El coordinador de Unión, Progreso y Democracia en Melilla, Emilio Guerra, estima que la ciudad, en lo que al comercio se refiere, "está viviendo momentos críticos que pueden marcar el futuro y el devenir económico de los próximos años". A juicio del dirigente magenta local explica que estamos viviendo "la finalización de un ciclo ya decadente" y el problema es que "llevamos años perdiendo el tiempo sin establecer las medidas necesarias para dar impulso a otras alternativas y escenarios". UPYD cree que son "legitimas" las protestas y manifestaciones de algunos comerciantes, como también muestra su preocupación por el hecho de que todos los sectores implicados "no remen en el mismo sentido", refiriéndose al Gobierno de la Ciudad, Confederación de Empresarios y comerciantes de la frontera; muestra clara, puntualizan "de que existen intereses muy contrapuestos cuando debería ser todo lo contrario".
Guerra, considera que a la hora de encauzar los posibles nuevos motores de crecimiento económico para Melilla, "hay que establecer equilibrios en el plano comercial, diversificando el peso del actual comercio atípico con otros factores de riqueza". El upedista opina que "pensar solo y exclusivamente en una frontera, siempre inestable, como única y principal fuente económica para el futuro de Melilla".
UPYD considera que hay que profundizar en la razón del exagerado aumento del “negocio fronterizo que ha dado lugar al colapso de los diferentes pasos con Marruecos, revisando el verdadero valor de las mercancías transportadas”. Creo, dijo Guerra, que ya “no estamos hablando del mínimo legal personal que definía el llamado comercio atípico con respecto al contrabando”.
Para UPYD, las "bondades y dependencia del modelo del "comercio atípico", sin restarle un mínimo de importancia en su pasado, presente y futuro "ha servido también de lastre" para que Melilla pueda desarrollarse y evolucionar económicamente como cualquier otra ciudad española y europea dentro de un mismo marco legal.
