El presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome), Enrique Alcoba, afirma que los negocios del centro temen la repercusión que pueda tener en su actividad comercial la apertura del centro comercial. Lamenta que mientras se asiste al cierre de negocios, los empresarios perciben que están en clara desventaja con respecto a la futura superficie. Alcoba se pregunta si las autoridades están esperando a que abra el centro comercial para terminar de reordenar la frontera e incide en que los comercios del centro también necesitan de una frontera fluida para fomentar el paso de los clientes potenciales. En cuanto a las rebajas, espera que el promedio de gasto ronde los 100 euros por persona. -¿Cómo han arrancado las rebajas de verano?
-En Melilla algunos comercios comenzaron con los descuentos hace ya algunos días. Hace cuatro años se liberaron los horarios y los periodos de rebaja. Desde el 28 ya se empezó a notar algo más de gente por el centro, pero no existen avalanchas, como se producen en otras ciudades. También es verdad que las rebajas de verano son algo más flojas que las de invierno porque mucha gente se va de la ciudad y se pierden puntuales clientes. Esperamos que la gente gaste un promedio de 100 euros y la previsión es que las ventas se mantengan hasta la primera quincena de julio.
Los que sí hemos notado los comerciantes es una bajada importante en fechas especiales, como la Navidad o el Ramadán. A final del mes sagrado se han notado menos compradores y pensamos que tiene que ver con toda la pelotera que se forma en la frontera. El caos nos afecta muchísimo porque las familias con poder adquisitivo de Marruecos se lo plantean mucho antes de venir y nosotros dependemos de ellos.
-Se supone que la limitación de Beni Enzar pretendía beneficiar a los comercios y dar prioridad a los turistas, ¿no ha sido así?
-Todavía se tiene que clarificar todo. Tanto los comerciantes como el delegado y el presidente estamos de acuerdo en que Beni Enzar sea para los turistas, Barrio Chino para los porteadores y Farhana para vehículos con mercancías. Pero esto tiene que quedar claro a ambos lados de la frontera y se tiene que hacer lo antes posible. Hace falta que se retiren los coches que saturan la frontera y que se haga lo antes posible. Tenemos la esperanza de que no esperen a que se abra el centro comercial.
-¿Cree que están esperando a que se abra el centro para reordenar las fronteras?
Esa es la sensación que tenemos, porque nadie dice una fecha de cuándo se va a llevar a cabo. Creemos que las medidas que se están tomando son de cara al compromiso que tienen las autoridades con el centro comercial. Si no, no tienen sentido. La frontera lleva varios años mal. Nosotros lo que pedimos es que amplíe el horario de Farhana y de Barrio Chicho para que tenga salida toda la mercancía de mayoristas. Pero que sea ya.
En cuanto al centro comercial, no diría que es un centro comercial porque no tiene ni ‘multicines’, ni zonas de ocio, ni de hostelería. Es un parque comercial que tendrá las tiendas que todos conocemos. Esperamos que no se convierta en una especie de ‘outlet’ para dar salida a Marruecos a todos los productos que no quieren en la Península.
-¿Cómo se afronta la ubicación que tendrá el centro comercial?
-Pues fatal. Lo normal hubiera sigo que se ampliase la oferta en el mismo centro de la ciudad. Hubiera ayudado al resto de comercios porque la actividad se hubiera movido cerca. Resulta que se hace en otro punto de la ciudad al que hay que ir con coche y dispone de unos 1.300 aparcamientos gratis. En el centro, sin embargo, lo que hay son dificultades para aparcar. A eso hay que sumar que creemos que la frontera comenzará a funcionar cuando se abra el centro comercial.
No sé qué ocurrirá con los comercios de toda la vida. La gente se aburre de esperar a que las cosas mejoren. De ahí la explicación a por qué han cerrado en los últimos meses 35 comercios. Antes cerraba un comercio y se abría otro, pero ahora no. Los comerciantes del centro vivimos en una situación de incertidumbre total.
A nosotros se nos dijo en su día que se iban a crear aparcamientos de zona azul y vemos que no llegan. Nosotros mantenemos que queremos que haya unas cien plazas libres de zona azul que sean para los que quieren hacer cualquier gestión en el centro. Los aparcamientos que hay son prácticamente para funcionarios, banqueros o trabajadores.
Luego vemos que se van a crear unas 1.300 plazas en el centro comercial que serán gratuitas. Los comerciantes tradicionales vemos que se nos trata diferente de a los que vienen de fuera y no lo entendemos porque nosotros somos los que nos dejamos el dinero en Melilla. Los de fuera se llevan fuera los beneficios. No se está protegiendo al comercio tradicional y ese es el descontento que tenemos.
-Estamos asistiendo al cierre de negocios de toda la vida, ¿cómo se puede ayudar a repuntar la vida de los comercios?
-Nunca había pasado lo de ahora, que hay 35 comercios cerrados nada más que en cinco calles. Algo está fallando, es evidente. Las autoridades tienen que recibir nuestro SOS porque los cierres implican más paro. Necesitamos alternativas que nos ayuden a captar clientes.
También necesitamos que se pongan facilidades a los empresarios que quieren abrir un negocio. No se pueden poner pegas y trabas. Cuando una persona quiere invertir su dinero y fomentar el empleo lo que hay es que ponerle una alfombra roja, pero es al contrario. Hay que buscar fórmulas para facilitar los primeros años, como bajarles los impuestos.
Al margen, lo que necesitamos son clientes. Para eso, todas las iniciativas que se celebren son bienvenidas. Eventos como ‘Melilla Mobile Zone’, ‘Vive tu Calle’ o ‘Black Friday’ lo que hace es devolver un poco de vida a las calles. La gente sale, participa y aprovecha que está en el centro para hacer sus compras. Son actividades que ayudan a mover la economía. A nosotros lo que nos gustaría es que se hicieran al menos una vez al mes, porque lo notamos. Estos eventos son como una bocanada de aire.
Necesitamos la ayuda y la comprensión de las autoridades porque los comerciantes vemos pasotismo y no sabemos dónde vamos a estar dentro de un año. Una duda que va con el añadido de cuál será la repercusión que tendrá la apertura del centro comercial.
