Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Carta del Editor

Comunicaciones, Justicia e Inspecciones

melillahoy.cibeles.net fotos 917 ilustracion

Las comunicaciones de Melilla con el resto del país, que, por cierto, siguen siendo -especialmente las aéreas- extraordinariamente caras con su correspondiente efecto disuasorio sobre cualquier posible visitante de la ciudad, son un asunto de lo que se acostumbra llamar como "de Ciudad", un tema al que han de dedicarse todos los esfuerzos de las más altas jerarquías y pensadores -que no siempre coinciden con los que ostentan la jerarquía- de los que Melilla dispone.

Tras el trágico accidente de un avión de la Pauknair (1998, 38 fallecidos) y otros dos de Binter- Mediterráneo (2001 con 4 fallecidos y 26 heridos y en 2003 con 9 heridos), las comunicaciones aéreas de Melilla con la Península – las únicas que tenemos- quedaron en manos de Air Nostrum, una compañía ligada a Iberia que, como era de esperar y temer, heredó al menos en parte el aire de monopolio prepotente propio, y digamos que casi inevitable (tal y como la experiencia nos demuestra) de todas las compañías públicas. Así hemos funcionado durante los últimos años, peor, sin duda, que cuando estaba Pauknair, mejor que cuando había escasos vuelos para comunicarnos con el resto de nuestro país.

Melilla Airlines, una compañía local, nació más tarde, con una capacidad financiera limitada y con unos objetivos modestos y sensatos de crecimiento. Aún así, ha ido compitiendo con dignidad en los vuelos a Málaga y ha tratado de crecer con los vuelos charter, vuelos específicos para circunstancias concretas. Ha recibido, que yo sepa, muy poca, por no decir casi ninguna o ninguna, ayuda pública, en una demostración más del cainismo en el que, con frecuencia, caemos en nuestra ciudad, un cainismo que hace mucho daño al desarrollo melillense, dicho sea de paso.

Air Europa, una empresa fuerte, acaba de empezar a operar, concretamente este lunes pasado, con vuelos entre Melilla y Málaga, con ayuda pública y con la declarada intención de expandirse con vuelos desde Melilla a otras ciudades españolas, como Madrid. Es una buena noticia, como hemos dicho con frecuencia en este periódico, pero que no evita que nos volvamos a preguntar por qué no se ayuda a la local Melilla Airlines o, y esto es muy importante, por qué se incurre una y otra vez en el error de actuar como si las comunicaciones aéreas (y también las marítimas) de Melilla con el resto de España fueran un asunto fundamentalmente turístico, en vez de algo que, como es evidente, afecta sobre todo y de una manera muy importante, directa o indirectamente, a todos los ciudadanos melillenses.

Las comunicaciones de Melilla con el resto del país, que, por cierto, siguen siendo -especialmente las aéreas- extraordinariamente caras con su correspondiente efecto disuasorio sobre cualquier posible visitante de la ciudad, son un asunto de lo que se acostumbra llamar como "de Ciudad", un tema al que han de dedicarse todos los esfuerzos de las más altas jerarquías y pensadores -que no siempre coinciden con los que ostentan la jerarquía- de los que Melilla dispone. Las comunicaciones son un tema vital para los melillenses y hay que tratarlas en consonancia con su importancia, sin que se repitan episodios tan inexplicables, e inexplicados como el del concurso desierto de las comunicaciones marítimas.

Y si las comunicaciones son un tema vital para el presente y el futuro de los melillenses, no menos importante es que la Justicia funcione bien. Terminaba mi Carta de la semana pasada haciendo una pregunta pública: "¿que les parecería a los señores jueces y juezas que nosotros creáramos, sin que ellos nos vean escribiendo, una página en facebook o donde sea, desde las que les insultáramos soezmente a ellos/as y a su familias, como algunos hacen con nosotros y con algunos otros políticos y ciudadanos destacados de nuestra ciudad? ¿Nos absolverían por falta de pruebas o no? Se admiten, y agradecen, respuestas de nuestros lectores sobre tan elemental, e importante, pregunta". Pues bien, ya tengo las respuestas y todas, sin excepción alguna, coinciden en afirmar que por supuesto que nos condenarían. La conclusión evidente es que los ciudadanos no sienten, no sentimos, que, como sería justo, la justicia es igual para todos, y la inseguridad jurídica es un enemigo mortal de la libertad, del progreso y hasta de la democracia.

Por supuesto que no existen ni la inseguridad ni la seguridad absoluta, en ningún ámbito de la actividad humana, pero hay cosas que se acercan más a la inseguridad que a la seguridad, y lo que está pasando, en Melilla concretamente, con el uso indecente e impune por parte de algunos de las redes sociales es intolerable y los jueces tienen la obligación moral y laboral de intentar poner freno, sin pausa, a tan intolerable situación, aunque los insultos y las calumnias-con alguna excepción, todavía- no vayan directamente contra ellos.

También hay inseguridad, y no poca, con el funcionamiento de la Inspección del Trabajo en Melilla. Me mandan los datos de los requerimientos hechos por la Inspección del Trabajo -ese organismo tan necesario a veces, pero tan indeseable, destructivo e injusto otras- en todas las autonomías de España, más las dos Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla). Y resulta estremecedor ver que en Ceuta durante el año 2013 la mencionada Inspección hizo 183 requerimientos, mientras que en Melilla -una ciudad, como sabemos, con prácticamente la misma población que Ceuta y con similar situación social y económica- hizo ¡874! ¿Qué ocurre? ¿Tan malos somos los empresarios melillenses? ¿O no será más probable que lo que funciona mal en nuestra ciudad es la citada Inspección, que siempre está requiriendo a los mismos, a los que son cómodos y cumplen, y excluyendo también a los otros mismos de siempre, a los que les amenazan e incumplen. ¿No sería más que conveniente que inspectores y subinspectores estuvieran más en nuestra ciudad y la conocieran mejor, además de ser más valientes y menos arrogantes? (¿Ay, José Miguel Torres de Olóriz, cuánto te echamos ahora de menos!) ¿No sería de un mínimo de justicia que las alegaciones a un acta de inspección no las juzgara y sentenciara el mismo que hizo el acta, o sea, que se evitara la situación de que alguien sea juez de sí mismo?
Posdata: Los buenos datos de creación de empleo en España son muy alentadores, pero no hay que olvidar que el empleo lo crean los empresarios, no el Gobierno ni los partidos políticos. Y que proteger al empresario, algo que en general no hace la Inspección del Trabajo -ni otros organismos públicos- en Melilla, es proteger un bien común.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€