La vida de estos dos cachorros no ha sido nada fácil. A Roby, el más espigado, lo adoptó una familia para después abandonarlo. Es un macho de 8 meses muy cariñoso. El otro, Junior, también de ocho meses, fue usado por sus dueños para peleas de perros y después lo abandonaron. Afirman quienes animan a adoptarlos, que es un perro muy bueno y cariñoso, que se lleva genial con los niños y con otros perros. Se pide una adopción responsable, para que estos animales no sufran y no sean sacrificados. Los interesados pueden llamar al teléfono 617 97 74 14.