Llegamos a las fechas en que el mes de Ramadán ha finalizado. Y también su fiesta de primero de Jawal. Éste es un tiempo feliz para todo musulmán que haya mantenido el periodo de abstinencia prescrito por el Corán. Sin embargo, hay cosas que me gustaría reseñar en este artículo a todos los musulmanes, porque las considero necesarias.
Cuando finaliza el mes de Ramadán, es necesario sentir felicidad no por el mero hecho de que se ha terminado la abstinencia, sino porque la hemos cumplido, y eso implica una serie de cosas… cosas como que Dios nos ha perdonado todos nuestros pecados veniales anteriores y ahora comenzamos una nueva época. Por lo tanto, estas son buenas fechas para plantearse nuestra conducta moral en el futuro.
Durante el mes de Ramadán hemos aprendido a escuchar el Corán en el rezo del Tarawigh y lo hemos leído en casa muchas veces…Hay muchos musulmanes que lo leen entero durante este mes. Lo dividen en veintinueve partes y leen cada fracción en un día.
Mi consejo no es seguir practicando con la misma fuerza que en Ramadán dicha lectura, pero sí comprender que los hábitos aprendidos durante este mes son importantes que se mantengan durante el resto del año…O sea, que se lea el Libro Sagrado con regularidad diaria, o al menos casi diaria. El hecho de hacer que dicha lectura forme parte de nuestras vidas es muy importante. No olvidemos que el mismo Corán nos dice que es una cura para el hombre.
También decir que si bien hay muchos hermanos de la comunidad que no se levantan temprano a rezar, durante el mes de Ramadán han rezado temprano, debido a que se han levantado temprano a comer y ya de paso han rezado… Es importante que nos levantemos una hora después de lo que hemos hecho durante el citado mes para rezar y después tomar alimento…Esto es vital para que nuestro Salat sea aceptado sin dudas, siempre y cuando nuestras intenciones reales sean las de ofrecer nuestras oraciones a Dios y no lo hagamos por otros motivos.
Además, en lo que a abstinencia se refiere, con el ayuno de Ramadán hemos conseguido algo muy importante, y es que durante los últimos diez o doce días de ayuno nuestros estómagos se han cerrado bastante…No necesitamos comer tanto como al principio del mes. Os recomiendo que no abramos el estómago más de lo que lo tenemos ahora. Este mes nos ha educado el cuerpo a no abusar de la comida. Sigamos así. Comamos solo cuando tengamos hambre y dejemos de comer cuando no tengamos más gana; parece a simple vista un consejo de niño pequeño, pero nuestra salud corporal y espiritual nos lo agradecerá.
Sobre todo y los más importante, es saber y comprender que el mes de Ramadán nos enseña más que nada a ser verdaderos musulmanes y a comportarnos como tal en todos los aspectos de la vida.
