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La política española toca el bajo fondo

CEMENTERIO 1
(Lugar: Las empresas españolas y melillenses si sigue aumentando el sector público)

Carta del Editor MH,1/10/2023

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

La política española toca el bajo fondo

Viernes, 29 de septiembre, las 6,30 horas de la mañana. Me despiertan los altavoces de las mezquitas próximas, como es habitual, y empiezo a escribir esta Carta.

Es, el viernes, el día de la segunda jornada de votación en el Congreso sobre la propuesta del Rey, Felipe VI -menuda responsabilidad, con ese histórico nombre y en este histórico momento, en el que quizás se podrá fechar el inicio de la ruptura de España y el inicio del final de la Monarquía– de investir a Feijóo como presidente del Gobierno español.

Sabemos que los sistemas de gobierno son imperfectos, pero lo que no sospechábamos es que se pudiera llegar al nivel de bajeza al que está llegando la política española

Nadie, que yo sepa, pronostica que Feijóo vaya a ser investido como tal presidente, y así empezó mi tempranero trabajo de escribir, el viernes pasado. Horas después, repetición de la jugada en el Congreso, pérdida de tiempo (y de dinero), diálogo de sordos y disciplina absoluta de partido. El sábado, segundo acto de la patética escena burda desarrollada en el Congreso español -donde reside la soberanía española, aunque, dado lo visto y oído, da vergüenza sólo pensarlo- todo terminó, con el resultado previsto -no a Feijóo de sanchistas, comunistas y separatistas- poco antes de que “sus señorías” se fueran a comer. A nuestra costa, por supuesto.

“En la esperpéntica España actual, los intereses particulares de Sánchez y sus aliados, enemigos de España unos y de la civilización occidental otros, están por encima de valores intrínsecos como la unidad nacional o el imperio de la ley”, escribe magistralmente, hoy en nuestro periódico, Gonzalo Fernández. Es imposible sintetizar mejor la antidemocrática situación, la falta de libertad individual, de la política española. Sabemos que los sistemas de gobierno, como las entidades complejas, son imperfectos, pero lo que no sospechábamos es que se pudiera llegar al nivel de bajeza al que está llegando la política española.

Melilla en el horizonte

El Gobierno de Melilla, del PP, aprobó el miércoles, en solitario, aumentar el personal de confianza al máximo permitido por la ley, o sea, aumentar la plantilla de personal eventual de la CAM hasta los 25 asesores, el máximo permitido.

Resulta inevitable que la opinión pública melillense establezca una conexión entre personas que Juanjo Imbroda tenía previsto colocar en la Administración nacional y la creación de esos 25 coordinadores, nuevos puestos de trabajo en la Ciudad Autónoma. La base sobre la que partió Imbroda, como otros muchos españoles, era la de la victoria por mayoría absoluta del PP, que se preveía en las elecciones generales de julio. Pero la situación actual apunta a que no podrá colocar a determinadas personas en la Administración Central si, como todo indica que va a ocurrir, es el sanchismo-comunismo-separatismo el que gobernará en España, o lo quede de ella.

Por otra parte, el presidente de la CAM, Juanjo Imbroda, declaró, también el miércoles, su apoyo a las empresas privadas de nuevas tecnologías y la “voluntad férrea” del Gobierno que preside de atraer a todo tipo de empresas de ese sector a Melilla, aseveración que, supongo y creo, se extiende a cualquier tipo de creación de empresas de y con futuro en nuestra ciudad.

Resulta inevitable que la opinión pública melillense establezca una conexión entre personas que Juanjo Imbroda tenía previsto colocar en la Administración nacional y la creación de esos 25 coordinadores, nuevos puestos de trabajo en la Ciudad Autónoma

Lo que hay que comprender es que “todo público” y “todo privado” son conceptos incompatibles, excluyentes. En Melilla la situación económica es que casi todo es público y/o depende de lo público, con el resultado, evidente e inocultable, de que la economía de Melilla es un desastre sin paliativos. La conclusión es, o debería ser, que es necesario emplear el dinero público -proporcionado por los ciudadanos, empresarios incluidos- en el fomento de la inversión privada en Melilla, en vez de en gastar más en pagar a más empleados públicos.

Lo evidente es que la economía melillense o se privatiza o morirá. Y tengo la certeza de que en este fundamental punto mi idea coincide totalmente con la del presidente Imbroda

No quiero entrar en la polémica de si, en la contratación y colocación de empleados públicos, prima el concepto de la fidelidad al jefe o el de la capacidad para desempeñar bien el trabajo encomendado. Yo tengo mi opinión, pero eso es lo de menos. Lo importante son los hechos, no las suposiciones. Los hechos demostrarán, con el transcurrir del tiempo, el acierto o desacierto de los nuevos colocados, pero lo evidente es que la economía melillense o se privatiza o morirá. Y tengo la certeza de que en este fundamental punto mi idea coincide totalmente con la del presidente Imbroda.

Posdata

El Barcelona, más que un club, imputado por cohecho y probables penas de prisión a directivos, con la UEFA acechando y amenaza de que el Barsa (pronunciado en español) sea expulsado de la Euroliga. Habrá más personas y grupos, fuera y dentro del fútbol, imputados por lo mismo. Ya lo iremos viendo. Por fin.

 

 

 

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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