La Guardia Civil ha detenido a cuatro personas de nacionalidad española y ha cursado orden de búsqueda internacional para otras dos como presuntos miembros de una red de tráfico de inmigrantes de Marruecos hacia Melilla en coches que ha sido desarticulada en el marco de la Operación Aromis. El instituto armado atribuye a esta organización criminal el pase de 74 subsaharianos, a los que cobraba 4.000 euros por cabeza por introducirlos de manera clandestina en nuestra ciudad. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla informó ayer de que estas detenciones se enmarcan en la Operación Aromis, que ha llevado a cabo durante varios meses, y han permitido desarticular una organización que conocía los métodos y protocolos de la Guardia Civil para detectar la entrada de inmigrantes en dobles fondos.
El instituto armado inició la operación al constatar la continua entrada de inmigrantes presumiblemente en dobles fondos, amparados en la gran cantidad de vehículos que diariamente acceden a Melilla procedentes de Marruecos por los pasos fronterizos terrestres.
El modus operandi
Los miembros de esta red utilizaban dos vehículos de gama media-alta, en perfecto estado, con matrículas nacionales, que llegaban a Melilla ocupados por familias para dar apariencia de normalidad, con menores en los asientos traseros.
Finalmente, si consideraban que todo estaba en orden, bajaban a los ocupantes en un determinado punto y el conductor se dirigía a talleres perfectamente vigilados por la organización y ubicados en zonas poco frecuentadas.
Una vez fijados los objetivos, la estructura y métodos utilizados por esta red de tráfico de inmigrantes, la Guardia Civil llevó a cabo la localización de los dobles fondos con detectores portátiles de latidos del corazón, dada la dificultad para llegar hasta los habitáculos y lo sofisticado del sistema utilizado.
En uno de los casos, tras la localización del doble fondo, la Guardia Civil tardó más de 40 minutos en poder extraer al inmigrante oculto, que estaba “completamente encajonado”, y que tuvo que recibir asistencia sanitaria para su recuperación, ya que presentaba síntomas de dolor en las extremidades inferiores, respiración agitada, mareos y descoordinación motora.
Entre los cuatro detenidos, todos de nacionalidad española o con residencia legal en Melilla, están los conductores de los dos vehículos, uno de los responsables de la infraestructura donde se dirigían los vehículos para extraer a los inmigrantes, y la persona que era utilizada de vigilante en la única vía de entrada a ese lugar.
Han sido puestos a disposición judicial y se les atribuyen supuestos delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Otras dos personas están plenamente identificadas y en paradero desconocido, sobre los que la Guardia Civil ha cursado órdenes de detención internacional.
Felicitación del delegado
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, dio ayer la enhorabuena a la Guardia Civil durante su intervención en el acto de presentación oficial del nuevo jefe superior de Policía de Melilla, Francisco Rodríguez López, en el que afirmó que nuestra sufre una “extrema presión migratoria”. Según El Barkani, con esta operación la Guardia Civil “asesta un duro golpe a esas mafias exentas de escrúpulos que, en la ilegal explotación de la vida humana, encuentran su abominable modo de negocio”.
