que corroe la prosperidad y la libertad de la sociedad que lo consume. Con medidas de tipo comunista -como lo de eliminar ventajas fiscales históricas- se dificultará la vida de las familias trabajadoras melillenses. Una formación laboral y empresarial de calidad -hoy faltan trabajadores en Melilla- es un reto que es necesario superar, atrayendo inversiones, en vez de desincentivándolas. Eso es lo que nunca hará un gobierno comunista, como el que padecemos.

Una consideración final: leo que los europeos optan por el ocio, mientras que los estadounidenses parecen preferir el consumo individual… El mercado laboral, muy regulado en Europa y muy poco en Estados Unidos, desincentiva la contratación por parte de las empresas europeas… Todos los parámetros son interdependientes. Los europeos, a través de los impuestos, confían al Estado la mitad de lo que ganan, mientras los estadounidenses, partidarios del Estado minimalista y del individualismo más que igualitarismo, solo le confían un tercio.

Creía Einstein que la inteligencia tiene límites, a diferencia de la estupidez. Hace falta ser muy estúpido para desear que te quiten más de tu dinero… para manejarlo como podemos comprobar/lamentar.

 

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€