Lo que en principio eran unos pocos inmigrantes tumbados en mantas en unas de las puertas del Campo de Golf, ahora va camino de convertirse en un campamento ilegal debido a la dimensión que lleva tomando esta cuestión. Se trata de una serie de tiendas de campaña, tres por el momento, ocupadas sobre todo por sirios, entre ellos familias con niños pequeños, que se ven con solo pasar por la carretera de circunvalación, ya que se sitúan al otro lado del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Tal es el cariz que está tomando la situación, que una de las puertas de acceso al Campo de Golf de Melilla se encuentran obstaculizada por estas tiendas de campaña, una puerta en la que además han colgado mantas y otros enseres, que no es además la mejor imagen para una instalación como esta, enfocada a los melillenses y a los turistas amantes de esta disciplina deportiva. Al mismo tiempo, se trata de un problema también de salud e higiene, porque esta zona no está preparada para que los inmigrantes hagan vida allí, con todo lo que ello supone, en cuanto a la realización de sus necesidades fisiológicas en este lugar.
No quieren a los subsaharianos
Es conocido que muchos sirios no quieren vivir en el CETI por sus diferencias con los subsaharianos, pero no es razón para permitir que este campamento ilegal vaya a más y se convierte en otro Cerro de Palma Santa, que comenzó con una pocas chabolas y se convirtió en un todo un problema de seguridad, hasta que fue desalojado por las fuerzas del orden. Los 'sin papeles' ya disponen de su plaza en CETI, donde tienen derecho a alojamiento, manutención y sanidad, y educación para el caso de menores de 16 años, y el levantamiento de un refugio junto a la instalación deportiva dependiente de la Ciudad Autónoma no parece de recibo y por ello se debe atajar cuanto antes.
Recordemos que en el Cerro de Palma Santa, que se prolongó durante ocho años, se llegaron a derribar 47 chabolas en una misma jornada por el peligro que suponía estas viviendas para los propios inmigrantes, bien por los incendios que se registraban, por su ubicación cercana al río, por la inseguridad, delincuencia y problemas de salubridad que se generaban en la zona. Ello lo reflejan los incidentes de los últimos cinco meses en dicho campamento, tiempo en el que se contabilizaron seis incendios y varias reyertas y agresiones con arma blanca, en las que algunos menores también se vieron involucrados, aunque el suceso más destacado ocurrió en marzo de 2011, cuando tres inmigrantes perdieron su vida tras ser calcinados en un incendio.
No se debe repetir la misma historia, ahora que aún se está tiempo de evitarlo.