El portavoz de la Ciudad Autónoma, Daniel Conesa, se mostró ayer pesimista en cuanto a que el problema de la presión migratoria que sufre Melilla pueda tener una solución definitiva. “Esto no se acabará nunca”, afirmó ayer en alusión a los intentos de entrada clandestina por parte de los inmigrantes, “al menos no al 100% mientras haya países en África en situaciones de hambre, guerra, represión y con gente que quiera buscar una vida mejor”. De todos modos, también subrayó en que el Gobierno debe poner medios a su alcance para evitar que la frontera entre España y Marruecos pueda ser violentada, “pero la capacidad o posibilidad de impermeabilizar al 100% la frontera no existe”, insistió.
El portavoz de la Ciudad Autónoma destacó que este asunto es “muy preocupante”, si bien se hizo eco de las noticias que apuntan a que las fuerzas de seguridad marroquíes han actuado al otro lado de la frontera para desplazar a otros lugares a los inmigrantes que estaban acampados en el monte Gurugú esperando una oportunidad para entrar de forma irregular a Melilla. También apuntó que es necesario procurar que la inmigración sea ordenada y legal, no clandestina y “violenta como en los últimos meses”, en los que incluso se han visto afectados por “ataques” agentes de la Guardia Civil.