Este, naturalmente, no iba a ser una excepción: el caso de, según el Sr. Aberchan, presidente de Coalición por Melilla, de cambiar la fecha de celebración del “Día de Melilla”, que como ose sabe es el 17 de septiembre de cada año, por otra -que supongo él decidirá- al tratarse de una “reivindicación de una reconquista”, opina desde hace ya unos cuantos años Aberchan.
Esta fecha conmemora, dice el Sr. Aberchán una vez más (lo de todos los años), la adhesión de la Ciudad a la Corona de Castilla porque “supone hacer un viaje al pasado, que recuerda momentos donde la sangre fue derramada”. Pues mire Vd., Sr. Presidente de Coalición por Melilla, lógico es que, en una acción de ataque de un enemigo a la posición de parte de un país ajeno, lógico es que los defensores, en este caso de un trozo de España, lo defendieran en su defensa, exponiendo sus vidas -como así fue-, y los enemigos también. Fue, por consiguiente, una acción que nunca se tenía que haber registrado, pero debe saber -que lo sabe- que si se produjo no fueron los causantes los defensores de este trozo de España que es Melilla.
De lo que sí podríamos hablar, largo y tendido, de aquella sangre que, por culpa del traidor Abdel-Krim, se derramó en ambos bandos contendientes en los territorios del Rif, una guerra con pretensiones de una nueva ocupación, por parte de Marruecos, de este trozo de España desde hace nada menos que QUINIENTOS DOCE AÑOS.
Además, le voy a decir una cosa: ¿Quién es Ud. y quienes pretenden lo mismo, para decir un año tras otro, que debe cambiarse la fecha de conmemoración de la ESPAÑOLIDAD de Melilla? Ese 17 de septiembre fue el elegido en su día por quienes, como gobernantes de esta ciudad, así lo decidieron y en esa fecha deberá continuar su conmemoración.
Preguntar a los miembros del PSOE en la Asamblea de la Ciudad sobre el posible cambio de la repetida fecha. ¿Quiénes son igualmente ellos para llevar a cabo el repetido cambio de fecha? A Vd. Sr. Aberchán, se le ha ido de largo que, en todo caso, por una Referéndum quien debería decidir sería la ciudadanía melillense, ¿o sólo estamos para aguantar lo que les estamos aguantando a unos y a otros, y, además, pagar impuestos? Una ciudadanía melillense – y sé a la que me refiero-, que mandaría a hacer puñetas sus incomprensibles pretensiones. Y digo incomprensibles porque, de verdad, no acierto cuáles son en realidad. Déjenos a los melillenses, descendientes de aquellos españoles de hace 512 años, celebrar nuestras fiestas y efemérides cuanto nos venga en gana y mejor lo consideremos. Ya está bien de tanto cambio.
