Durante la mañana del día de ayer tuvo lugar la inauguración de la Jornada de Plan Estratégico de Melilla, “un hito de gran importancia para tal planificación”, así lo afirmó la consejera Dunia Al-mansouri Umpierrez. En primer lugar, ofreció un repaso de todo lo que se realizó para el Plan Estratégico de Melilla teniendo en cuenta que, aunque los trabajos comenzaron a finales del año 2019, la pandemia los ha ralentizado, ya que tenían previsto terminarlos a principios de este año y no ha sido posible. “Tenemos unos objetivos muy claros, conseguir un nuevo modelo económico y social para Melilla. Lo que pretendemos con este nuevo modelo es convertir a Melilla es una sociedad avanzada, moderna y con un desarrollo sostenible”, ha matizado la consejera.
“Nos identificamos con esos objetivos de desarrollo sostenible porque muestran a Melilla como sociedad completa y avanzada”, ha añadido al respecto. Los objetivos mencionados engloban un total de 17 aspectos que han sido destacados en la comparecencia.
Entre ellos, cabe destacar el fin de la pobreza, conseguir el desarrollo de la salud y el bienestar de la población melillense, llevar a cabo una educación de calidad, así como apoyar la igualdad de género. También se pretende trabajar en el agua limpia y saneamiento, en el desarrollo de la energía asequible no contaminante, en el ofrecimiento de un trabajo decente y desarrollo económico, así como en la industria, la innovación y las infraestructuras. Además, otro de los aspectos a destacar es la reducción de las desigualdades, el trabajo en una ciudad y comunidades sostenibles, llevar a cabo un consumo responsable, la acción por el clima, la vida submarina y de ecosistemas terrestres y, por último, hacer hincapié en la paz, la justicia, las instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos. – unido al plan de ordenación urbana
“Es necesario que trabajemos de forma conjunta para poder alcanzarlos, ya que estos objetivos responden a las necesidades de la ciudad”, ha recordado la consejera y vicepresidenta primera de la Asamblea.
En este sentido, ha hablado de la necesidad de mirar hacia el futuro de la ciudad, no solo en el ámbito económico, sino en otros muchos aspectos para que se logre que la población melillense pueda vivir mejor.
Para ello, ha explicado que el equipo técnico de UTE Arenal-Clave ha realizado un diagnóstico tanto de las debilidades, como de las fortalezas y oportunidades de la ciudad. “Han colaborado de forma directa con sectores y personas a través de entrevistas y grupos vocales, obteniendo conclusiones que serán clave para alcanzar los objetivos marcados”
- Entre los componentes nucleares del plan se encuentran tres principales funciones: misión, visión y valores de la ciudad para alcanzar las previsiones de cara a 2029.
Así, ha recordado que más de 50 personas han trabajado en los 8 grupos establecidos dando opinión sobre los distintos temas a tratar para desarrollar el posicionamiento estratégico. “Hoy nos estamos posicionando y determinando cuál va a ser el futuro de Melilla. Pretendemos hacer frente a la situación actual con inteligencia y eficacia, pero para ello la planificación es fundamental”.
En este sentido, destacó que las ciudades donde este plan se ha desarrollado de forma adecuada son lugares donde sus ciudadanos viven en buenas condiciones y con un alto nivel de bienestar. “Esa es la clave del éxito”, añadió.
Por ello, también agradeció el trabajo y dedicación de todos aquellos que han aportado su granito de arena en ello. “El día de hoy es muy importante para nuestra ciudad y pasará a la historia”, sentenció.
Juan Requejo, responsable de la UTE
El gerente de la UTE Arenal – Clave afirmó que se encuentran en “un punto fundamental y de inflexión para afrontar las complicadísimas circunstancias que padece la ciudad y para hacer frente a un futuro mejor”.
Además, quiso destacar que uno de los principales problemas de la ciudad es la escasez de suelo para desempeñar múltiples funciones, lo que los ha llevado a la búsqueda de un escenario para que la ciudad pueda movilizar sus propios recursos y propiciar una restructuración de sus medios de vida de tal manera que garantice la emancipación en circunstancias que condicionan el día a día de la ciudad y que al mismo tiempo garanticen el desarrollo sostenible que asegure a las futuras generaciones un futuro próspero.
En este sentido, añadió que uno de los principales objetivos es producir alimentos y energías renovables, tanto la eólica como solar, incluyendo otras como la geotermia. “Actualmente Melilla se abastece de combustible fósil, lo que debe ser sustituido por un escenario que consuma menos energía y que sea más eficiente para el desarrollo de energías renovables”.
Por otra parte, también quiso mencionar la actual situación del puerto y aeropuerto de la ciudad. “El puerto de Melilla es una infraestructura básica, pero la situación actual de la ciudad hace que su gestión sea muy compleja por la pérdida de tráfico de mercancías y de pasajeros, lo que plantea nuevos retos que deben ser enfrentados. El aeropuerto por su parte es susceptible de mejoras de mayor alcance
La competencia por el uso de suelo en Melilla hace que este se convierta en un recurso estratégico, pero al mismo tiempo, debe satisfacer de forma equilibrada los distintos usos y funciones necesarias para la ciudad. En este sentido, incidió en el problema de la vivienda para la ciudad autónoma, destacando la escasez de la vivienda disponible para otros usos como el alquiler turístico o de corta estancia (laborales).
Asimismo, dejó claro que por cierre del tráfico comercial con Marruecos y por el Covid-19, se ha endurecido la situación de crisis económica que Melilla venía arrastrando. “Hay una gran cantidad de naves en los polígonos que están sin usar y hay que hacer una reorganización de estos espacios”
Además, ha resaltado que, aunque una buena parte del terreno de Melilla está destinado a ocupación militar, se ha realizado una revisión que muestra que algunas de estas zonas son reconvertibles para la ciudad ya que esta lo necesita
“El crecimiento de la población en Melilla entre el 2005 y el 2013, tiene un porcentaje de jóvenes significativo y que representa uno de sus mayores fuertes, pero aun así hay datos preocupantes en el paro”, añadió. Melilla tenía una tasa de desempleo del 26’95% en 2019, lo que ha valorado como una actitud conformista por parte de los ciudadanos, calificándolo de “baja propensión a la innovación”, pues tienen también una baja tasa de emprendimiento (3,8 puntos frente a un 6,4 del resto de España). Por otra parte, más de un 11% de la población carece de estudios, una cifra que está muy por encima de la media nacional, el 6%. También destacó que se aprecia una diferencia espacial entre el norte y el sur de la ciudad que se genere un cierto riesgo de exclusión social, por lo que es necesaria una regeneración urbana.
“La diversidad cultural en Melilla supone una fortaleza enorme para la ciudad para la interculturalidad y si se avanza se conseguirá un beneficio para el bienestar de la población”, añadió destacando el interés y la asistencia a actividades culturales en la ciudad. A pesar de ello, pretenden trabajar el sector empresarial dedicado al ámbito cultural ya que tiene una menor generación que el resto de España.
Por último, ha insistido que debe trabajar en la imagen de la ciudad a veces colapsada por la idea de inmigración, por lo que pretenden fomentar la visión de ciudad amable y acogedora, multicultural, así como un lugar que ofrece una edificación antigua y modernista.
