Sin duda una de las secuencias que cada año esperan los más pequeños escolarizados durante la Semana del Libro es el Teatro Mágico que, procedente de Almería, ofrece ilusión mezclada con fantasía. A través de un recorrido laberíntico entre varias salas, instalado por segundo año consecutivo en las salas de ensayo del Teatro Kursaal, los profesionales juegan con los pequeños con los sentido y la imaginación por medio de técnicas visuales para, sobre todo, potenciar la imaginación de los niños.
Cada sala por las que discurre el itinerario seguido por los visitantes está ambientada en una temática diferente que este año comienza con una cocina, para continuar con una carpa tibetana, donde los utensilios y elementos decorativos proceden de los países de origen como Tibet, o India y en otras ocasiones Mozambique o Perú, entre otros.
Después se realiza una interesante parada en el taller de encuadernación que dirige Samuel Vázquez, que se encarga de que los pequeños se lleven un buen libro elaborado por ellos a sus respectivas casas y que les sirva de recordatorio de su pasos por el Teatro Mágico. La novedad este año se ha centrado en la cocina y el pasillo ambientado con el mar.
Desde ayer hasta el próximo viernes día 25 las representaciones serán para los alumnos de centros docentes, mientras que los días 26 y 27 se ofrecerán dos pases de entrada libre para el público en general.