Por la Comandancia Naval de Melilla
Hoy, día 16 de julio, con motivo de la Festividad de la Virgen del Carmen, Patrona de la Armada, de la Compañía de Mar y demás gentes de mar, tendrá lugar una misa solemne en la iglesia Castrense de la Purísima Concepción. A 13:00 se celebrará un sencillo acto militar en el Real Club Marítimo de Melilla, a donde podrán asistir los medios de comunicación.
El día 16 de julio, es el día grande de la Armada. En la Escuela Naval Militar se realiza la jura bandera a los alumnos de primer curso y entrega de Reales Despachos a los nuevos oficiales, en presencia de Su Majestad El Rey, que cada año preside el acto. Asimismo, se organizan diversas ceremonias en todas nuestras bases y unidades. Desde el Cuartel General de Madrid y los Arsenales, pasando por el Panteón de Marinos Ilustres, las Comandancias Navales distribuidas por toda la geografía española, hasta los buques en la mar celebran esta festividad de gran tradición en la Armada.
En todas las unidades que se encuentran desplegadas en operaciones o navegando, en esta jornada se establece régimen de día festivo y se ofrece a la dotación un rancho especial.
Este patronazgo, hoy es compartido en España por todas las gentes de mar. Pero esto no siempre fue así, dado que en el pasado, navegantes, pescadores y marinos, no veneraban una única advocación sino que escogían para abogada de sus travesías, la imagen de más veneración de su lugar de origen.
Hay ciertos antecedentes históricos que vinculan la Virgen del Carmen a la Armada.
Ya en siglo XVI, Capellanes carmelitas embarcaron en las expediciones americanas.
En 1602 partió de Acapulco una expedición exploradora con destino a California, donde embarcaron tres religiosos carmelitas descalzos como capellanes; uno de ellos era fray Antonio de la Ascensión quien impuso el escapulario a los doscientos expedicionarios y consagró aquellos territorios a la Virgen del Carmen.
En los reinos españoles de Italia también se profesaba gran devoción a esta Virgen. En la expedición que partió en 1607 bajo el mando del duque de Osuna, virrey de Sicilia, para combatir a la Media Luna, los participantes se postraron a los pies de la Virgen del Carmelo venerada en Trapani (Sicilia).
Sin embargo, podríamos decir que el antecedente más relevante que desencadenaría esta devoción marinera hay que situarla en la Isla de León (actual ciudad de San Fernando) en abril de 1680, fecha en la que se instalaron en esta localidad los primeros cinco carmelitas descalzos. Gracias a ellos, durante la primera mitad del S. XVIII se fue afianzando entre la población de la Isla una especial devoción a la Virgen del Carmen y ya en la segunda mitad del S.XVIII aparece un marino que tendría un papel relevante en la consolidación de esta veneración. El almirante Don José Navarro, marqués de la Victoria y capitán general del Departamento Naval de Cádiz, conoció la devoción carmelitana en dicha ciudad. En 1769 trasladó el Departamento a la Real Villa de la Isla de León. Al convertirse en un gran devoto de la Virgen, impulsó su devoción en la Armada.
Hay que destacar que durante los siglos XVIII y XIX, el Departamento Naval de Cádiz fue el de referencia en la Armada, por encontrarse allí la mayor parte de la flota, los batallones de Infantería de Marina, la Academia de Guardiamarinas, el Real Observatorio Astronómico, el Arsenal de La Carraca… Todo ello hizo que la devoción a la Virgen del Carmen prendiera con fuerza entre los marinos. Esta devoción se fue extendiendo poco a poco en todos los departamentos marítimos.
Dado que nos encontramos en Melilla, merece especial mención un marino que tuvo un papel fundamental en el asedio que sufrió la ciudad en 1775, y que fue junto con el Marqués de la Victoria, el otro gran impulsor de la devoción a la Virgen del Carmelo. Se trata de Antonio Barceló y Pont de la Terra, hombre valiente y profesional de la mar, que comenzando con el empleo de marinero, alcanzó el rango más alto de la Marina, teniente general de la Real Armada española.
Antes de comenzar la campaña de Argel de 1784, el almirante Barceló ponía en Cartagena el estandarte del Carmen en su navío “El Terrible” e hizo un llamamiento a sus hombres a defender los valores de la cristiandad y encomendar sus almas a la Madre del Mar. Finalmente zarpó rumbo a Argel donde derrotó al enemigo, lo que supuso el final de la piratería en el Mediterráneo Occidental. Tras esta victoria, se extendió entre sus dotaciones el patronazgo marinero de la Stella Maris.
Durante el siglo XIX la Armada fue afianzando la devoción a la Virgen del Carmen ante el declive de la devoción a la del Rosario, motivo por el cual, la reina regente María Cristina de Habsburgo solicitó en 1885, un informe al Ministerio de Marina para conocer el grado de compromiso con el patronazgo de la Virgen del Rosario.
Cesáreo Fernández Duro marino y miembro de la Real Academia de la Historia, fue el autor del estudio que concluyó con la afirmación de que no existía obligación alguna para continuar con este patronazgo.
Finalmente, la Reina Regente y el Ministro de Marina Don Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de Veragua, refrendaban con sus firmas la Real Orden por la cual se proclamaba, de manera definitiva, a la Santísima Virgen del Carmen Patrona de la Marina de guerra.
La Real Orden decía “Su Majestad el Rey (q.D.g.) y en su nombre la Reina Regente del Reino, se ha servido disponer sea declarada Patrona de la Marina de Guerra la Santísima Virgen del Carmen, que ya lo es de hecho de todos los navegantes”.
En esta Real Orden, la Virgen del Carmen no sólo era declarada patrona de la Armada, sino también de todas las gentes de la mar. Desde entonces, todos los que hacemos de la mar nuestra profesión u oficio, tenemos el honor de compartir la misma veneración a nuestra STELLA MARIS.
Feliz día del Carmen.
