Una decena de dirigentes sindicales de UGT se concentraron en los bajos del edifico de los sindicatos para visibilizar los perjuicios para los melillenses que puede suponer la aplicación del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre la Unión Europea y Estados Unidos y el CETA similar al TTIP aunque con Canadá. La vicesecretaria general de UGT, Concepción López, anunció que realizarán una campaña de información y concienciación en los centros de trabajo sobre ambos tratados. La vicesecretaria general de UGT, Concepción López, anunció ayer que desde el sindicato, a través de las diferentes federaciones de UGT, irán durante dos semanas a todos los centros de trabajo para concienciar e informar a los melillenses de los perjuicios que conllevará la puesta en marcha de los tratados de libre comercio entre la Unión Europea y EEUU (TTIP) y con Canadá (CETA).
Dicha campaña, se impulsa tras constatar que la ciudadanía, desconoce como va a afectar dichos acuerdos, que desde UGT consideran "muy graves" para todos los ciudadanos europeos, ya que "restará legitimidad y capacidad de decisión de los Estados miembros".
Los efectos de ambos tratados, según indicó López, impactarán en la competencia empresarial, en la seguridad alimentaria, de seguridad jurídica, consumo y laborales.
Esta campaña, llamada 'Siete razones para decir no al TTIP' se está llevando a cabo en el marco estatal, por lo que a lo largo de la semana, se irán difundiendo vídeos para explicar los contenidos de ambos acuerdos, que según el sindicato, están siendo negociados más con corporaciones que con los propios agentes sociales.
Un acuerdo de las multinacionales
Según explicó López el TTIP es un acuerdo concebido "no para las pequeñas y medianas empresas que son el 90 por ciento de las sociedades de la Unión Europea, sino para las grandes corporaciones".
Y es que dicho acuerdo "baja el nivel de exigencia de la legislación europea en materia laboral, medioambiental y de salud", lo que abre la puerta a un "neoliberalismo económico despiadado, con posibilidad de desregulación normativa", advirtió López.
Al mismo tiempo, explicó que en el caso del TTIP desde hace apenas unos meses "estamos al menos incidiendo algo con la presión de entidades y organizaciones sociales de toda Europa". Sin embargo, critica que en el caso del CETA "está prácticamente cerrada su redacción y sería muy difícil modificarlo".
López negó que el TTIP fuera un acuerdo para "eliminar las barreras arancelarias" entre ambas potencias, que es "teóricamente lo que se vende a los medios y a los ciudadanos, sino que es un acuerdo para eliminar normas que limitan los beneficios a las grandes empresas".
La dirigente sindical relató que el hecho de compatibilizar la legislación europea que es "muy restrictiva" con "la muy laxa de EEUU en muchos ámbitos", es "casi imposible", por lo que "va a dar lugar a una rebaja de la legislación europea".
Tribunales sin control
Además, según afirmó López, el TTIP "protege a las compañías extranjeras si hay conflictos de intereses con los Estados miembros", y entenderán que "las normas de la UE", en diversos ámbitos "rebajan sus expectativas de negocio, que no los beneficios reales, lo que abre un ámbito amplio para la reclamación de las empresas a los Estados miembros".
Esto se resolverá, apuntó López, "no en unos tribunales europeos ni de los países miembros, sino de los Tribunales Internacionales privados que no están sujetos a un control público y apostarán por el mejor postor".
