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Nota en libertad

Con el idioma español no se juega

melillahoy.cibeles.net fotos 1702 Carlos entrena a

La libertad individual de los ciudadanos españoles tiene una de sus manifestaciones en el derecho a utilizar, en cualquier lugar de España, el idioma español como lengua propia, de común conocimiento, en la que se basa nuestra relación humana y la convivencia. El art. 3º de la Constitución Española cita a los idiomas de España como “patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”, y así habría de hacerse.

Sin embargo, hay sucesivas actuaciones del gobierno de Cataluña, especialmente en educación y en la administración pública, así como de algunas asociaciones (llamadas) cívicas, que tratan de hacer ingeniería social en Cataluña e imponer el uso exclusivo del catalán (llamada inmersión) con exclusión del idioma español. Evidentemente es un disparate querer expulsar el idioma español de esta región de España o de cualquier territorio en cualquier país en que se utilice, pues la lengua de la población es una riqueza y además el español tiene gran fortaleza y expansión. El crecimiento de la población hispana de América la ha convertido, junto al inglés, en el siglo XXI, en auténtica lengua franca mundial pues la hablan cerca de 550 millones de personas en varios continentes y además es una lengua que se estudia por razones literarias y económicas. Tras el inglés, el español es el idioma más extendido aunque otros idiomas (como el chino o el indio…) sea hablado por mayor número de personas en sus concretos países. Así, el conocimiento del idioma español tiene un gran valor para cualquier persona en su ámbito personal, relacional y económico. Procede, por tanto responder a las agresiones padecidas, actuar en defensa del idioma español así como del existente bilingüismo en Cataluña porque ello significa, simplemente, defender los derechos e intereses de los ciudadanos y la convivencia pacífica.

Desde hace tiempo el nacionalismo catalán ha señalado como enemigo “lo español”; sólo cabe calificar de delirio fanático usar el idioma catalán como arma arrojadiza contra el español, no sólo por el fracaso anunciado de su pretensión sino porque implica un ataque a los derechos individuales, a la convivencia de la sociedad catalana y a la riqueza cultural e incluso económica de cada persona y del país.

Difícilmente cabe entender esta política lingüística del gobierno y nacionalismo catalán contra el idioma español y contra los hispano parlantes que lógicamente deseen usar y estudiar en su legua materna, porque es un derecho humano elemental; por ello hemos felicitado la defensa de libertad lingüística que ha realizado en los Tribunales la asociación Convivencia Cívica Catalana y que mereció el premio del Club Liberal Español de 2014. En la Nota en Libertad de 22 de noviembre de 2014 comenté su labor y la motivación del premio concedido.

Pero el nacionalismo separatista en su actuación autoritaria no reconoce el pluralismo de su sociedad y cree que lo español y el español es anticatalán y en su proceso de creación de la identidad catalana aspiran a imponer no sólo el idioma catalán sino “su” pensamiento único a “su” pueblo. Ciertamente, la época alemana del nacionalsocialismo no llegó a tanto con la cuestión de los idiomas de los países invadidos por Hitler.

Esto pretenden asimismo algunos separatistas catalanes y el “grupo Koiné”en octubre 2015 publicó un manifiesto titulado “por un verdadero proceso de normalización lingüística” que está cargado de falsedades. Afirman que:
1.-“La lengua catalana es la lengua de Cataluña”. Esta afirmación es falsa porque hay dos lenguas propias, el español, por cierto, de uso mayoritario, y el catalán que tratan de imponer como de uso exclusivo.

2.-Que “la legua catalana no está en situación normal” en su “propio territorio” por la anexión del Principado de Cataluña a la región de Castilla en 1714. También es falso porque Cataluña nunca ha sido independiente porque era un condado integrado en la Corona de Aragón.

3.-Que para conseguir la denominación política-lingüística el mecanismo para conseguir la implantación del castellano en Cataluña fue la continua “bilingüización “ de la población. Esta afirmación también es falsa porque la Historia acredita que el bilingüismo es y ha sido algo natural entre las personas de la sociedad catalana, mallorquina, valenciana o gallega.
¿Por qué personas aparentemente formadas caen en este fanatismo de renunciar a parte de su cultura y tratar de excluir una lengua propia para que otros no hablen la propia?. La explicación sólo cabe a través de la esencia autoritaria de la ideología nacionalista separatista porque, a poco que estas personas conozcan la realidad social de Cataluña verán que su objetivo es pura ingeniería social que exigirá hacer un gran daño mediante la marginación y la coacción de parte de la población.

Contra esta aspiración dictatorial, para un hipotético estado independiente, se ha pronunciado con vigor la Sociedad Civil Catalana en un acto celebrado el 8 de septiembre de 2016, con asistencia de multitud de personas movilizadas en la defensa de sus derechos individuales que los nacionalistas tratan de violentar. Hace bien la sociedad civil en defender sus derechos, humanos y fundamentales, porque el nacionalismo separatista se ha quitado la careta hace tiempo y es claro que persigue la ruptura de España, de la convivencia ciudadana, la falsificación de la historia y el cambio de la realidad social. Evidentemente, los fanáticos no lo van a conseguir pero conviene ser activos en la defensa de los derechos individuales y de la libertad de expresión porque la gran mayoría de la población de Cataluña quiere vivir en libertad y que se respeten sus derechos.

CONCLUSIÓN: La asociación Sociedad Civil Catalana se ha movilizado contra la pretensión del nacionalismo separatista catalán de excluir el bilingüismo existente en Cataluña, español y catalán, e imponer el idioma catalán como idioma exclusivo. Esa pretensión de ingeniería social es inviable pero hará lo posible para romper la histórica convivencia de la sociedad catalana y, desde luego, viola el derecho fundamental de cualquier español residente para usar o estudiar en su lengua materna. Es una indignidad que cualquier ciudadano español no pueda expresarse en su país en su lengua. Deseamos éxito a la Asociación Civil Catalana.

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