Carta del Editor. MH, 25/6/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
La visita, pendiente, del Rey
El sábado pasado, Leonor, Princesa de Asturias, desembarcó en Ceuta y puso fin a 18 años de ausencia de la Familia Real en esa ciudad española norteafricana (la otra es Melilla, donde tampoco hemos recibido la ansiada visita de Rey Felipe VI, que fue proclamado Rey el 19 de junio de 2014, hace ya más de 11 años).
Lo hizo, pisar territorio ceutí, Leonor como marinera de la fragata Blas de Lezo, no como visitante miembro de la Casa Real. Se supone que Mohamed VI, que estaba el sábado veraneando en Kabila, a 22 kilómetros de Ceuta, sabía lo de la visita (su súbdito Pedro Sánchez le habría pedido permiso previamente, supongo y me temo).
¿Cuándo se va a producir la visita oficial de los actuales Reyes españoles a una, o las dos, ciudades españolas del continente africano? Cuando Pedro Sánchez deje de ser presidente del Gobierno español, creo yo. Pronto, quisiéramos la inmensa mayoría de los españoles, melillenses y ceutíes especialmente incluidos
¿Cuándo se va a producir la visita oficial de los actuales Reyes españoles a una, o las dos, ciudades españolas del continente africano? Cuando Pedro Sánchez deje de ser presidente del Gobierno español, creo yo. Pronto, quisiéramos la inmensa mayoría de los españoles, melillenses y ceutíes especialmente incluidos.
Melilla y Ceuta, en peligro
Otra vez hay que recordar cuál es el fondo de la cuestión/situación de Melilla y Ceuta. El fondo -tantas veces olvidado u obviado- es que son ciudades levantadas por españoles en un momento en el que no existía el Reino de Marruecos. Y mientras Melilla, Ceuta y las Islas Adyacentes (El Peñón de Vélez, la isla de Alhucemas, las islas Chafarinas y la isla de Perejil) estén en manos de España controlando el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán, apoyados en la orilla norte de la Península, España seguirá teniendo un papel de primer orden, manteniendo las llaves del Estrecho. Las Plazas de Soberanía española son puntales estratégicos de la defensa, “mucho más importantes porque en el Sur se encuentra un país inestable, con un gobierno autoritario y con alto nivel de corrupción, que no respeta los derechos humanos, ni existe garantía alguna de que no termine cayendo víctima de su propia iniquidad; decir Magreb es decir inestabilidad… Además, los habitantes de Melilla y Ceuta, en su inmensa mayoría, se sienten españoles, incluyendo a los de origen bereber y religión islámica”. No lo digo sólo yo. Lo que acabo de reproducir son párrafos del libro de León Klein, año 2005, “Marruecos: la amenaza. Su guerra de baja cota contra España”).
Los habitantes de Melilla y Ceuta, en su inmensa mayoría, se sienten españoles, incluyendo a los de origen bereber y religión islámica
El 16 de noviembre de 2005 -hace 20 años- el entonces presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se deshacía en elogios ante Mohamed VI. El comentario de Klein en el libro fue acertado entonces y lo es -aún más- ahora: “Con presidentes del gobierno como estos, no hacen falta enemigos. ZP pertenece a aquel tipo de gente denunciada por Lenin que trenza la cuerda con la que le van a ahorcar”. La ocupación de Perejil, el 11 de julio de 2002, no fue un episodio aislado. Con PS (Sánchez), 20 años después, la cuerda que trenza -postrarse ante Marruecos, entre otras rendiciones y basuras- le va a terminar ahogando, ya muy pronto. Espero que antes de que termine ahogando a melillenses y ceutíes, para empezar.
No todos los problemas de Ceuta y Melilla provienen de amenazas externas, como señala León Klein en su libro; o como titulan los periodistas Javier Valenzuela y Alberto Masegosa en su libro “La última frontera. Marruecos, el vecino inquietante”, publicado en 1996; o María Rosa de Madariaga, “España y el Rif. Crónica de una historia casi olvidada”, cuya tercera edición se publicó en 2008, y cuyo libro me regaló mi amigo Pepe Megías.
También hay amenazas internas. Entre ellas, por citar un solo ejemplo y quizás no el más importante, citar que en Melilla hay cada vez más mujeres con velo en las calles. “Tenemos una juventud que está siendo educada por el fundamentalismo islamista”, dice Najar el Hachmi, nacida en Nador, en 1979, residente ahora en Barcelona, escritora y articulista, una de las voces más preclaras en la defensa de los derechos de las mujeres musulmanas en España. Declaró en el diario El Mundo del sábado pasado: “El velo no formaba parte de nuestra cultura, el yihab no es un símbolo religioso, ni siquiera a nivel teológico, porque el Corán no dice en ninguno de sus pasajes que has de llevar hiyab. En el fondo, es una reivindicación de un movimiento reaccionario y fundamentalista que no tolera que las mujeres salgamos de las casas donde nos tenían encerradas”. Pues eso.
Ahora, me parece, medran muchos bueyes en España
Otra amenaza interna, especialmente para Melilla y Ceuta, es la existencia de un gobierno español presidido por un tirano, Pedro Sánchez, apoyado por un miserable y traidor político como Jose Luis Rodríguez Zapatero. Dos entreguistas que ya han entregado el Sahara español a Marruecos y que terminarán entregando Melilla, Ceuta y las Islas Adyacentes a Marruecos, como ya intentó Zapatero -cédula de reflexión mediante- y como terminará haciendo Sánchez, si continúa en el poder.
Quizás no, si tuviera razón el poeta Miguel Fernández. Leo uno de sus poemas, “Viento del Pueblo”, y oigo cantarlo a Jorge Cafrune: “No soy de un pueblo de bueyes/ que soy de un pueblo que embarga/ yacimiento de leones/ desfiladeros de águilas/ y cordilleras de toros/ con el orgullo en el asta/ Nunca medraron los bueyes/ en los páramos de España”. ¿Nunca? Ahora, me parece, medran muchos bueyes en España.