Esta carta la escribe un oficial que cayó muerto, junto a varios de sus compañeros, entre los años 1855, y 1865, en uno de los antiguos fuertes exteriores que existían en Melilla. El que escribe es un Capitán, y dice así: “Queridos melillenses: me llamo Tomás Gómez Guijarro, y soy Capitán de la 3ª Cía. del Bon. Disciplinario.
El día 22.09.1865, al salir del Fuerte del Rosario recibí, en la misma puerta del fuerte, una traicionera descarga de fusilería, donde caí muerto al instante. El 12 de diciembre de ese mismo año también murió, en las mismas circunstancias, mi compañero, el Capitán José Jiménez Roca. Tengo que decir que en 1848, en el mismo lugar, otro compañero, el Capitán de Artillería, Francisco Lasaleta, cayó muerto de un disparo en la frente. Años más tarde, el 25.11.1855, el Tte. Col. Isidoro Varela Leijar, al tomar la casa del moro Busián, en la Loma de Cabrerizas fue herido de muerte, junto al Teniente de mi mismo Bon., José Almanrich. Fuimos tantos los que caímos en aquélla década, en los fuertes exteriores, que merecen ser conocidos algunos de nuestros nombres: como el del Capitán del Disciplinario, Antonio Satio Burnadiego, el Subteniente, Julián de Gras y Díaz, muertos ambos, el 9.09.1856. También el día 5.02.1860, el Tte. del Fijo de Ceuta, Francisco Rominguera, cuando al salir voluntario a una misión de reconocimiento, cayó acribillado junto al Fuerte San Ramón. Todos los que he nombrado estábamos enterrados en el antiguo Cementerio de San Carlos, junto al Fuerte del mismo nombre, y el de San Miguel. Ante la inminente secularización de este camposanto, el periodista, Manuel Ferrer, en un encendido artículo patriótico, en “El Telegrama del Rif”, de fecha 8.01.1904, solicitaba nuestros traslados a este, recién construido, de “La Purísima”; pero al parecer, estos traslados no se llevaron a cabo, ya que, a día de hoy, nos encontramos, en el gran osario bajo la Torre del Campanario de la Iglesia de la Purísima Concepción, que es donde me encuentro escribiéndoles. De todas formas, en el lugar donde se encuentre el alma de este señor, le damos infinitas gracias. Ruego, y es nuestro deseo que al leer esta humilde carta, piensen que todos nosotros ofrecimos nuestras vidas por la españolidad de nuestra ciudad, y cuando visiten esta Iglesia, sepan, y jamás olviden, que bajo sus pies se encuentra una parte de la Gloria de nuestra Patria. Reciban un cariñoso saludo”.
Como habrán comprobado, ya en 1904, Manuel Ferrer, otro amante de nuestra Historia, solicitaba con afán, a la Junta de Arbitrios, que los cuerpos de estos héroes, fuesen trasladados a La Purísima, y que la propiedad de sus sepulturas fuera a título de propiedad perpetua pero, desgraciadamente, no fue así. Sobre el tema de los enterramientos y lápidas, nuestro amigo José Luís Blasco, que fuera insigne Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses; gran hontanal de datos, donde se surten varios historiadores de prestigio, experto en Iglesias, Santos, Vírgenes, y Beatas, ya publicó en su día: “Criptas, Cementerios, y Enterramientos, a lo largo de la Historia de Melilla”; en el que se puede leer, que bajo el suelo de la Iglesia de la Purísima Concepción, en la Cripta de las Ánimas, en la de la antigua Tahona, en la del Rosario, y en el gran Osario bajo la Torre del Campanario, construido éste con sillares, similares a los Aljibes de las Peñuelas, como bajo los suelos de algunas calles adyacentes a la Iglesia, se encuentran cientos de cadáveres. Yo creo que cada vez que levantan alguna losa de esa parroquia, para su reparación, deben aparecer restos de españoles fallecidos durante todos los siglos de nuestra Historia.
Como P/D, pregunto al que sepa, desee y le apetezca contestar: 1º/, ¿Dónde se encuentra la lápida funeraria del Capitán Lasaleta?; 2º/, ¿Donde están detallados los nombres de todas las personas que fueron enterradas en esas criptas?; y si es así: ¿Dónde está ese archivo, tan importante para nuestra Historia?. Creo que si algún investigador, con acceso libre a esos archivos parroquiales, si es que los hay, debiera sacarlos a la luz, con un ritmo propio, exquisito, real, y pausado, ya que se trata de una información, muy querida, estimada, y de primerísimo orden histórico.
Y para tener encendida la llama de mi perenne petición, repito que el Cementerio de La Purísima, debe denominarse: “CEMENTRERIO NACIONAL DE HÉROES”.
También si desean leer el “Pedimento de la Virgen de la Victoria”, solo deben escribir: http://.pedimento.blogspot.com.es/
