¡Qué insatisfactorio puede resultar tener razón!
Hace unas semanas STE-STEs tuvo que denunciar –como ya hiciera el curso pasado por fechas similares- que un mes después del comienzo de las clases los técnicos de educación infantil en los centros de nuestra ciudad brillaban por su ausencia.
En ambas ocasiones –así como en la réplica que nos vimos obligados a hacer al Sr. Consejero de Educación de la ciudad- SATE-STEs hacía propuestas claras que sin duda contribuirán a solucionar esta recurrente situación de retraso en la necesaria y esperada como agua de mayo incorporación de estos técnicos a sus aulas: creación de la figura del técnico de educación infantil como personal directamente dependiente del Ministerio, al amparo de las fórmulas de contratación existentes para figuras similares y que –como dijimos- están en sus centros desde el uno de septiembre.
También abundábamos en la idea de que esta figura no es la solución a las altas ratios y que ésta pasaba por la contratación de más docentes de la especialidad de infantil para crear más unidades con menos alumnos y que cada una de ellas y no sólo 65 tuviera su técnico, ya que tienen un cometido que no se justifica en las altas ratios, sino en las necesidades del alumnado de este nivel educativo.
Y por ello SATE-STEs fue blanco de las críticas de la administración, con el argumento de que la contratación era inminente. Pero parece que no lo es tanto. Si el año pasado los técnicos llegaron a los centros con la caída de las hojas y el olor de las castañas, todo apunta a que en esta ocasión quizá ni lleguen con el turrón y el monótono canturreo del 22 de diciembre.
Primero que si mediados de septiembre, luego que si a principios de octubre, posteriormente que si a finales, ahora sine die. Que si unos flecos para el convenio, después que si el interventor lo tenía paralizado, ahora que ha cambiado la normativa… Cada vez más argumentos que afianzan, apuntalan y avalan nuestra reivindicación de una dotación de técnicos dependientes del Ministerio.
Mientras se siga aplicando el sistema actual, al que ya no sólo SATE-STEs califica de chapuza, sino también la evidente y tozuda realidad, nuestras autoridades educativas seguirán condenando a las sucesivas promociones del ciclo formativo de técnicos de educación infantil a engrosar las listas del paro y a los docentes a un considerable agravamiento que la ausencia de estos técnicos produce en las duras condiciones de trabajo impuestas por unas ratios tan incomprensibles como ilegales.
Pocas veces resultó tan insatisfactorio llevar razón.
