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Nota en libertad

De Donald a Donald: mezcla de retórica y de competencia

El nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump tomó posesión de su cargo el 20 de enero. Desde ese día no sólo ha reiterado lo dicho en su campaña electoral sobre los refugiados, inmigrantes, musulmanes, establishment de Washington, muro con Méjico, etc. sino que, también, ha firmado decretos ejecutivos que han originado gran alarma jurídica por alterar el status legal de personas (de origen árabe) con permiso de residencia en EEUU.

Asimismo, ha cancelado la participación de su país en la negociación del Tratado Comercial del Pacífico y ha repetido que primero es América y advertido que se ha terminado el que todos los países del mundo se aprovechen de EEUU en las vertientes económica (deslocalización de empresas) y de defensa y seguridad contra el terrorismo mundial (gastos de defensa que ahorran otros países).

Sobre la Unión Europea el Presidente Trump ha lanzado un par de malos deseos tras el Brexit de Gran Bretaña, afirmando que: ya veremos cual es el próximo país en salir de la Unión Europea y que el Euro desaparecerá en cualquier momento. No han sido bien encajados estos deseos mal intencionados para los intereses europeos y el Presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, ha contestado por carta abierta que ha dirigido a los 27 presidentes de los estados miembros de la UE (excluido Gran Bretaña) diciendo que el Presidente Trump es una amenaza para el mundo, que el cambio en Washington pone a la UE en una situación difícil y que hacen impredecible el futuro al poner en cuestión los últimos setenta años de la política exterior americana.

Parece que va a llegar un nuevo orden mundial con el Presidente Trump ya que se ha aproximado a Rusia (sorprendetemente) y a la Gran Bretaña tras el Brexit y actúa con aversión a China e incluso molesta a Australia; por ello, el Consejo de la UE (que se reúne en Malta el 3-4 de febrero) habrá de reaccionar, redoblando el impulso para avanzar con vigor en el proyecto europeo y, sobre todo, debe animar a los miembros de la Unión Europea a actuar en común pues, está claro, que la unión hace la fuerza, y la visión de Europa del Sr. Trump es que se trata de un competidor para su liderazgo político y económico mundial; además, ya conocemos (por tantos ataques sufridos) que el euro se ha convertido en una moneda importante competidora del dólar.

En el fondo, los exabruptos del Sr. Trump dejan vislumbrar su preocupación por el peso mundial de una Europa Unida; de ahí que desee que se repita otra salida de algún país europeo que debilite la UE y facilite la ruptura de la UE o se volatilice el Euro.

Es lógico que en el ámbito internacional, político y económico, vea el Sr. Trump a la UE como un duro competidor y aspire a reducir su presencia e influencia en el mundo. Por ello, conviene analizar friamente los datos económicos de EEUU y de la UE del Euro, porque esta visión nos permitirá comprender sus malos deseos con respecto a Europa. En la comparación de algunos datos esenciales de la economía de EEUU (321 millones de habitantes) con la de la Zona Euro (340 millones) observamos que el PIB de EEUU en 2015 fue de 16,7 billones de dólares frente a 11 billones de la Zona Euro, el crecimiento en EEUU fue del 3,5 % del PIB frente al 1% de la Zona Euro, la deuda pública en EEUU es del 105% del PIB frente al 90% de los países de la Zona Euro, el déficit público ha sido de 3,4% de EEUU en 2016 frente al 3,70 de la Zona Euro y el desempleo es del 4,7% en EEUU y del 9,6% en Zona Euro en ese año.

De estos datos se desprende la mejor posición de EEUU respecto al conjunto de países de la Zona Euro y esta superioridad es la que desea mantener e incrementar el Presidente Trump, al que preocupa el gasto en defensa al que EEUU destinó 550.000 millones de dólares en 2015 (3,2 % del PIB) frente a 150.000 millones (1,36% del PIB) de la Zona Euro. Desde hace años EEUU quiere que la UE se implique más en los gastos de la OTAN y defensa contra el terrorismo internacional y así está recogido en distintos compromisos de gasto (incumplidos) de los 28 países de la OTAN. También al Presidente Trump le inquieta el déficit comercial porque las importaciones de EEUU fueron de 2,08 billones en 2015 y las exportaciones de 1,35 billones de dólares con un alto déficit de 0,73 billones de dólares.

Estos datos, junto al afán de recuperar instalaciones fabriles de empresas que se han deslocalizado fuera de EEUU para dar empleo en zonas del medio oeste y de controlar la inmigración, configuran el “coctail” que agita al Presidente Trump para contentar a su clientela con la guinda de tantas expresiones malsonantes en las relaciones exteriores y formas externas populistas. En Europa lo procedente es ver los datos con frialdad y reforzar nuestro proyecto; además, para España y los españoles, no sólo es lo más conveniente sino que fuera del euro y de una Europa unida nos iría francamente mal.

CONCLUSIÓN: Los exabruptos del Presidente Donald Trump sobre la Unión Europea reflejan su deseo de que se rompa la unión europea y el euro porque los ve como duros competidores económicos de EEUU y del dólar. La UE debe, además de contestar esas insolentes declaraciones, esforzarse en dar pasos firmes para reforzar la unión entre países europeos armonizando temas pendientes: la fiscalidad, las reglas presupuestarias, la transparencia de los sectores públicos, etc. Esa será la mejor respuesta.

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