La Semana. MH, 11/12/2023
Por: J.B.
Un bobo anda suelto
Susanna Griso (Antena 3) entrevistó la semana pasada, en su programa matinal, a uno de los más destacados (probablemente él y Felipe González han sido los dos mejores) presidentes de la democracia, José María Aznar.
El expresidente, que se mostró muy preocupado por la situación de España, derivada de las múltiples cesiones/concesiones de Pinocho a cambio de conservar el sillón, dejó una frase dedicada a Pinocho que puede resumir lo que le espera a Sánchez en la “silla eléctrica” de la Moncloa: “Una cosa es ser presidente y otra es ser influencer”. También dijo algo muy lógico: “Debemos preocuparnos por el futuro, no por el pasado”. El pasado, al que tanto apela Pincho y su cohorte para atacar al PP, ya no volverá ni se podrá cambiar, pero para mejorar el futuro (algo que poco importa a Sánchez, más allá del suyo) hay que actuar en el presente.
Sánchez ha conseguido llegar, otra vez con el agua al cuello, a la presidencia, pero su influencia será nula en las decisiones que se tomen en una legislatura
Sánchez ha conseguido llegar, otra vez con el agua al cuello, a la presidencia, pero su influencia será nula en las decisiones que se tomen en una legislatura que se podría esperar fuese corta (Aznar cree que se agotará porque los socios de Pinocho saben que es a él a quien más pueden sacar), pero que muchos, yo incluido, pensamos que, por la conveniencia de todos los implicados (nacionalistas, proetarras, comunistas, etc.), no se romperá con facilidad.
Quien anda suelto por ahí diciendo idioteces es otro expresidente de infausto recuerdo para la mayoría de los españoles: José Luís Rodríguez Zapatero. ¡Es más simple que el mecanismo de un sonajero! El “bobo político” ha dicho, quedándose más hinchado que un pez globo, cosas tan “brillantes” como: «Las amnistías traen cosas buenas», «Nos sentiremos orgullosos de este momento» o que se aprueba una amnistía que abre «una nueva etapa de España en la que la reducción de las desigualdades sociales va a escribir las mejores páginas de nuestra historia».
Señor bobo, ¿No aumentarán las desigualdades como consecuencia de la aplicación de unas leyes para unos (los nacionalistas y socios de Pinocho) y otras para otros (el resto de españoles)?
¿Qué cosas buenas puede traer, para España, la amnistía de personas que quieren salirse de España y que con las nuevas leyes a la carta están más cerca de conseguirlo? La respuesta es evidente: ninguna. Sí que traerá cosas buenas (supongo que a eso se refiere el bobo) para los nacionalistas (podrían conseguir separarse de España) o para Pinocho y “aplausitos” Díaz, que seguirán chupando del bote cuatro años más.
Señor bobo, ¿No aumentarán las desigualdades como consecuencia de la aplicación de unas leyes para unos (los nacionalistas y socios de Pinocho) y otras para otros (el resto de españoles)?
Gente ciega y sorda
No existen las verdades absolutas. Una misma situación puede ser interpretada, en función de quien lo haga, de múltiples formas, e incluso unos pueden verla de forma positiva y otros de forma negativa.
En política se da también mucho el caso del sordo/mudo, que es alguien que seguirá/defenderá a su líder/partido haga lo que haga y justificará cualquier cosa, por grave que sea, que este ejecute. Se da tanto en la izquierda como en la derecha.
Mi buen nuevo amigo Luis defiende mucho la gestión de Zapatero o Pinocho y critica mucho a Aznar, del que dice que también concedió muchas cosas a los nacionalistas… Sin embargo, el paso del tiempo y el olvido lógico que este provoca, no pueden cambiar la realidad (aunque para los sordo/mudos se aplicará siempre el “y tú más”) de la penosa época del zapaterismo y de la prospera era, en líneas generales, de Aznar (aunque también con muchos errores y promesas incumplidas).
También hay muchos dentro del actual PSOE, en el que no se admiten disensiones (te “cortan” la cabeza), que antes eran sordo/mudos seguidores de González y se han transformado en sordo/mudos de Pinocho y defienden lo indefendible, empezando por la innombrable amnistía y siguiendo con las leyes a la carta, las condonaciones de deudas y otras atrocidades que, lo siento Luis, no son comparables con cualquier otra concesión que se haya hecho antes por cualquier gobierno anterior de derechas o izquierdas.
Luego están las mentiras descaradas, en las que Pinocho es el maestro y el “loro” ministro Bolaños su más aventajado discípulo. Según Bolaños: existe en Europa “preocupación cero” con la situación del Estado de derecho en España y con la amnistía. Por otro lado, el portavoz del área de Justicia de la Comisión respondió el pasado viernes refutando esta afirmación. “El comisario no dijo que la ley de amnistía no plantea preocupaciones”, clarificó respecto a una reunión en la que Reynders expresó claramente sus varias inquietudes al ministro español y le confirmó que su departamento seguirá analizando este proyecto legislativo durante la tramitación parlamentaria.
La herencia que dejó Zapatero
Para los no sordo/mudos…
En número de parados, el legado de Zapatero fue, sin parangón, el peor. Se fue de La Moncloa con más de cinco millones de parados. Felipe González dejó el país con 3,7 millones de parados y Calvo Sotelo y Aznar con 2,8 millones de desempleados.
Tanto en lo bueno como en lo malo, Zapatero fue un presidente de récords económicos. En su primera legislatura la tasa de paro alcanzó el nivel más bajo de la historia reciente y las cuentas públicas entraron por primera vez en superávit.
En número de parados, el legado de Zapatero fue, sin parangón, el peor
Pero estos hitos se convirtieron pronto en un espejismo. El problema es que logró estos datos al poco tiempo de llegar a La Moncloa gracias, en gran medida, a la burbuja inmobiliaria y a la saneada herencia de las cuentas públicas que dejó el anterior Ejecutivo.
Para evaluar el impacto de sus políticas hay que mirar a la segunda legislatura, en la cual las estadísticas dan un abrumador suspenso al testamento económico de José Luis Rodríguez Zapatero. Dejó La Moncloa con el PIB al borde de la recesión, con más de cinco de millones de personas en desempleo y con un agujero presupuestario y una deuda pública mucho mayor que la que dejaron Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar cuando abandonaron la presidencia del Gobierno.
Sus decretos también se estudiarán en las universidades: especialmente el mayor recorte del gasto social de la democracia, que se aprobó de un plumazo en mayo de 2010, y la mayor subida de impuestos de la historia reciente, que llegó de la mano de los Presupuestos Generales del Estado de 2010.
