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¿De verdad hacen falta más funcionarios públicos? El problema del absentismo laboral.

La respuesta a la pregunta anterior es: no y sí. A nivel general no hacen falta más funcionarios públicos, más bien habría que reducir su número y empezar a adelgazar nuestro cada vez más mastodóntico sector público que todo lo fagocita y que no deja espacios en los cuales pueda actuar la empresa privada (mucho más eficiente, sin duda, que el Estado). En algunos sectores, como la sanidad, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (no tanto los autonómicos) o el ejército, sí que se debería aumentar el número de integrantes para acercarnos a los ratios por cada 1.000 habitantes de los líderes de la zona euro. Si, por ejemplo, analizamos algunos ratios (datos del año 2018, que serán peores en 2021) del sector sanitario, vemos que el ratio enfermero/enfermera (¡que no se me vayan a enfadar los “podemitas”!) por cada 1.000 habitantes de España era de 5,74 (sólo por delante, dentro de la zona euro, de Grecia y Eslovaquia), muy por debajo de Alemania (líder con + de 12), Francia (10,8) o Bélgica (10,1). También podemos ver que en el ratio de camas por cada 1.000 habitantes estamos en la cola con 3 (sólo empeorado por Irlanda con 2,96), cuando Alemania (el líder) tiene un ratio de 8. Debemos, teniendo en cuenta otras muchas variables que pueden afectar (no debemos olvidar que somos líderes europeos en carga impositiva -suma de impuestos directos e indirectos- soportada por los ciudadanos), intentar acortar distancia con nuestros vecinos. También es cierto que en los últimos años se ha avanzado bastante en acortar la distancia con otros países de nuestro entorno, duplicándose, por ejemplo, entre los años 2000 y 2019 el número de ocupados en el sector sanitario (se pasó, según la EPA, de 633.000 a 1.100.000 personas).

Un gran problema en España es también el absentismo laboral, que se acentúa en el sector público donde los funcionarios pasan un 50 % más de días de baja que en el sector privado. En el año 2012 los trabajadores ausentes por bajas laborales fueron de 661.765 y en el año 2018 (se produjo un incremento del 5,9 % respecto al año anterior) se disparó el número hasta 1.014.707 personas. La tendencia es al alza y mucho más agudizada en el sector público. Viendo los datos nos podemos hacer algunas preguntas: 1) ¿Por qué los funcionarios se dan mucho más de baja?; 2) ¿Hacen falta muchos más funcionarios (por ejemplo médicos, enfermeros/as, policías, etc…) o, en primer lugar, se deben controlar las bajas para que estén trabajando los que ya existen?; 3) ¿No se deberían controlar mucho más las bajas (como se hace, en general, con el sector privado) de los funcionarios y sancionar las falsas (con la expulsión si fuera necesario)?. Las respuestas podrían ser: 1) Porque pueden y no tienen miedo a posibles represalias (como pagamos todos nosotros… ¡no pasa nada!); 2) La sensación es que la falta de personal se debe a un índice de bajas exagerado (el caso de la policía local de Melilla, en la que en muchos casos no hay más de una o dos patrullas para toda la ciudad, es un ejemplo); 3) Se deberían controlar las bajas del sector público de la misma forma que se hace con el privado y al que engañe se le debería sancionar con la pérdida de su empleo (ya pasa en el sector privado, pero no en el público).

Pasado y futuro

Dos frases muy interesantes que se pueden aplicar al futuro de nuestro aeropuerto: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida (Woody Allen)”; “Es más divertido pensar en el futuro que cavar en el pasado (Sara Shepard)”.

En una entrevista realizada la semana pasada por Melilla Hoy a Iván Grande (Director saliente, con destino al aeropuerto de Bilbao, del aeropuerto) quedó abierta la puerta a los vuelos nocturnos: “El aeropuerto está preparado para operar vuelos nocturnos. Si alguna aerolínea quiere realizar sus operaciones en horario nocturno, debe presentar una programación de vuelos a Aena, que la estudiará”. También se abre la posibilidad de que el aeropuerto pase a una nueva categoría en el actual semestre, que supondrá, desde el momento de la autorización por parte de la autoridad aeronáutica (AESA-DGAC), que “puedan operar aeronaves de mayores dimensiones, pero también para muchos modelos de aviación corporativa y general”. Esperanzas, buenas, para el futuro…
La frase de Sara Shepard viene al caso del anuncio de que nuestro aeropuerto llevará el nombre del comandante e ingeniero Virgilio Leret, primer oficial fusilado (en Melilla) en la Guerra Civil y descubridor del motor a reacción. El viernes anunció nuestra delegada del Gobierno que el ministro Ábalos aceptó la propuesta. Me parece una buena iniciativa porque tiene méritos para ello (igual que los pudieron tener otros de otro bando de la Guerra Civil, que lucharon, de forma acertada o equivocada, por sus ideales e ideas), pero vuelve a tener el habitual tufillo de los políticos del PSOE y Podemos de querer apropiarse de la historia y de lo que es bueno y/o malo. Mejor mirar al futuro y dejar de cavar en el pasado (por mucho rédito que les haya dado a nuestros actuales gobernantes social-comunistas)….

“Mejor mirar al futuro y dejar de cavar en el pasado”

“La sensación es que la falta de personal se debe a un índice de bajas exagerado”

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