Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

El rincón de Aranda

Cucarachas, gaviotas y churros

melillahoy.cibeles.net fotos 1293 Juan Aranda web

Dicen que existen más de 3000 especies de cucarachas. Éstas siempre están en la basura, y en la mierda, indicando suciedad. Hay quien las llama “curianas”. Son corredoras, trepadoras y por mor del pisotón, también crujidoras.

Dicen que lo de “curianas”, viene de la curia, porque la gente ensotanada prefiere el color negro; aunque la doméstica es alada, color café con leche, sin llegar a ser oscura. Yo es que no entiendo porqué el que hizo todo en 6 días, y el 7º se lo tiró a la bartola, incluyendo a este asqueroso bicho, también creó a tanto cabrón maltratador, salvapatrias, y violadores de niños, y niñas, como la hija de puta que arrojó a su bebé al contenedor de la basura, o el padre que ha asesinado a sus hijas de 9 y 4 años, para joder a la madre; y que ahora, mientras estén en “Villa Candado”, con los gastos pagados, los tendremos que mantener entre todos.

Por otra parte la gaviota, como saben, es fea, molesta y muy peligrosa: Por sus graznidos malsonantes, por sus cagadas, que son puro ácido, capaz de comerse la pintura de tu coche; y porque han anidado, con sus polluelos, en la azotea de un amigo mío, y me dice que no hay cojones de acercarse para tender, o recoger la ropa. Y con estas no vale aquéllo de: “Gaviotas en el huerto, temporal en el Puerto”, porque son unas bordes, que como no mean, en su fulañí va incluida, “sensu stricto”, la orina, cagándose donde ni te imaginas. Yo estoy seguro que si a Alberti le hubiera cagado encima su “Gaviota Blanca”, el poema hubiese sido más bien escatológico. Menudo era.

Que conste que esto no va en contra del anagrama antiguo, ni tampoco moderno, del PP. También, si dicho anagrama son las alas de un paíno o realmente son las de una gaviota; porque de cuervo, no creo. Ellos sabrán, pero solo por curiosidad: ¿De que ave son?.

Era un especialista en churros tejeringos malagueños, y del tipo madrileño, enroscados y rayados, y demás delicias de sartén. Dijo que perteneció al “Sindicato de la Masa Frita”. Cuando se acostó con su novia de varios años, y la desfloró, le regaló una medallita de Santa Dorotea, que era el nombre de la susodicha, con la gloriosa fecha del 18.07.1936; porque aparte de ser un poco pendón, también era un buen patriota de misa de 12 dominguera, en La Merced, y vermut con aceitunas martirizadas (partidas), en la Plaza Real. Dorotea, Dori para los amigos, solía tener en su dormitorio un jarrón con lirios blancos, con una aspirina en el agua, “para que no se marchiten”, y dos mariposas encendidas en un vaso de agua, nadando en aceite rancio, junto a una foto de su padre, vestido de soldado raso, caído en el Ebro, en el 38: “Mi padre era de los de Negrín, no de Franco”, decía con orgullo, con el dedo corazón enhiesto señalando al churrero.
Éste llevaba sin ningún pudor, unos lamparones en el sobaco, como las torrijas que hacía la chacha Andrea. Ahora que, debido a los años, anda el hombre un poco temblón, habría que decirle: Eso es lo que tiene uno al llegar a viejo, que nadie se acuerda de que ha sido un capullo toda su vida. Y me consta que este lo fue, y en gran medida. Al morir el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España, por la Poca Gracia que tuvo Dios; para no ser menos, se colocó a la izquierda de Carrillo; y como la cabra tira hacia el monte, ahora hoza en las charcas y las cloacas de la derecha, como un palmero fiel, pero no de clá de la cazuela de un teatro.

En una de las charlas que mantuvimos, con mi crasa y supina ignorancia, -de las dos, para qué me voy a andar con remilgos-, le dije que la montaña horadada del “Valle de los Caídos”, y el risco que soporta la gigantesca Cruz, debían seguir ocupados cada 20-N por los cánticos fascistas, hasta que la naturaleza piadosamente los cubra. ¡Ay!, Señor: Como un rayo, me descubrió su piorréica y desdentada boca; y al instante, con su mirada vitriólica, quiso fundirme. Con la voz entrecortada, y la espesa salivilla blanquecina en la comisura de los labios me dijo, que Franco siempre estuvo al servicio de España; y muy calmoso le hice ver que eso no se ajustaba a la realidad, sino todo lo contrario: Que era España, como un gigantesco cortijo, la que estuvo a su servicio, y a la de toda su familia y conmilitones varios. Le dije que el franquismo nos dió la oportunidad de disfrutar, no solo porque eramos jóvenes, y llenos de ilusión, sino también por la felicidad de que teníamos la razón, y él no. Bueno, pues ahora ando afligido y embargado en la tristeza, debido a que me ha retirado el saludo, y dice que es porque soy un rojo. Yo, que solo me pongo de ese color cuando acudo a la playa “Lavachochos”, de la Malagueta; y me unto, a “tuti plen”, pomada anti quemaduras, por todo mi cuerpo. Lo de “Lavachochos”, es el nombre que los malagueños, siempre tan cachondos, bautizaron un rincón de esa playita, donde antaño se bañaban sentadas, en el rebalaje de piedrecitas las mujeres que, entre olita y olita, el “altramuz” se les refrescaba, y a la vez se les aseaba, con la sal marina del Mare Nostrum. Como anécdota, el paseo marítimo que existe en esa playa, lleva el nombre: “Ciudad de Melilla”.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€