Tal y como estaba previsto, el paso fronterizo de Farhana cambió ayer su rutina habitual para empezar las anunciadas obras de mejora en la seguridad de los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que a diario prestan servicio en él. En realidad, las obras empezaron el lunes por la noche, a fin de poder acelerar los plazos y terminar cuanto antes este proyecto de mejora en el segundo paso fronterizo más importante que hay entre Melilla y Marruecos. Pese a que los obreros ya habían empezado a trabajar en la frontera desde la noche antes, los melillenses no se percataron de ello hasta ayer por la mañana. Quienes se acercaron para pasar al otro lado se encontraron con que las puertas tanto de vehículos como de peatones estaban cerradas a cal y canto, aunque había agentes en la zona de seguridad.
Una grúa de grandes dimensiones revelaba que la frontera está en obras, dada la ausencia de carteles que señalizaran que el paso fronterizo está inoperativo, tal y como pudo comprobar este Diario. Eso hizo que los coches se presentaran hasta la misma puerta de la frontera para darse cuenta de que por allí no podrían pasar si querían ir al país vecino.
Fuentes de la Delegación del Gobierno han confirmado a MELILLA HOY que la frontera está cerrada, aunque la semana pasada su responsable, Abdelmalik El Barkani, apuntara que se mantendría el tránsito de peatones y vehículos, aunque éste no funcionaría al 100%. De todos modos, la tranquilidad fue ayer la tónica durante las primeras horas del día.
Desde la institución apuntan a que está previsto que se puedan cumplir los plazos de la obra, que según dijo El Barkani, terminaría el viernes 12 por la noche. No se trata de obras de gran envergadura o remodelación integral como ha ocurrido en el caso de la frontera de Beni-Enzar, sino que se cambiarán algunos de los sistemas de seguridad, como es el sistema de puertas.