Los comienzos fueron difíciles, como recuerda el presidente de Amlega, Rafael Robles, pero después de doce años en la lucha por los derechos LGTB, no se puede dudar de la labor realizada por la única entidad que vela en exclusiva por este colectivo en la ciudad. Desde la organización señalan que el principal reto al que se enfrentan es erradicar las actitudes homofóbicas desde la niñez. Pese a la falta de recursos humanos y materiales a los que hacen frente, intervienen “como pueden” en casos de acoso escolar o laboral, rechazos en las familias o asilados LGTB. Siguen reclamando un local para desarrollar su actividad.
La Asociación Melillense de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Amlega) está de celebración. Cumple 12 años siendo la única entidad LGTB que trabaja en la ciudad por los derechos de este colectivo. «Nuestros comienzos fueron complicados. Nos topamos con el rechazo de muchos sectores sociales y a nivel institucional también había cierto reparo», recuerda el presidente de la organización, Rafael Robles.
Falta apoyo institucional
Tras de doce años de andadura, Amlega se ha ganado el respeto de buena parte de la sociedad y de la Administración. Como recuerda Robles, se trata organización que funciona gracias a la dedicación de sus voluntarios, ya que únicamente reciben financiación pública para la realización de algunas actuaciones concretas, como las jornadas educativas o la fiesta del Día del Orgullo.
La falta de ingresos públicos, apunta el presidente de la asociación, no permite que Amlega responda por sí sola de forma eficaz ante todas las situaciones específicas que se les plantea: casos de acoso escolar o laboral por homofobia, de rechazo de las familias o de solicitantes de asilo LGTB, entre otras realidades. «Nos hemos visto obligados a coordinarnos con otras instituciones que cuentan con más recursos», explica el responsable de la asociación.
Eterna reclamación: un local para su sede
«Hemos conseguido que nos tomen en serio, pero necesitamos más apoyo institucional», reivindica Robles. La asociación aspira desde hace tiempo a contar con un local propio. «La gente se pone en contacto con nosotros por correo o las redes sociales, pero lo adecuado sería que hubiera un lugar físico al que acudir o donde nosotros podamos desarrollar proyectos».
Tampoco cuentan con los recursos humanos que requieren las situaciones que les llegan. «Por ejemplo, deberíamos contar con asesoramiento jurídico para el caso de los asilados LGTB», expone. «Hacemos lo que podemos y derivamos los casos, porque no contamos con psicólogos, ni trabajadores sociales, ni abogados, ni otras figuras que también serían necesarias para intervenir en un ámbito social», subraya Robles.
Reto: el ámbito educativo
En estos primeros 12 años como asociación, Amlega ha detectado cierto avance en el ámbito de la educación. «Pero vemos que aún queda mucho por hacer», resalta el presidente de la asociación. «El primer problema sigue dándose en el ámbito escolar», asegura al respecto. Según apunta Robles, pese a que el Ministerio de Educación ha puesto en marcha un teléfono para denunciar el acoso, siguen sin desarrollarse en Melilla los protocolos pertinentes para denunciar el ‘bullying’ escolar.
«Desde Amlega hemos procurado que la formación sobre el acoso homofóbico llegue a los profesores, ha sido nuestro granito de arena. Procuramos que la Administración tome conciencia sobre esta problemática y se desarrollen acciones concretas en el ámbito educativo», cuenta Robles. Según apunta, el insulto que más se sigue escuchando en las aulas y los recreos es la palabra ‘maricón’. «Esto nos deja ver que todavía tenemos mucho que hacer», asegura.
Ley por los derechos LGTB
Dentro del acoso escolar y homofóbico, hay una realidad específica que afecta a los menores transexuales. «Estamos intentando trabajar desde Melilla para que haya protocoles que permitan normalizar la situación en los centros», apunta el presidente de Amlega. Según cuenta, estas actuaciones irían en consonancia con una ley trans que se está intentando impulsar, que se enmarcaría en una general de derechos LGTB y contra la LGTB fobia. «Se ha presentado como proyecto de ley y parece que tiene muchas posibilidades de ser aprobada por el Congreso de los Diputados», dice Robles esperanzado. Esta ley ha sido promovida por la Federación Estatal LGTB (FELTB), en la que se integra Amlega.
Un cumpleaños para celebrar
Amlega celebrará este fin de semana su XII aniversario por todo lo alto. Será en la Sala Manhattan, en el Puerto Noray, donde habrá una ‘Fiesta Queer’ (término inglés que significa ‘raro’). Según adelanta Robles, habrá varios juegos con los que los participantes podrán experimentar la experiencia de “cambiar de género”. Se entregarán premios y los asistentes disfrutarán de la actuación de la transformista Satin Greco. En el evento, Amlega hará balance de sus doce años de historia en la lucha por los derechos del colectivo LGTB.
